Datos del Banco de España

La morosidad cae un 4,73%, mínimo de hace 11 años, por el alza del crédito

Las entidades no tienen que apuntar en su contabilidad como moroso un préstamo desde el impago de la primera mensualidad, sino que debe esperar a que transcurran al menos 90 días.

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La morosidad cae un 4,73%, mínimos de hace 11 años, por el alza del crédito.

La morosidad de la banca española volvió a caer en mayo, en pleno estado de alarma, y se situó en el 4,73%, la tasa más baja desde junio de 2009, principalmente porque el crédito concedido siguió aumentando gracias a medidas de apoyo a la economía como los avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO). También pudieron contribuir a esa caída, de dos centésimas frente al 4,75% de abril, otras iniciativas puestas en marcha para paliar las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus, como las moratorias hipotecarias o de préstamos de consumo. 

Según los datos publicados este miércoles por el Banco de España, el saldo de crédito subió en mayo un 1,18%, hasta 1,226 billones de euros, mientras que el saldo de préstamos impagados también creció, pero lo hizo en menor medida, un 0,85%, hasta 58.080 millones. En comparación interanual, la tasa morosidad ha pasado del 5,64% de mayo de 2019 al 4,73% de mayo de 2020, lo que supone una caída de 0,91 puntos, al tiempo que el saldo de préstamos dudosos se ha reducido en ese mismo periodo en más de 9.700 millones de euros. 

La morosidad propiamente de la banca, incluyendo los grupos creados por antiguas cajas de ahorros y las cooperativas de crédito, en su mayoría cajas rurales, bajó también en mayo, en este caso hasta el 4,69%, su tasa más baja desde julio de 2009. Sin embargo, la morosidad de las financieras de consumo, el otro tipo de entidades que permiten ver la morosidad total del sector, se mantuvo por tercer mes consecutivo en el 6%. 

A pesar de la declaración del estado de alarma y el parón de buena parte de la economía en los momentos más duros de la crisis para frenar la expansión del virus, la morosidad no aumenta de forma inmediata por varias razones que conviene tener en cuenta. En primer lugar las entidades no tienen que apuntar en su contabilidad como moroso un préstamo desde el impago de la primera mensualidad, sino que debe esperar a que transcurran al menos 90 días desde que el cliente deja de afrontar la cuota. 

De esa forma, sólo las familias que entraran en apuros nada más comenzar la declaración del estado de alarma en marzo y entonces dejaran de pagar sus cuotas hipotecarias o de consumo, podrían estar incluidas ya en los datos del cierre de mayo, lo que no sucedería con los clientes que no empezaron a presentar problemas hasta abril. Además, no puede pasarse por alto que el Gobierno aprobó una moratoria hipotecaria y de préstamos de consumo que el propio sector financiero amplío para que llegue a más beneficiarios y rebaja considerablemente la factura de muchas familias, que durante meses sólo pagan intereses y evitan ser considerados morosos. 

Todo ello contribuye a moderar el aumento del saldo de impagados, el denominador para calcular la tasa de morosidad, al mismo tiempo que el numerador, la financiación a la economía real, se dispara por las medidas de estímulo económico. 

Aumento de provisiones

Aunque la morosidad se mantiene por el momento bajo control, las entidades han seguido aumentando poco a poco sus provisiones para hacer frente al deterioro de sus créditos, hasta sumar 37.309 millones de euros a cierre de mayo, 646 millones más en un solo mes. De esa cantidad, la banca atesoraba 34.700 millones a finales de mayo, 634 millones más que en abril y, por tanto, copaban el esfuerzo del sector financiero para cubrir pérdidas crediticias.

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