Posdata

El cambio (imprescindible) del Partido Popular

Feijóo ha tomado las riendas de un partido desarbolado con Casado. Ayuso, por su parte, se prepara para asumir en breve la presidencia de la formación en Madrid. Algo va a cambiar.

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, momentos antes de empezar la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular, tras las elecciones generales del 10N, en Madrid (España) a 12 de noviembre de 2019. 12 noviembre 2019, PP, PARTIDO POPULAR. Eduardo Parra / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 12/11/2019
Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso.
Europa Press

Cumbre Europea de las Regiones (Marsella), cara a cara con el Negociador Jefe de la Unión Europea sobre el Brexit, reunión con el ministro consejero y encargado de negocios de la Embajada de Ucrania, ofrecimiento del Hospital Enfermera Isabel Zendal para ayuda humanitaria al país invadido por Rusia, acto con los Reyes de España de Ejemplaridad del pueblo de La Palma, reunión de cooperación con la República Federal de Alemania, recepción al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Cumbre de Presidentes en la isla de La Palma, reunión con su homóloga francesa Valérie Précresse, encuentro en Nueva York con el alcalde de la ciudad...

La agenda de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha llenado de citas internacionales en las últimas semanas, coincidiendo con la crisis interna dentro del Partido Popular, la invasión rusa de Ucrania y las informaciones sobre el 'caso mascarillas', cuya adjudicación recayó en una compañía para la que intermedió el hermano de la política madrileña.

Asimismo, la proyección en el exterior de la lideresa popular viene a reforzar su posición de vencedora en la guerra contra el expresidente de la formación de Génova, Pablo Casado, que fue enterrado políticamente sin grandes sermones en el cónclave de Sevilla, en el que Alberto Núñez Feijóo tomó el relevo para poner orden y marcar un nuevo rumbo . Los últimos actos incorporados a la agenda de la mandataria le han llevado a Bruselas donde mantuvo varias reuniones de trabajo con dirigentes comunitarios, entre ellos la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y tres comisarios: Janez Lenarcic (Gestión de Crisis), Mariya Gabriel (Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud) y Dubravka Suica (Vicepresidenta de la Comisión y Comisaria de Democracia y Demografía).

A Casado le sobró en Sevilla parte de su discurso -no está para dar consejos- y su ovación del adiós fue solo un murmullo frente a la ovación regalada a Díaz Ayuso

En Sevilla, Ayuso dijo que el Congreso que ha catapultado a Feijóo a la primera fila del PP era producto "de una crisis que nunca debió existir" pero en la que ella ha ocupado un papel protagonista junto al ya olvidado Casado, que se ha llevado la peor parte. Casado ha pagado su bisoñez política, y con él los que le acompañaron en el choque contra la Puerta del Sol. Casado nunca ha querido darse cuenta de que su elección como ariete del Partido Popular salió realmente no de sus propios apoyos sino de los de aquellos que trataban de impedir que Soraya Sáenz de Santamaría tratase de ocupar el trono de Génova. La abogada del Estado encontró sin dificultad empleo en una firma de prestigio; Casado tiene ahora en su hoja de ruta hallar acomodo fuera de la política, dado que dentro le acompañaría siempre la derrota frente a Díaz Ayuso y su dimisión.

Casado quería despedirse como entró, en el marco de un Congreso, pero con escenografía muy diferente del que le coronó al frente del hoy mayor partido de la oposición: este fin de semana en Sevilla le sobró buena parte de su discurso, cargado de doctrina -no está como para dar consejos ni marcar rumbo de acción- y su ovación desde el auditorio del adiós fue tan solo un murmullo frente a la ovación cerrada regalada a Díaz Ayuso por los peperos presentes en la confirmación de Feijóo como líder. Es lo que pasa cuando una gana y otro pierde; idem de idem le habría sucedido a ella en caso contrario.

Ahora Ayuso se prepara para el pulso del Congreso Regional que podría convertirla en presidenta del PP de Madrid. Las tensiones para la celebración de esta reunión fueron una de las claves de los encontronazos entre Casado y la lideresa, que terminaron, como ya todos saben, como el rosario de la aurora, mal por no decir peor. De hecho, el núcleo de Casado esgrimía que la polémica por los contratos de las mascarillas en los que intermedió el hermano de Ayuso podrían ensombrecer la subida a los altares de la política madrileña. Probablemente, Ayuso y Feijóo hayan cerrado los flecos de estos pormenores antes del cónclave de Sevilla.

Feijóo se verá con Sánchez y será el primero en notar que algo ha cambiado. No sería raro que el líder gallego apoyase al Gobierno en cuestiones capitales.

Lo esperable es que en breve, Díaz Ayuso anuncie la convocatoria del Congreso, de común acuerdo con el nuevo presidente de la cosa popular. Se habla de mayo, fecha hasta la que no sería raro que sigan lloviendo chuzos de punta por la calle de Alcalá. Ya lo dice el refrán: 'Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo'. Ayuso difícilmente tendrá un rival sólido que pretenda el PP regional; los más conciliadores esperan que el alcalde Martínez-Almeida sea invitado a ocupar un puesto relevante y que, de esta forma, se cierren las fisuras abiertas con la polémica del presunto encargo de un espionaje cocinado en algún lugar del palacio de Cibeles.

El tándem Ayuso-Almeida es imbatible, a día de hoy, con un PSOE desarbolado en la región. Las relaciones entre la presidenta regional y el alcalde de la capital de España no atraviesan por su mejor momento, hasta el extremo de que no cruzan palabra entre ellos, pero la estrategia política y la nueva dirección de Génova han de saber sembrar en tierra quemada… y entre Ayuso y Almeida hay un cortafuegos notable.

Mientras tanto, Feijóo comienza una etapa en la que las mayorías absolutas brillan por su ausencia y en las que armar puzzles políticos es una habilidad extrema capaz de trazar la cuadratura del círculo entre formaciones y partidos de ideologías opuestas, complementarias y hasta contrarias, según qué asuntos. Feijóo, desde que está en política -y eso es mucho tiempo- nunca había pensado que habría de combatir a los partidos a su izquierda y también a uno que se halla a su derecha y que no levanta el pie del acelerador. Feijóo dice que ha venido para ganar y para Gobernar en 2023. En pocas horas se encontrará con Pedro Sánchez, que será el primero en darse cuenta de que algo ha cambiado. Sin ir más lejos, no sería de extrañar que el líder gallego apoyase al Gobierno en cuestiones capitales.

Nuevos políticos, nueva política.

Buena semana.

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