Un año de parálisis 

Auge y caída de un gigante inmobiliario: Signa Holding y la crisis de Alemania

El hasta hace solo unos meses propietario de uno de los mayores imperios del real estate, el austriaco René Benko, se ha declarado insolvente. Entre sus activos se encuentra el icónico edificio Chrysler de Nueva York.

Edificio Chrysler en Nueva York
Auge y caída de un gigante inmobiliario: Signa Holding y la crisis de Alemania. 
Gary Hershorn / Getty Images

Un imperio que desmorona en los juzgados. Esta es la historia de Signa Holdings, una compañía basada en la propiedad de grandes inmuebles de lujo en Europa y Estados Unidos con los mayores centros comerciales, y con activos como el edificio Chrysler de Nueva York, en su cartera, que ha colapsado en el año de parálisis e incertidumbre para el real estate y de crisis para el sector inmobiliario en Alemania.

La compañía de uno de los hombres más ricos del mundo no ha podido gestionar su deuda con el aumento de los tipos de interés, unido a su complicado entramado societario y la gestión autoritaria de la familia propietaria, los Benko. Todo ello unido a la apuesto por los grandes almacenes (es el propietario de los Selfridges británico), un formato en entredicho los últimos años.

Esta misma semana, Financial Times informaba que el hasta ahora magnate austríaco y propietario del grupo Signa, René Benko, se ha declarado insolvente ante un juzgado austríaco, colocando una pieza más en el caso de quiebra más complejo que ha tenido que gestionar Austria en su historia.

Un entramado de más de 1.000 sociedades

Signa Holding era la sociedad matriz de un entramado de más de mil sociedades, a las que los analistas les adjudican unos 13.000 millones de euros de deuda. Sin embargo, cuando se declaró en quiebra y entró en los juzgados, la compañía declaró un pasivo de 5.000 millones de euros.

El proceso judicial comenzó después de que la empresa tratase de dar la vuelta a su situación y llegó incluso a relevar a su fundador, René Benko, en la dirección con el fichaje de Arndt Geiwitz, experto en insolvencias: ha dirigido los procesos de grandes almacenes como Galeria Karstadt Kaufhof o la cadena de droguerías Schlecker. Sin embargo, ni el propio Geiwitz consiguió darle la vuelta a la situación y, unas semanas más tarde, la compañía entró en los juzgados.

La primera maniobra que intentó Signa fue autoadministrarse, una figura presente en la legislación austriaca, pero finalmente el juzgado declaró un administrador para gestionar el entramado de la familia Benko Privatstiftung, que posee el 85% de las acciones de la empresa. En el capital de la compañía está también Ernst Tanner, presidente ejecutivo del grupo chocolatero Lindt&Sprüngli y Torsten Töller, fundador de la cadena de alimentación para mascotas Fressnapf.

Los acreedores de la compañía ya han denunciado que la empresa no estaría ofreciendo una radiografía ajustada de su situación. Los documentos de la empresa señalan que están en proceso de venta de cuatro edificios en Austria por 1.200 millones de euros, pero diversos grupos de acreedores sostienen que no se ha reflejado el estado actual del mercado y que se debería aplicar una rebaja de entre el 50% y el 70%.

Por ahora, la compañía ha tenido que desprenderse de uno de sus iconos, el edificio Chrysler. El inmueble, uno de los edificios más característicos del skyline neoyorkino, había pasado a manos del grupo austriaco mediante una joint venture con el grupo neoyorquino RFR Holding en 2019. Signa y RFR, que controlan el edificio al 50%, pagaron un total de 151 millones de dólares.

Situado en la intersección de la calle 42 con Lexington Avenue, el edificio Chrysler es un símbolo de Nueva York. Durante once meses, hasta la construcción del Empire State Building, fue el edificio más alto de la ciudad. Actualmente, el Chrysler es uno de los diez inmuebles más altos de Nueva York.

La última víctima del real estate alemán

La caída a los infiernos de Signa es el último capitulo de terror que está vivienda el sector inmobiliario en su país vecino, Alemania. La locomotora europea redujo su Producto Interior Bruto (PIB) un 0,3% en 2023, después de expandirse un 1,8% en el periodo, y el sector de la construcción está sufriendo su mayor crisis desde 2008.

Analistas y expertos del sector aseguran que, hasta 2022, el país ha vivido su propia burbuja inmobiliaria aupada por un periodo de bajos tipos de interés. Desde 2023, el precio de la vivienda en Alemania ha ido en descenso, anotando una bajada de precios de hasta el 10,2% en el tercer trimestre del año.

Para Alemania, la caída de Signa ha significado un nuevo parón de un edificio de 245 metros de altura en Hamburgo y que debía convertirse en el rascacielos flagship de la compañía en tierras alemanas, la llamada Elbtower. La compañía ya ha informado al ayuntamiento de la ciudad que no podrá hacerse cargo de la construcción del edificio, amenazando con dejar un esqueleto de más de 200 metros junto al río.

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