Mercado de futuros a fin de año

Francia apunta a una luz a 500 euros y mira ya a la energía 'low cost' de Ribera

El sector teme que el tirón del país vecino obligue a usar más el gas en las centrales de ciclo combinado y aumente la compensación que hay que pagar a las eléctricas con cargo al recibo del PVPC y las empresas. 

Teresa Ribera
Francia apunta a una luz a 500 euros y mira ya a la energía 'low cost' de Ribera.
Europa Press

Una buena parte de los analistas del mercado eléctrico español mira con preocupación la evolución del mercado de futuros de la electricidad en Europa, donde los precios apuntan a los 500 euros el megavatio hora en Francia por el parón que van a sufrir sus nucleares, lo cual obligará al país vecino a exprimir al máximo la interconexión con España y el precio barato de la electricidad que puede suponer la excepción ibérica de Ribera, si es que sale adelante en Bruselas. La tardanza en tomar una decisión en la UE sobre el tope al precio del gas en España y Portugal, que podría dejar el recibo eléctrico en un máximo de 130-140 euros el megavatio hora, ha despertado todas las alarmas, pero mientras exista esa opción, los operadores del sector cuentan con que Francia va a tirar al máximo de las compras de energía a este lado de los Pirineos, para tener un suministro muy por debajo del coste del mercado en Europa y sin tener que pagar compensación a nadie.

El problema que se ha detectado en el mercado español y que no pasa desapercibido en Bruselas, mientras se piensa qué hacer con la excepción ibérica, es que estas compras baratas francesas pueden ser un privilegio al que no llegan el resto de socios europeos, que no gusta nada en gobiernos como el de Italia o Alemania. De hecho, ambos países ya han mostrado sus reticencias a las pretensiones españolas y se plantean incluso ‘competir’ por el gas que llega de Argelia para llenar sus reservas en pleno conflicto energético con Rusia. 

En esa tesitura, Francia mantendrá al menos hasta fin de año la quinta parte de sus nucleares en parada por mantenimiento, más las que de por sí están ya en reparación por haber surgido algún tipo de problema en su estructura, algo que frena en gran medida su producción y le obliga a comprar energía a España, advierten desde el sector. Aún así, el Gobierno galo mantiene en torno a los 100 euros la tarifa para las empresas y sufraga con dinero público el resto.

Descartada la doble subasta -una para España y Portugal y otra para exportar energía-, la opción de Macron para contar con un máximo del 2,5% de la generación española de electricidad provoca otro gran problema a nivel interno para el que Ribera no tiene solución: será necesario mantener un ritmo muy alto de producción en las centrales de ciclo combinado (con gas y al precio más caro) y elevará los costes de compensación que habría que pagar a las eléctricas por toparles el precio del gas entre 40 y 50 euros. Hay que tener en cuenta que la propuesta española ‘salva’ de ese coste adicional a los planes a largo plazo (PPA) que no venzan en su año de vigencia, de forma que será poco más de la mitad del mercado (PVPC y empresas que pagan por tarifa) la que tenga que afrontar esa compensación adicional que va a provocar el tirón de la demanda francesa.

Aumenta el peso del gas

Si hacemos caso a los datos del mercado, ya la semana pasada (finales de mayo y primeros de junio), se ha tenido que recurrir a un 26% de generación de luz en esas centrales de gas, contaminante y a precios variables máximos, una proporción que no se conocía en este periodo del preverano desde hace más de cuatro años, según fuentes del sector que hacen un seguimiento diario de todos los datos. Son diez puntos de subida en generación con gas en una semana y recorte a la mitad en los molinos de viento, mientras que la producción nuclear y fotovoltaica se quedan en sus niveles del 18% y 19%. 

La hidráulica tampoco sube, como ocurrió hace un año, con los embalses en mínimos por la sequía y bajo la lupa de Ribera para que no se produzca ningún abuso en el uso del agua. Fuentes del sector advierten que ese recurso ya se ha explotado mucho con antelación y a un margen de beneficio muy alto, pero ahora no sirve para bajar el coste. “La fotovoltaica es la que es, sin grandes aumentos, y estamos en sequía y sin recursos hídricos, porque nos hemos merendado la cena”, advierten.

Si a esa parte de producción con gas se le une el 9% de cogeneración y lo que aún se produce con carbón, podemos estar hablando de que habrá muchas semanas de aquí a final de año en las que la energía más cara y contaminante puede llegar a copar el 40% de la producción, con Francia como gran acicate. Técnicos del mercado advierten que, de confirmarse esas cotas y las previsiones del mercado de futuros, España tendría que afrontar un coste en forma de compensaciones a las eléctricas que iría en detrimento directo de la rebaja que puede suponer el tope al gas de Ribera, que fuentes del Gobierno han colocado ya en el entorno del 15%, la mitad de lo que se anunció a bombo y platillo en un primer momento. 

Mientras desde la Comisión Europea y el Gobierno español se espera una resolución rápida de la propuesta española y portuguesa para limitar el precio del gas, en el mercado no se explican tanta tardanza y temen que hayan surgido problemas de última hora difíciles de salvar. De una forma o de otra, se cumple ahora un año desde que se iniciaran las tensiones en los precios de la luz por culpa de la subida del gas en el mercado marginal europeo, sin que desde el Gobierno se hayan tomado más medidas que los recortes en la fiscalidad y, en el caso de los carburantes, la subvención de 20 céntimos por litro. 

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