Según Funcas 

España afrontará un ajuste "abrupto" desde 2026 si la inversión sigue tan débil

Las nuevas reglas fiscales obligan a España a reducir la deuda al menos un punto al año y a rebajar el déficit en 0,25 puntos anuales, una exigencia que requerirá de un ajuste de 19.500 millones si la inversión no se recupera

Sánchez, presidente del Gobierno, y Montero, ministra de Hacienda.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda.
Europa Press

"El débil desempeño de la inversión constituye uno de los puntos más preocupantes de la evolución económica reciente". Lo advierte la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), que en las previsiones económicas para 2024-2025 publicadas el lunes, constata cómo esta variable sigue estando siete puntos por debajo de los niveles previos a la pandemia, pese a que la actividad ha mostrado un comportamiento robusto los últimos años. De mantenerse esta tendencia, España estará abocada a un "ajuste abrupto" hasta 2027 para poder ceñirse a las nuevas reglas fiscales

Para países con una ratio de deuda sobre PIB superior al 90% (la nacional despidió el año pasado en el 107,7%, según el Banco de España) el nuevo marco europeo exige una reducción de esa tasa de al menos un punto porcentual al año. Además, el déficit debería descender al menos 0,25 puntos cada ejercicio hasta alcanzar el 1,5% del PIB. Esta senda de ajuste está condicionada a que el país lleve a cabo un programa de reformas o inversiones. 

Desde Funcas entienden que ese sería un "esfuerzo asumible"  teniendo en cuenta  el avance de la economía previsto los dos próximos años, si bien, para que esa dinámica se mantenga será necesario expandir la capacidad productiva, evitando cuellos de botella en el crecimiento. 

Doble escenario: del ajuste más moderado... al más intenso

Así, consideran que con un avance del PIB en el entorno del 1,25% anual, una inflación controlada alrededor del 1,5% y un mayor nivel de inversión, la doble norma de déficit y deuda que impone el nuevo marco europeo se cumpliría con ajustes graduales, de unos 6.500 millones de euros a partir de 2026

En este escenario más favorable, cumplir con Bruselas implicaría rebajar el déficit total desde el 3% al que cerrará el año que viene hasta el 2,8% en 2026 y al 2,5% en 2028. Mientras, el déficit primario (el saldo entre los ingresos corrientes y los gastos corrientes excluyendo los intereses de la deuda) tendría que pasar de las cuatro décimas de 2025 al equilibrio los dos siguientes ejercicios.

Si la debilidad de la inversión se mantiene, con un crecimiento del 1,75% anual y una inflación del 2%, cumplir el criterio de deuda exigiría un "ajuste fiscal abrupto a partir de 2026", que podría alcanzar los 19.500 millones hasta 2027, según sus propios cálculos. Esto es así porque el déficit total debería rebajarse hasta el 1,8% en 2026 y al 1,5% en 2027, mientras que sería necesario alcanzar un superávit primario de ocho décimas en 2026 y de 1,1 puntos un año después. 

Recientemente, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) había apuntado a que la deuda pública debería reducirse en 2,56 puntos a lo largo de los tres próximos ejercicios para cumplir con las reglas fiscales. Ese ajuste adicional en términos de endeudamiento ascendería a unos 37.427 millones de euros.

Marcha peor pese a la resiliencia de la industria y a los fondos UE

La inversión evoluciona peor en España de como lo hace en promedio en la Unión Europea pese a que su sector industrial ha aguantado mejor que los de las otras grandes economías del euro -en un contexto marcado por la subida de los tipos de interés y por el frenazo de la actividad- y pese a que el país es el segundo receptor de fondos Next Generation tan solo por detrás de Italia. Así, si bien esta variable registró una cierta recuperación tras la crisis financiera internacional, su evolución ha sido más negativa desde la pandemia. 

La fundación advierte de que en el caso de la inversión en construcción, "el declive ha sido mucho más profundo". En los últimos veinte años apenas ha recuperado una pequeña parte de la caída sufrida a raíz de la pasada crisis financiera (entre los años 2008 y 2013), mientras que en el resto de la Unión Europea prácticamente alcanzó el nivel previo a 2008 en los dos últimos años. De este modo, mientras que en el conjunto de la región la Formación Bruta de Capital Fijo total representa el 22,2% del PIB, en España supone el 19,3%.

Los economistas de Funcas prevén cierta recuperación de la inversión entre 2024 y 2025, de modo que, en términos reales, la destinada a bienes de equipo superará ligeramente los niveles precovid, si bien en construcción aún seguiría por debajo. El riesgo está en que el volumen de inversión no sea suficiente para mantener el stock de capital, lo que limitaría la capacidad de crecimiento de la economía española a largo plazo, así como la mejora de la productividad y el avance tecnológico. 

Por ello, Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas, considera que acelerar la ejecución de los fondos europeos ayudaría a acelerar inversión. También lo haría que las empresas frenasen el proceso de desapalancamiento y dedicasen sus excedentes financieros a la inversión, a lo que "seguramente" contribuirá la rebaja de tipos que aplicará a partir del verano -en principio- el Banco Central Europeo. La asignación de los Next Generation a los destinos más eficientes "también debe constituir una preocupación constante en la actuación de las autoridades", señalan desde las cajas.

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