El agujero supera ya los 3.000 millones

Las empresas temen que Escrivá les pida una derrama para pagar bajas por Covid

Seguridad Social rechaza la propuesta de las mutuas de recurrir a la banca para sufragar la factura de las prestaciones por IT asociadas a la Covid y les insta a consumir sus reservas de capital.

Escrivá
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
Europa Press

La cobertura de la avalancha de bajas médicas de trabajadores asociadas a la Covid, bien por contagios o por cuarentenas derivadas de éstos, se ha convertido en un problema financiero de enorme magnitud para el sistema de Seguridad Social. Los datos que maneja el sector de las mutuas de accidentes de trabajo, que tienen encomendado el pago de las prestaciones por incapacidad temporal en su calidad de entidades colaboradoras de la Seguridad Social, apuntan a que la factura real de las bajas médicas de 2020 excederá al cierre del ejercicio en más de 3.000 millones de euros la financiación pública prevista para darle cobertura, lo que está dejando a las entidades en una situación financiera límite, ya que se están viendo obligadas a asumir ese sobrecoste ante la ausencia de inyecciones financieras adicionales por parte de las arcas públicas.

Tras varias semanas de intercambios de papeles y negociaciones infructuosas con la Seguridad Social para que el erario público sufragara al menos la factura de más de 1.500 millones de euros de la llamada IT Covid, es decir, las prestaciones específicas por bajas derivadas de contagios o cuarentenas por coronavirus, el sector intentó hace unos días una última maniobra para evitar tener que consumir sus reservas de capital para hacer frente a este sobrecoste y planteó la posibilidad de que las entidades en una situación financiera más frágil pudieran recurrir de forma excepcional a préstamos bancarios para financiarse ante la insuficiencia de las transferencias procedentes del erario público.

La Seguridad Social dijo 'no' a la posibilidad de pagar las bajas con financiación bancaria y las mutuas se enfrentan ahora a un abismo nunca antes conocido. Fuentes del sector advierten que bajo las actuales condiciones una decena de mutuas - alrededor de la mitad del sector - cerrará el año 2020 con sus reservas por debajo del nivel mínimo exigido por la ley, cuatro de ellas caerán por debajo del 'umbral de emergencia' que exige a la Seguridad Social intervenir las entidades para garantizar que cumplen con los servicios que tienen encomendados y una de ellas se quedará sin tesorería para pagar las prestaciones de las empresas asociadas. La normativa vigente habilita al Ministerio para que en estos casos reclame a las empresas asociadas a las mutuas en problemas los recursos necesarios para estabilizar su situación financiera y, según fuentes empresariales, el temor a que el departamento de José Luis Escrivá plantee en 2021 derramas a las empresas de las mutuas con dificultades financieras para hacer frente al coste de las bajas por la Covid ha comenzado a extenderse

Un margen de maniobra cada vez menor

La caja de la mayoría de las mutuas está en los huesos. La crecida del gasto por bajas desde el año 2014 y la resistencia de los sucesivos gobiernos a mejorar la financiación de las mutuas para atender a este fenómeno ha ido consumiendo poco a poco los colchones de capital constituidos durante los años de la crisis, en los que la incidencia de las bajas cayó a plomo. La tendencia se cobró su primera víctima en 2018, cuando Mutua Gallega acabó absorbida por Ibermutuamur, tras ser intervenida por la Seguridad Social. El caso fue más un síntoma que un hecho aislado. La pandemia ha terminado aflorando la delicada situación financiera del sector.

Sin margen para abordar una operación de rescate que en su día estuvo sobre la mesa por la cantidad de recursos consumidos por los ERTE y por la prestación especial por cese de actividad de los autónomos - cuya gestión también se ha encomendado a las mutuas, pero en este caso con financiación suficiente -, la Seguridad Social ha optado por que sean las mutuas las que abonen la factura extra de las bajas por Covid con sus recursos propios, aún a riesgo de empujar a buena parte del sector a una situación límite. 

El plan del departamento que dirige José Luis Escrivá pasa por que las mutuas que ya se han quedado sin 'colchón de seguridad' materialicen la parte de sus reservas de capital invertidas en activos mobiliarios para sufragar el pago de las bajas. Esto dejará, como ya se ha mencionado, a una decena de mutuas por debajo de la reserva mínima que exige la normativa y por tanto en situación de emergencia. Lo que está valorando el Gobierno ahora, según confirman a La Información diversas fuentes del sector, es cambiar la ley para rebajar ese mínimo legal y evitar así a la Seguridad Social el trago de tener que intervenir a buena parte del sector en plena crisis sanitaria.

Las fuentes consultadas aseguran que ésa es una solución transitoria que puede servir para evitar una intervención masiva del sector a corto plazo, pero que no resuelve el problema de fondo: la insuficiencia de los recursos aportados por la Seguridad Social para atender los gastos crecientes de las prestaciones por incapacidad temporal. Inciden en que en 2020 la insuficiencia financiera del sector superará los 3.000 millones, si se agregan los más de 1.500 millones de euros de las prestaciones de cobertura de las bajas por Covid, los 565 millones de agujero estructural de las bajas por contingencias comunes (enfermedades de origen no laboral: gripes, resfriados, depresiones...) y los menores ingresos por cerca de 1.000 millones de euros por medidas de política económica como las exoneraciones a los trabajadores en ERTE y los autónomos

Los datos que se manejan en el sector, a los que ha tenido acceso La Información, subrayan que a la altura del próximo mes de marzo las mutuas ya solo dispondrán de 155 millones de euros en activos para materializar y que el riesgo de estrangulamiento de la tesorería de un puñado de mutuas es muy elevado. En otras palabras, que a partir del segundo trimestre de 2021 podrían aparecer problemas para pagar en tiempo y forma las prestaciones cuya gestión tienen encomendada por un problema de falta de liquidez, lo que, según el sector, habilitaría al Ministerio para adoptar medidas cautelares sobre las mutuas y apelar al principio de responsabilidad mancomunada de las empresas asociadas. En otras palabras, lo que habilitaría al Ministerio a decretar derramas para pagar las bajas por Covid.

Las soluciones que propone el sector

El sector se ha movido para tratar de resolver su situación estructural de insuficiencia financiera en el trámite parlamentario de los Presupuestos. Las enmiendas planteadas por Ciudadanos y PNV para tratar de garantizar la suficiencia financiera de las mutuas a la hora de gestionar las prestaciones que tienen encomendadas no pasaron ni el primer filtro aplicado por el Gobierno. Las mutuas se han estrellado una y otra vez con los sucesivos responsables de Seguridad Social que han tenido los últimos gobiernos a la hora de incrementar la porción de cuota que reciben de las cotizaciones por contingencias comunes - de dónde sale el dinero para las pensiones - para financiar la factura creciente de las bajas.

La solución planteada por la Seguridad Social tampoco convence al sector. Las fuentes consultadas entienden que la utilización de las reservas de capital de las mutuas sólo debería habilitarse para la cobertura transitoria de desequilibrios estructurales y coyunturales, - y por tanto reversibles- pero no para insuficiencias estructurales como la que entienden que se da en el caso de las bajas por contingencias comunes. 

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