La segunda economía del mundo por tamaño empieza a ver la luz al final del túnel de la crisis económica generada por el coronavirus. En contra de lo previsto por el consenso del mercado, las exportaciones chinas aumentaron en junio un 0,5% en relación al año previo -estaba previsto que cayeran un 1,5%-. Suben tras haber caído un 3,3% en mayo, y lo hacen gracias a la reapertura de las principales economías occidentales y la "elevada demanda" en el extranjero de EPIs (equipo de protección personal) y mascarillas, de acuerdo con los datos dados a conocer por las aduanas.
Los exportadores chinos también se han visto beneficiados indirectamente por las interrupciones en la producción de algunos de sus principales competidores. Al mismo tiempo, las importaciones también aumentaron un 2,7%, cuando los analistas preveían un desplome del 10% (venían de hundirse un 16,7% en mayo), lo que da idea de que la recuperación del gigante asiático podría estar acelerándose.
La economía de China se está recuperando de forma gradual de una fuerte contracción de 6,8% en el primer trimestre a causa de la pandemia, en la primera contracción en más de cuarenta años para el gigante asiático. Sin embargo, los economistas inciden en que esa recuperación sigue siendo débil puesto que la demanda global se está viendo afectada por la expansión de la Covid-19. El consumo chino también se ha reducido en medio de la pérdida de empleos y las preocupaciones sobre los rebrotes.
De acuerdo con las perspectivas de los principales organismos internacionales, analistas y firmas a nivel global, China podría ser la única de las grandes economías que esquivase este año la recesión y lograrse cerrar con un avance moderado de su PIB. En concreto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la riqueza china crecería al 1% a finales de este ejercicio y destacaría además su desempeño el año que viene, cuando su PIB podría avanzar casi dos puntos porcentuales por encima del promedio mundial, es decir, al 8,2%.
Al hacer público este cálculo, el FMI recordaba que por primera vez la gran mayoría de las regiones van a experimentar un crecimiento negativo en 2020, y que solamente un manejo adecuado de la crisis sanitaria, junto con las políticas económicas que motiven la inversión, ayudarán a pasar el peor bache desde la Segunda Guerra Mundial.
