"Priorizaron los datos a las residencias"

Ayuso ficha 30 técnicos de Salud Pública de los 400 prometidos: "No llegamos"

Los servicios de vigilancia de Madrid denuncian que los refuerzos apalabrados no han llegado y que no habrá suficientes manos para aplacar el rebrote.

Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de Madrid
Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de Madrid
Europa Press

El Gobierno de Madrid anunció el fichaje de 400 técnicos de Salud Pública el pasado 13 de mayo. Dos meses después, los contratos sellados no llegan a la mitad. "Hace un mes se reforzó el servicio con 16 especialistas en Medicina Preventiva", asegura la Federación de Sanidad de CCOO a La Información, "La comunidad nos informó de que estaba gestionando otros 37, de los que, a fecha del pasado viernes, solo se habían firmado 14". El conteo choca con los datos de la consejería. "Las incorporaciones ascienden a 144 y están previstas otras 41", afirman a este medio. La diferencia emana de la idea de 'técnico de Salud Pública', concepto que el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso emplea, desde el inicio de la desescalada, como un velo que arropa desde epidemiólogos hasta profesionales de atención telefónica, sin formación específica. La impresión entre los especialistas del servicio es unánime: "No va a haber capacidad para contener el rebrote".

"Entre estos 144 contratos firmados existen distintos perfiles profesionales, como epidemiólogos, preventivistas, enfermeras, operadores del Centro de Atencion Personalizada...". Fuentes de la consejería han descrito así el refuerzo a los equipos de Salud Pública de la región, en conversaciones con este medio. La Administración no entra en detalles sobre qué proporción de dichos contratos fueron firmados por especialistas, propiamente dichos. Entonces, ¿hasta qué punto es correcto hablar del 'fichaje' de 144 técnicos de la rama? El BOE discrepa. La ley 1/1986, de 10 de abril, de la Función Pública de la Comunidad de Madrid, recoge en la sección tercera sobre 'Cuerpos de Administración Especial' que el de Técnicos Superiores de Salud Pública,  abraza las escalas de Medicina y Cirugía, Farmacia y Veterinaria". La propia ley avisa de que no todo cabe en el 'cajón desastre' de la Salud Pública.

La considerable cuantía de los refuerzos comprometidos, contrastan con la exigua dotación de estos servicios en toda España, desde su misma base. El año pasado salieron 6.797 plazas MIR de 44 especialidades, la de Medicina Preventiva y Salud Pública apenas acaparó 69. Esto significa que, en todo el país en 2019, menos de un centenar de médicos se hicieron con esta especialidad. Desde CCOO desgranan la treintena de contratos de los que el sindicato tiene constancia. "Hace un mes se contrató a 16 especialistas en Preventiva que acababan de terminar su residencia. Hace unos días supimos que había otros 37 contratos encima de la mesa, de los que se han firmado 14, todos ellos, suscritos por enfermeras diplomadas en Salud Pública". 

Los compromisos de la desescalada

Entre esta treintena de profesionales, con formación específica en rastreo y vigilancia, y los 144 de los que habla la consejería, hay un vacío de 114 contratos cuyo perfil no se enmarca en ninguno de estos dos colectivos. La brecha es aún mayor con los 400 técnicos que prometió el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, el 13 de mayo, cuando la presión de la desescalada pesaba sobre un Madrid en Fase 0. La cartera de de Sanidad rechazó en dos ocasiones -el 8 y el 15 de mayo-, el salto de la comunidad a la Fase 1. El diagnóstico sobre la red madrileña de rastreo fue idéntico: "El informe tampoco aporta suficiente información sobre el sistema de trazabilidad de contactos (diseño y dotación de recursos), como para garantizar su capacidad para asumir el volumen de contactos que se van a generar tras la entrada en vigor de los nuevos protocolos". 

"Nos fuimos apañando", recuerdan fuentes que entraron a reforzar los servicios regionales de vigilancia. El Área Única de Salud Pública de la comunidad se compone de cuatro servicios: Vigilancia epidemiológica, Prevención y promoción de la salud, Seguridad y zoonosis alimentarias; y Sanidad ambiental y antropozoonosis. Con la llegada de la Covid, el primero tuvo que fortalecerse rápidamente. "Es uno de los menos dotados, así que hubo que tirar de voluntarios y profesionales de otros servicios para dar salida a una cantidad ingente de trabajo", explican las mismas fuentes.

