Fraser, primera mujer que dirigirá un gran banco de EEUU

El reto de la banquera más poderosa de Wall Street que 'limpió' la deuda de Citi 

Debe convencer a los inversores de que su visión estratégica para el banco le permitirá lograr los objetivos de rentabilidad y borrar para siempre el estigma del rescate de 45.000 millones que le permitió sobrevivir.

EFE
El reto de la banquera más poderosa de Wall Street02/04/2019
Ángel Martínez | EFE

Michael Corbart se retira antes de lo previsto. Eso convertirá a Jane Fraser en la primera mujer que dirigirá un gran banco de Estados Unidos, en una industria dominada durante décadas por hombres. La ejecutiva ya tenía el camino preparado para llegar a lo más alto en la cúpula directiva de Citigroup cuando fue nombrada hace un año presidenta del conglomerado financiero, el tercero más importante del país y uno de los más potentes a escala global.

El ascenso definitivo de la nueva consejera delegada de Citigroup es, en parte, consecuencia de una carambola tras la dimisión de Jamie Forese en abril de 2019 como presidente. El ejecutivo era visto en Wall Street como el heredero natural. La renuncia le presentó así la oportunidad que esperaba Jane Fraser y la luchó durante seis meses, el tiempo que llevó al banco tapar el roto. En la carrera competía también Stephen Bird, que pasó a dirigir el Standard Life Aberdeen.

Fraser, de 53 años, dirigió las operaciones en América Latina. Al cargo de presidenta le sumó el de jefa de la banca de consumo global, una clara indicación hacía donde iba encaminada. Corbart, por su parte, dijo que entonces que estaría uno o dos años más. Ahora se apeará 18 meses después del cambio en la presidencia y el relevo se da a conocer solo un mes después de que Citigroup realizara por error un pago de casi 900 millones de dólares a los acreedores de Revlon.

El traspié fue crítico y puso en evidencia los problemas tecnológicos que estaban lastrando su eficiencia desde hace años. La Reserva Federal ya le advirtió que debía corregirlos para pasar las pruebas anuales de estrés. Pero en lugar de priorizar la inversión para la modernización de la infraestructura, Corbart optó con mano dura por la reducción de costes y eliminar las ineficiencias que heredó cuando fue nombrado consejero delegado en 2012, tras la crisis financiera.

Los inversores activistas ya venían agitando entre bastidores para que se produjera el cambio antes del fiasco de Revlon. La evolución bursátil es otro factor. Las acciones de Citigroup se apreciaron un 40% durante el mandato de Corbart, frente al 140% de JPMorgan y el 170% de Bank of America. Antes de la pandemia llegaron a pagarse 80 dólares. Ahora rondan los 50 y en lo que va de año perdieron un 35% del valor. El anuncio del cambio en plena crisis, sin embargo, les cogió por sorpresa.

La explicación oficial de Citigroup es que la intención de Cobart era retirarse el año próximo y que, al anunciar el plan de su sucesión ahora, dará tiempo para poder realizar la transición sin sobresaltos. El reto para Fraser es enorme. Para empezar, deberá convencer a los inversores de que la visión estratégica que tiene para el banco le permitirá lograr los objetivos de rentabilidad establecidos hace años y borrar para siempre el estigma del rescate de 45.000 millones que le permitió sobrevivir.

Fraser tiene la fama en Wall Street de ser una ejecutiva que arregla cosas. Fue una de las encargadas de limpiar la deuda tóxica que ahogaba al banco por las hipotecas basura y después en la filial latinoamericana a raíz de los escándalos en México. Antes de trabajar para Citigroup lo hizo para Goldman Sachs y la consultora McKinsey. En el parqué, sin embargo, se le valorará también por su capacidad para generar nuevos negocios y no a limitarse solo a cerrar la brecha con sus rivales.

Cuando el relevo se haga efectivo en febrero próximo, Jane Fraser se colocará en lo más entre las grandes ejecutivas de empresa que cotizan en Wall Street. Actualmente hay 38 mujeres que ocupan el cargo de consejera delegada en la lista de grande corporaciones que integran el 'Fortune 500'. La última que se sumó fue Linda Rendle, la que más manda en Clorox, una marca omnipresente en los hogares y que se hizo aún más relevante con la pandemia por el coronavirus.

Clorox es el mayor productor de desinfectante y productos de limpieza del mundo. Acaba de tomar las riendas este pasado 14 de septiembre, justo dos semanas después de que Sue Nabi lo hiciera en la firma de belleza Coty. Nunca antes hubo tantas mujeres al frente de un titán corporativo. La primera fue Katharine Graham hace casi medio siglo, como directora general del grupo que editaba 'The Washington Post' antes de ser adquirido por Jeff Bezos.

Hace dos décadas había solo dos mujeres en la cima. El progreso de escalada está siendo, en todo caso, lento pese a que un estudio de S&P Global Market Intelligence revela que las compañías dirigidas por mujeres son más rentables y tienen un mejor rendimiento en Wall Street. Representan aún menos del 8% y solo tres son de color. Se trata de Sonia Syngal, de Gap, Lisa Su, la ejecutiva que salvó la tecnológica Advanced Micro Devices, y Joy Wat, de la cadena Yum China.

A la baja representación de género y racial se le suma otro detalle importante que da aún más relevancia al ascenso de Jane Fraser. Muchas de estas mujeres ocupan cargos de alta dirección en la parte más baja de los lista del 'Fortune 500' y solo siete hasta este verano estaban entre las cien mayores corporaciones. La más destacada es Mary Barra, como consejera delegada de General Motors. Le sigue Gail Koziara, de la aseguradora Anthem, y Carlon Tomé, en UPS.

La organización Catalyst, centrada a acelerar el ascenso de las mujeres en puestos de liderazgo, califica los últimos nombramientos de"victoria incremental". Pero pone énfasis en que este récord de ejecutivas al frente del 'Fortune 500' sucede cuando la crisis sanitaria global y sus efectos económicos están afectando más profesionalmente a las mujeres que a los hombres. No solo perdieron sus trabajos a un ritma mayor, además se hicieron cargo del cuidado de sus hijos.

Otra de las siete nuevas integrantes es Kristin Peck (Zoetis). Pero este año también se apearon de lo más alto varias mujeres. El cambio más relevante fue el de Marillyn Hewson de Lockheed Martin, aunque aún conserva la presidencia del consejo de administración de la gran contratista del Pentágono. Ginni Rometty se retiró de IBM y Kathryn Marinello dimitió como consejera delegada de Hertz, con la compañía sumida en una intensa reestructuración.

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