En el tercer trimestre

La debilidad de la economía europea frena el PIB de la OCDE hasta el 0,4%

Las consecuencias sobre el PIB europeo de la guerra en Ucrania y de la crisis energética, a la que los socios son más vulnerables por su mayor dependencia, lastran el avance del conjunto de los países desarrollados

Mathias Cormann, secretario general de la OCDE
Mathias Cormann, secretario general de la OCDE
Maud Bernos / OCDE

Las consecuencias sobre la economía europea de la guerra en Ucrania y de la crisis energética, a la que los socios comunitarios son más vulnerables por su mayor dependencia en este ámbito, han lastrado el crecimiento de la región en el tercer trimestre y han supuesto un freno para el conjunto de los países desarrollados, de acuerdo con los cálculos que ha publicado este lunes el 'think tank' que los agrupa, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. El PIB de los países que componen la OCDE avanzó un 0,4% entre julio y septiembre, una décima menos que en el trimestre previo.

En un contexto de fuerte incremento de los precios y de endurecimiento de las condiciones financieras por las subidas tipos que los bancos centrales han venido aplicando para hacerle frente, la economía de los países más desarrollados creció un 3,3% en términos interanuales. El empuje de la actividad en Estados Unidos, que se expandió un 0,6% después de acumula dos trimestres consecutivos a la baja (en lo que se considera una recesión técnica) ha permitido suavizar el impacto del frenazo europeo. 

Entre julio y septiembre, el PIB de la zona euro prácticamente se estancó. Avanzó un leve 0,2%, frente al crecimiento del 0,8% que había registrado en el segundo trimestre. Mientras, la riqueza de los países del G7 (EEUU, Japón, Reino Unido, Canadá, Alemania, Francia e Italia) avanzó el doble que en el periodo anterior, al 0,4%, impulsada por el mejor desempeño de la mayor economía del planeta. 

En el caso de Reino Unido, donde la economía pelea con los efectos del Brexit, de la incertidumbre política y de una inflación en máximos históricos (la tasa anual se situó en octubre en el 11,1%), el PIB se contrajo un 0,2% y puso al país al borde de la recesión, puesto que venía de crecer un 0,2% entre abril y junio. En España, el avance de la actividad fue también del 0,2% en el tercer trimestre. La economía nacional frenó en seco desde el 1,5% al que había crecido coincidiendo con el repunte del turismo en plena temporada estival (la primera sin las restricciones impuestas para frenar la expansión de la covid-19).

El problema de la inflación y el crecimiento para el BCE

La pasada semana la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advertía de que pese a que la amenaza de una recesión en la zona euro es más intensa, es "improbable" que un retroceso de la economía en el área vaya a reducir mucho la inflación a corto plazo, lo que ha sido interpretado como un mensaje claro de que el BCE seguirá adelante con el endurecimiento de la política monetaria. 

La entidad se propone aplicar nuevas subidas de tipos de interés -que se sitúan actualmente en el 2%- para tratar de atajar una subida de los precios que ha alcanzado niveles históricos en octubre, en el 10,6%. Su economista jefe, Philippe Lane, ha enfriado las expectativas de otro alza del 0,75% en diciembre como la que el emisor ha aplicado tanto en el mes de octubre como en el de noviembre. 

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