 "Durante todo este tiempo y hasta mediados de junio, se contrató a cerca de una decena de MIR de la especialidad que acababan de terminar la residencia, mientras que los residentes que se encontraban en rotación por entonces, también apoyaban". La comunidad también fichó a profesionales de otras CCAA. Durante la desescalada, entre remesa y remesa, salvaron los muebles, pero ahora cada mochuelo ha regresado a su olivo y los servicios vuelven a estar bajo mínimos. "El temor es generalizado entre la plantilla. Si hay un rebrote en otoño no llegaremos"

"Se priorizó la recogida de datos a la actuación en las residencias"

La Salud Pública madrileña se divide, a su vez, en once áreas territoriales. En plena pandemia mundial, toda España sufrió las consecuencias de un cuerpo de preventivistas envejecido, consecuencia de varios años sin convocar nuevas plazas. "En cada una de las once zonas hay uno o dos epidemiólogos en plantilla. Si el refuerzo es equiparable a las jubilaciones, al final no son refuerzos, son sustituciones ", explican fuentes del servicio, "Estos se han encargado de analizar los informes sobre los nuevos casos y contactos que llegaban desde cada centro de salud, hospital, albergue o residencia dentro de sus fronteras". 

"Este verano va a ser muy difícil cubrir los huecos de las vacaciones", aseguran fuentes del servicio, "Durante los momentos más duros, se movilizó a gente que ya formaban parte de programas de cribado de colon para el rastreo de casos, al igual que ocurrió con las enfermeras de salud escolar". Aún así, el papel de los voluntarios estaba limitado por su propia condición. "Los voluntarios no llegan a aquellas tareas que requieran la representación oficial". A los epidemiólogos les faltaron horas en el peor momento, cuando la presión por actualizar los datos era mayor que la de reflexionar sobre el foco mismo de los contagios. 

"Llegamos tarde a las residencias porque se priorizó la recogida de datos... y ni siquiera llegábamos a eso". La información fluía en vertical sin tiempo para el verdadero rastreo. "Los centros de salud elevaban la información a los servicios del área y estos a los centrales de la comunidad... el volumen era tal que apenas ha existido comunicación ni coordinación entre los distintos niveles, simplemente pasabas informes a a los que tenías arriba". Los especialistas lamentan que, en este escenario, se dejó de cumplir con la misión esencial de la Salud Pública: acompañar y aconsejar sobre cada paso a los focos especialmente vulnerables, como las residencias.

Un sistema informático que permita relacionar la información que llega desde cada fuente y personal con formación específica. Los especialistas de Preventiva coinciden en los ingredientes necesarios para vacunar al país de un rebrote. "El análisis de lo que ocurre no llega ni con la calidad que exigen las circunstancias, ni a tiempo", denuncia, "Ha sido deprimente, no se ha integrado a los profesionales en el terreno en la toma de decisiones. Los protocolos cambiaban con demasiada rapidez, alguien llegaba y decía, 'Ahora es esto lo que tenéis que hacer'". 

El departamento que dirige Salvador Illa levantó la barrera de la Fase 1 a la Comunidad de Madrid el 25 de mayo, cuando consideró que el territorio disponía de suficiente capacidad para diagnosticar a los casos bajo sospecha y había adecuado los recursos humanos al sistema de detección precoz de la Covid. Sanidad se hizo eco del refuerzo del que había informado la consejería: "La incorporación de voluntarios y efectivos adicionales para realizar estas tareas, pasando de 36 a 169 efectivos". El 'parche' del traslado de especialistas en plantilla y del comodín de los voluntarios, tiene fecha de caducidad y será antes de una previsible segunda oleada.

La consejería asegura que "el circuito está bien dimensionado", pero la sensación de los equipos es distinta. "Al final sacas el trabajo a costa de una jornada de doce horas sin un fin de semana libre desde febrero... pero ahora la gente está con la batería al cero y la sensación de que con cada especialista se ahorran cuatro", lamentan desde una de las áreas de la comunidad, "Los profesionales se han dejado la piel y muchos tienen la sensación de no haber podido llegar". La empresa de cerrar esos 37 contratos no es un camino de rosas. La Salud Pública sufre una fuga de profesionales crónica hacia los hospitales (en ellos se les reconoce una carrera profesional que en la Administración obvian). El tiempo apremia y el incremento de contagios sigue al alza. De poco sirve apagar los fuegos, si no se atrapa al pirómano.

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