En el inicio del año

Del ERTE al despido: más de 140.000 salidas en comercio, hostelería y ocio

Las empresas de los sectores más afectados por la crisis optan por dos vías de flexibilidad:  rescindir contratos transcurridos los seis meses de la cláusula de salvaguarda o acogerse a nuevos expedientes.

Un hombre cierra su restaurante el día en el que se adelanta el cierre de hostelería a las 22.00h, en Madrid.
Del ERTE al despido: más de 140.000 salidas en comercio, hostelería y ocio
Europa Press

Los peores augurios se han cumplido y las empresas de los sectores más afectados por la crisis de la Covid-19 que se acogieron durante la primera ola de la pandemia a expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y recuperaron a sus trabajadores en verano, cuando reanudaron su actividad tras el confinamiento, están empezando a despedir a una parte importante de sus plantillas, una vez superado el compromiso de mantenimiento del empleo de seis meses impuesto por el Gobierno. Se trata de sectores como el comercio, la hostelería o el ocio, los más castigados por las restricciones sanitarias, que suman entre los tres más de 140.000 bajas del sistema de la Seguridad Social entre los meses de enero y febrero de 2021.

En concreto, las empresas de las actividades citadas acumulan una pérdida en el inicio del año de 141.523 efectivos, a razón de 91.387 en enero y otros 50.136 en febrero. Si se analizan los afiliados medios en alta por sectores de actividad CNAE a dos dígitos se observa un desplome de 64.724 cotizantes en el ámbito del comercio (entendiendo como tal desde el comercio al por mayor y al por menor hasta la venta de vehículos, el transporte o las actividades postales), una caída de 62.816 en las ramas relacionadas con la hostelería (servicios de alojamiento y de comidas y bebidas) y un descenso de 13.983 en el marco de los otros servicios, donde se incluyen las actividades recreativas y artísticas, además de otras deportivas o asociativas.

Estos datos respaldan la teoría de que las compañías pertenecientes a estos sectores, que acumulan comparativamente más bajas laborales que otras ramas de actividad, han optado por ajustar plantillas de manera definitiva tras aguantar con muchas dificultades durante los seis meses posteriores al ERTE. Hay que recordar que la denominada 'cláusula de salvaguarda del empleo' afecta a las empresas que hayan hecho un ERTE y se hayan beneficiado de exoneraciones de cuotas a la Seguridad Social. No obstante, la obligación de mantener la plantilla no impide despedir a trabajadores, sino que impone como penalización a la empresa la obligación de devolver todas las exenciones que hubiera disfrutado, algo que la mayoría de compañías no puede permitirse en la situación actual, por lo que han optado por esperar hasta poder deshacerse de los trabajadores sin asumir este castigo.

Así, por un lado, las empresas del comercio, la hostelería y el ocio han optado por la rescisión de contratos, una vez transcurrido el medio año tras la reanudación de la actividad después del ERTE. "Este periodo de seis meses se cumplía entre diciembre y enero (según el momento de rescate de los trabajadores: junio o julio), lo que junto con la cronificación de la crisis sanitaria y el regreso de las restricciones, así como la dilatación de una situación económico-financiera comprometida y la incertidumbre que impera para encarar los próximos meses, ha podido llevar a muchos  empresarios de estos sectores a adoptar esta decisión tan drástica", analizan desde la patronal de agencias privadas de colocación Asempleo.

Por otro lado, "aquellos empresarios que han podido sortear mejor la crisis adaptándose a las circunstancias y aquellos que todavía tienen esperanzas en la recuperación de la actividad económica, han vuelto a solicitar un ERTE", añaden. Así se constata en los datos difundidos este martes por la Seguridad Social, que revelan un fuerte incremento de los afectados por estos expedientes en febrero respecto a finales de enero, hasta alcanzar los 900.000 trabajadores en esta situación. El dato no es baladí, pues refleja el impacto de las restricciones impuestas en las distintas comunidades autónomas para frenar la tercera ola de contagios, si bien los analistas esperan que la flexibilización de las restricciones debería reflejarse en una reducción progresiva de esta cifra en los próximos días, aunque la cautela hará que algunos empresarios mantengan parcialmente a la plantilla hasta corroborar el regreso de la demanda, según matizan desde Asempleo.

Distintas velocidades

Si las empresas de esos sectores más afectados (especialmente comercio y hostelería) protagonizaron las bajas de afiliados en febrero, el resto de actividades lograron mantener el pulso a la pandemia, aunque crearon algo menos empleo de lo que suele ser habitual en esta época del año. El secretario de Estado de la Seguridad Social, Israel Arroyo, explicaba en la rueda de prensa de presentación de los datos de paro y afiliación la diferencia entre la evolución de los sectores con la actividad más restringida por decisiones administrativas y aquellos sin restricciones, con mejor evolución. Y el propio ministro José Luis Escrivá afirmaba en su Twitter que los sectores no afectados por las restricciones "evolucionan de forma similar al promedio de años anteriores", afirmación que acompañaba del siguiente gráfico:

Arroyo reconocía que los datos de afiliación del mes pasado son malos, "sin paliativos" ni "paños calientes". Si bien justificaba que la tercera ola ha ralentizado el dinamismo en la recuperación del empleo precisamente por el impacto de las medidas restrictivas en el sector servicios, en particular en la hostelería, y que si se descontara la destrucción de empleo en este ámbito la evolución hubiera sido semejante a la registrada en los meses previos, porque el resto de sectores tuvieron comportamientos muy parecidos. Por su parte, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, culpaba del incremento del desempleo en la tercera ola -hasta rebasar los 4 millones de parados- a las "patologías estructurales del mercado laboral acentuadas por la pandemia".

Por su parte, el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, aseguraba que el aumento en las cifras de contagios después de Navidad y la presión del sistema sanitario, "llevó a tomar medidas que han afectado tanto a la economía como al empleo" y aseguraba que el país se encuentra en una fase "decisiva" en la que resulta "imprescindible" poner en marcha medidas que permitan a las empresas aguantar. "El sistema productivo debe saber que merece la pena esperar, que la solución a la crisis está cerca y que no es el momento ahora de flaquear. Hay empresas y trabajadores que cuentan con nuestro apoyo", añadía, elevando así la presión sobre el área económica del Ejecutivo para la puesta en marcha del nuevo paquete de ayudas directas. 

Pérez Rey, por cierto, anunciaba que el Ministerio de Trabajo y Economía Social ha convocado a los agentes sociales, el Banco de España y el Consejo Económico y Social (CES) para hacer un diagnóstico compartido de la situación del mercado laboral y buscar soluciones ante la crisis. Según el secretario de Estado, aunque los instrumentos puestos en marcha para hacer frente a la pandemia "están funcionando", el Ministerio quiere trabajar conjuntamente con el resto de instituciones para ver si estos se pueden mejorar, intensificar o si deben verse acompañados de nuevas medidas desde el punto de vista económico, en el marco del conjunto de medidas que está diseñando el Gobierno para poner a disposición del sistema productivo.

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