El mercado laboral patrio ha resistido el primer envite del conflicto bélico desatado por Rusia en suelo ucraniano el pasado 24 de febrero y ha conseguido cerrar marzo con 140.232 nuevos afiliados a la Seguridad Social respecto a la media del mes anterior. Se trata de un volumen que está en línea con el crecimiento registrado habitualmente en esta época del año en ejercicios anteriores y que refleja que, pese a los malos augurios emitidos incluso desde el propio Gobierno y la incertidumbre generalizada por la crisis energética, el empleo en términos de afiliación ha resistido el impacto inicial de la guerra, toda vez que en la última semana del mes logró recuperarse de los paros provocados a mediados de marzo en algunas actividades relacionadas con los transportes.
Mientras, el paro se redujo en 2.921 personas. En este caso, el mercado laboral mostró un peor comportamiento que en términos de afiliación, ya que el descenso del desempleo en marzo fue inferior al registrado habitualmente en este periodo del año. Por ejemplo, si se compara con la reducción de marzo de 2021 (-59.149 parados), la caída es veinte veces inferior. Si bien que baje el paro es siempre una buena noticia, más en un contexto de incertidumbre como el actual, no debe obviarse el hecho de que todavía quedan 3.108.763 personas desempleadas apuntadas en las listas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Aunque la foto finish del mes de marzo ha sido más positiva de lo que cabía esperar en plena guerra, la evolución del mercado laboral se ha visto truncada, principalmente, por el paro de los transportistas y en otros sectores relacionados con la industria manufacturera o la construcción, que mostraron un ritmo de crecimiento menor del que habitualmente registran en este periodo. El avance se torció a mediados de mes, pero en la última semana se recuperó, coincidiendo con el levantamiento de las protestas tras la negociación con el Gobierno, según destaca en una nota el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que dirige José Luis Escrivá.
Con el repunte medio de afiliados, el número total de ocupados se situó al finalizar marzo en 19.834.504 cotizantes. Mientras, en términos desestacionalizados se alcanzaron los 19.958.479 afiliados. Con esta cifra no sólo se supera el nivel previo al inicio de la pandemia (472.615 cotizantes más que en febrero de 2020), sino que se alcanza el volumen más alto de la serie histórica. A pesar de la incertidumbre generada por la guerra a partir del 24 de febrero, entre enero y marzo se crearon 119.000 empleos. En comparación con el último trimestre de 2021, la ocupación ha aumentado en el primer trimestre de este año en más de 170.000 personas, superando el crecimiento registrado en los años previos a la pandemia.
Récord de contratación indefinida
Por otro lado, el departamento que pilota Escrivá hace hincapié en el impacto positivo que está teniendo la reforma laboral, con un incremento del peso de los contratos indefinidos sobre el total y una aceleración de la reducción de los contratos de muy corta duración como consecuencia de los descincentivos incluidos en la norma. En este sentido, el Ministerio de Trabajo, que dirige la vicepresidenta Yolanda Díaz, destaca que la contratación indefinida alcanza ya el 30,7% del total de los nuevos contratos. En datos, el número total de contratos registrados durante el mes de marzo asciende a 1.671.841, lo que supone una subida de 267.734 (19,07%) sobre el mismo mes de 2021. La contratación indefinida registra 513.677 contratos, récord absoluto para cualquier mes de la serie histórica, y se han firmado 306.486 contratos indefinidos más (147,92%) que hace un año.
Respecto a los trabajadores en ERTE, el número de afiliados protegidos por expedientes de regulación temporal de empleo vinculados al Covid y procedentes de alguna de las modalidades puestas en marcha durante la pandemia bajó en marzo en 22.295 respecto al mes anterior, hasta un total de 79.441 afectados. Mientras, otros 17.162 trabajadores se encontraban en marzo en un ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas y de producción (los conocidos como ETOP, que no están relacionados con la pandemia), frente a los 13.575 contabilizados a cierre de febrero, lo que supone casi 3.600 trabajadores más, con un incremento del 26,4%.
Pese a las sombras evidentes en la evolución del mercado laboral en marzo, truncada por el paro de los transportistas y su impacto sobre la economía en general, la afiliación aguantó el tirón por el crecimiento del empleo en la hostelería, sector que ya se está preparando para la temporada de Semana Santa, que lideró el avance de la ocupación con 71.219 cotizantes más respecto a febrero (+6,1%). Del lado del paro, solo bajó en el sector servicios, que restó 18.090 desempleados, y subió en el resto, principalmente en el colectivo sin empleo anterior, que sumó 6.764 parados y en la construcción, donde aumentó en 5.664 personas. Por su parte, en la agricultura se incrementó en 1.568 desempleados y en la industria, en 1.173 parados.
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