Cómo conservar el aguacate una vez abierto para que no se ponga negro

El aguacate, fruto del árbol homónimo, es una de las bayas más de moda en las recetas 'healthy' y una de las fuentes de grasas y otros micronutrientes más saludables disponibles en la frutería. La única pega que presenta este fruto es, lamentablemente, su corta vida. 

Los aguacates tienden a estropearse con facilidad y más una vez abiertos. Además de que es difícil encontrar su punto de madurez perfecto para que no estén ni muy verdes ni muy pasados, es casi imposible conservar una mitad del aguacate ya abierto para el día siguiente y no encontrarla negra u oxidada. 

El gesto más instintivo a la hora de guardar las sobras en la nevera es envolverlas en papel film pero, en este caso, de poco servirá. Al oxidarse de manera rápida, lo más inteligente es aislar o envasar al vacío el aguacate aunque esta opción no siempre es posible. 

Por eso, lo más sencillo para evitar que el aguacate se oxide de un día para otro es conservar la mitad que no se vaya a utilizar con el hueso íntegro y frotar la superficie con unas gotitas de limón. Si se prefiere cubrirlo, habrá que hacerlo evitando que queden huecos por donde el aire pueda entrar en contacto con la carne del fruto.

Otro gran truco que ha descubierto en sus redes el 'real fooder' Carlos Ríos es sumergir el medio aguacate en un bol o tupper de cristal. Al agua se le pueden añadir también unas gotitas de zumo de limón y lo mejor es dejar la mitad a conservar 'bocabajo', es decir, con el hueso sumergido en el agua.

Y por último, pero no por ello menos importante, los aguacates también pueden congelarse. Su textura se verá afectada al descongelarlos, por lo que es mejor destinar los frutos congelados para hacer salsas o guacamoles, pudiéndose chafar y guardar en una bolsa hermética antes de meterlos en el congelador. Lo más oportuno es consumirlos antes de que pasen 5 o 6 meses en el congelador.