La Bolsa española se ha convertido en uno de los peores mercados del mundo en 2020, el año de la pandemia del Covid-19. La caída del 28% desde enero del Ibex 35, índice de referencia, contrasta con el 5% que se deja el alemán Dax o el 19% del francés Cac 40, pero sobre todo con la subida del Nasdaq (+25%) o el S&P 500 (+2,5%) en Wall Street.
La pérdida de valor para las empresas españolas que cotizan en bolsa tiene un pequeño refugio: el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Las pequeñas empresas que cotizan en él -excluyendo socimis y sicavs- no solo salvan la crisis sino que han engordado en lo que va de año por encima de la cota de los 2.000 millones de euros de capitalización bursátil.
En concreto, la capitalización bursátil de las 39 empresas cotizadas en el segmento en expansión -que agrupa a compañías innovadoras y con necesidad de recursos- suma 2.231 millones de euros al cierre de este viernes, un 12,7% más que en 2019.
El índice Ibex MAB 15, que agrupa a las compañías más relevantes, se dispara un 17% en 2020, hasta los 1.767 puntos, según los datos de BME. El mercado de las pymes se eleva a estos niveles después de recuperarse del crash del Covid-19 del pasado mes de febrero y gracias a las ampliaciones de capital realizadas por algunas compañías como Atrys Health, que acaba de cerrar este mes una inyección de 35 millones de euros.
Las empresas que más han crecido en términos de tamaño bursátil son Proeduca Altus, que se dispara un 48% desde enero y supera los 500 millones de euros, un tamaño que le obligará a salir del MAB y saltar al Mercado Continuo, según la Ley Guindos de 2015 que se creó para aumentar la regulación por el escándalo contable de Gowex.
La principal diferencia normativa entre un mercado y otro es que las empresas del MAB están reguladas por BME, la empresa privada que gestiona las Bolsas de Madrid, Valencia, Bilbao y Barcelona. El Mercado Continuo se encuentra sometido a las directrices y vigilancia de la CNMV.
Pero el MAB no solo es Gowex sino también Másmóvil, la operadora de telecomunicaciones que echó a andar en él tras la fusión con Ibercom en 2014 y ha llegado a superar los 3.000 millones de valores en bolsa tras la reciente opa que rige su cotización. La gran estrella de este 2020 es otra empresa de su mismo sector: la tecnológica certificadora Lleida.net de Sisco Sapena. El grupo ilerdense ha multiplicado por cinco (+400%) su valor en bolsa desde el cierre de 2019 y cotiza por encima de los 80 millones con planes, incluso, para salir a cotizar en Wall Street.
En esos mismos niveles se encuentra la segunda empresa que más sube: Elzinc, una empresa de laminados, que se revaloriza un 120%. La tecnológica Facephi, especializada en biometría, se revaloriza un 91%, mientras que Making Science, otra empresa del sector digital, se revaloriza un 82%. La digitalización es una de los grandes atractivos de este tipo de empresas a la hora de atraer a los inversores en plena pandemia y confinamiento por la Covid-19. Lleida.net, por ejemplo, registra un crecimiento de su negocio del 29% por el cambio de hábitos de sus clientes por la pandemia y la necesidad de digitalizar procesos que antes se hacían por correo postal o en oficinas.
Frente a la escalada en bolsa de las empresas tecnológicas del MAB se encuentra la caída de otras empresas que, o bien ya estaban en crisis antes de la pandemia, o se han visto sobrepasadas por la nueva situación. Entre ellas se encuentra ADL Bionatur, la antigua Antibióticos de León, cuya actividad de producción de fermentos para terceros se paralizó y ahora busca reorientar sus productos para alinearlo en la lucha contra el Covid-19. Sus acciones se derrumban un 57% en 2020 y se sitúan como las peores del MAB, seguidas muy de cerca por Akiles, la antigua Ebioss Energy.
El pequeño 'Nasdaq ibérico' es la cantera de la Bolsa española. Proeduca, que supera el límite de 500 millones de valor en bolsa, tiene por detrás a la energética Greenalia (254 millones), Atrys (190 millones), Holaluz (150 millones), Altia (125 millones) o Izertis (116 millones) como potenciales candidatos a ascender en la liga bursátil y saltar al mercado continuo, que multiplica la visiblidad y el acceso a más inversores. Para ello, estas empresas deben superar de forma de recurrente los 200 millones de valor en bolsa durante un periodo de revisión supervisado por BME y previa solicitud.
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