Máximos históricos

El oro brilla como nunca por los bancos centrales y pese al desinterés inversor

El proceso de blindaje de reservas y divisas de los bancos centrales junto con el aumento de la demanda en China, sobre todo, en la industria de joyería empujan los precios al alza pese a la pérdida de interés de los inversores. 

El oro brilla como nunca en los mercados.
El oro brilla como nunca en los mercados.
Deutsche Börse vía La Información

El oro brilla más que nunca en los mercados. Es el último de la fila en subirse a la ola de máximos históricos que recorre las pantallas de casi cualquier activo financiero en este 2024. Desde del Bitcoin al S&P 500, pasando por el cacao el Nikkei 225, la onza troy del metal dorado también está escribiendo su particular capítulo en los libros de la historia financiera con su ascenso por encima de los 2.300 dólares (unos 2.120 euros al cambio actual) en las últimas horas. El cóctel combinado de compras de los principales bancos centrales, sobre todo el chino PBoC, junto al aumento de la demanda física -sobre todo, en China también- está elevando su cotización a paso ligero en un activo acostumbrado a cambios de precio lentos. 

El precio del oro acumula una subida cercana al 6% en los últimos cinco días y eleva su revalorización en lo que va de 2024 hasta el 12%. Si está pensando en vender parte del joyero familiar, debe saber que cada onza troy equivale a 31,1 gramos, lo que da lugar a un precio de 74 dólares (68 euros) por gramo, según su cotización actual. Su rendimiento no es el no va más, apenas se empareja con algunos de los principales índices de bolsa, pero sus cambios de valor provocan nerviosismo entre los inversores por rol especial en el mundo financiero como activo refugio, a veces, y como parte de las reservas de los bancos centrales que emiten las divisas FIAT o fiduciarias, como pueden ser los euros de su bolsillo, dólares, rublos o yuanes.

Después de deambular y chocar contra la barrera de los 2.000 dólares varias veces  entre 2020 y 2023, pocos creían que llegaría a romper con claridad sus máximos históricos. Hay que tener en cuenta que la cotización del oro tardó ocho años en recuperar los niveles que alcanzó en 2012 en torno a los 1.800 dólares. Después de los cuatro años pospandémicos, el metal ahora sí está marcando con holgura récords y se mueve en terreno desconocido con marcadas divergencias geográficas entre los actores protagonistas de este mercado: Occidente y Oriente.

Lo cierto que el aumento de la demanda de oro no se está produciendo tanto en los círculos financieros como en las transacciones bilaterales y fuera de mercado que protagoniza la industria de la joyería en países emergentes, o de algunos bancos centrales que incorporan a su balance al metal como método de cobertura para dar estabilidad a sus reservas y así respaldar su divisa. Sin embargo, el interés general de los inversores tradicionales parece ir en dirección contraria a la vista de la pérdida de tamaño de los fondos cotizados (ETF) que invierten directamente en el metal dorado, la forma más popular de tener exposición al oro.

Bank of America cree que el futuro relajamiento de la política monetaria este año se traducirá en el regreso del inversor occidental al mercado y cierto alejamiento oriental. "En los últimos meses, los precios del oro han mostrado una sorprendente resiliencia, a pesar de que los bancos centrales de todo el mundo están ajustando su política monetaria. El soporte provino de algunos sectores donde la demanda se ha mantenido especialmente sólida. De hecho, los propios bancos centrales continúan añadiendo oro a sus carteras", explican los analistas de materias primas de Bank of America (BofA), entre ellos, Francisco Blanch, su responsable en Madrid.

"Esta tendencia ha sido particularmente visible en China, donde el PBoC (Banco Popular de China) ha aumentado su exposición. Este movimiento también ha atraído compras por parte de los participantes en el mercado minorista chino. De hecho, las ventas de joyería y las importaciones de oro no monetario alcanzaron niveles récord a principios de este año. En cierta medida, este interés refleja una escasez de opciones alternativas para los inversores chinos, dado que los mercados de acciones y de vivienda todavía no resultan demasiado atractivos", apuntan. Para las autoridades monetarias, la diversificación de reservas en oro les permite contar con un activo estable en caso de turbulencias con su respectiva divisa, el pan de cada día, por ejemplo, en economías de países inflacionarios.

Pierre Lassonde, presidente de honor de la minera Franco-Nevada y pionero de la venta de 'derechos o royalties de explotación' de oro en los años 80, cree que el mercado hace tiempo que trasladó su eje de gravedad del Oeste al Este hasta Asia. "El mundo aún no ha despertado. El comprador clave de oro ya no es Estados Unidos, ya no es Europa, sino que es China. Entre el banco central del país y el público chino, China absorbe más de dos tercios de toda la producción anual. Son el nuevo comprador marginal. Allí es donde se fija el precio del oro", señaló este martes Lassonde  en una debate en el sitio especializado en metales Kitco News.

Salida de fondos...

"Mientras que el contexto macroeconómico respalda al oro, el ciclo de alzas de tipos de interés continuas había mantenido a muchos inversores al margen. De hecho, la arraigada relación positiva entre los precios del oro y los ETF (fondos cotizados) respaldados físicamente por el metal se ha roto, con el volumen de activos bajo gestión en estos vehículos menguando", señalan desde Bank of America.

Según el análisis de BofA, los datos de activos bajo gestión de estos fondos muestra que la mayoría de salidas de dinero en estos fondos de oro se han visto impulsadas por los reembolsos de asesores financieros, un indicador de los movimientos de inversores minoristas. "De manera similar, y más en el lado del inversor institucional, las posiciones netas sobre futuros [en oro] han permanecido muy por debajo de los máximos de los últimos años", apuntan en la firma estadounidense.

La escalada a máximos históricos de buena parte de las bolsas desarrolladas, el resurgir del Bitcoin como opción de inversión a partir de los mismos ETF de oro que languidecen y las rentabilidades atractivas de los bonos han ocupado la atención, el tiempo y el dinero del mercado de capitales tanto en Europa como en EEUU. "¿Significa eso que los inversores occidentales han perdido por completo el interés en el oro?", se preguntan en Bank of America. Su respuesta es "no". Hay otras vías que se han utilizado con fruición para tener exposición al oro con menor inversión, aunque un riesgo asociado mucho mayor: los derivados financieros.

... y entrada en opciones

Por ejemplo, Bank of America señala que las opciones sobre el oro han sido "muy populares" con un fuerte aumento de las estrategias de inversión de riesgo. "Las 'opciones delta baja' han sido muy demandadas. Los operadores querían exposición al repunte, pero en forma de opcionalidad, no de inversión convencional", argumentan. Ese tipo de derivado mira más allá del corto plazo, se mueve en origen cercano al precio del subyacente -el oro, en este caso- y limita las ganancias iniciales en caso de subida, pero su revalorización se acelera en teoría conforme los precios siguen subiendo. Ha sido el caso del oro en estas últimas semanas.

"En nuestra opinión, esto está fuertemente influenciado por la continua inquietud sobre el rumbo de la política monetaria. Sin embargo, si la Reserva Federal (Fed) finalmente comienza a recortar las tasas, los inversores deberían regresar al mercado, lo que también compensaría una demanda de inversión china potencialmente inferior a medida que mejora la confianza en el país asiático y se acelera la economía", apuntan desde Bank of America, que sitúa su precio objetivo para el oro de 2.400 dólares para esta 2024, una cota cercana al nivel actual.

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