Algunas de las candiadatas

El espíritu del viejo INI planea sobre Duro Felguera, Nyesa y Air Europa

El Gobierno ha aprobado un plan dotado con 10.000 millones de euros para estabilizar la situación de empresas españolas con problemas de solvencia tras la Covid-19.

Antiguo INI
El espíritu del viejo INI planea sobre Duro Felguera, Nyesa y Air Europa.
Barreiros

El espíritu del INI, el antiguo Instituto Nacional de Industria, parece estar más presente que nunca. Corría 1941 cuando el régimen de Francisco Franco creaba esta institución con el objetivo de lograr un soporte institucional para promover el desarrollo de la industria en España en medio de un periodo de autarquía. Durante años esta institución ayudó a establecer importantes compañías que luego marcarían el camino de la industria en nuestro país. Es el caso de Seat, Ensidesa o Endesa. Pero tras ayudar a la creación de decenas de empresas, el INI se convirtió en una especie de 'hospital' de grandes compañías estratégicas que no estaban viviendo sus mejores momentos. Por sus manos pasaron entonces Iberia, Aviaco o Hunosa. Algunas se salvaron y llegaron a ser grandes conglomerados empresariales, otras vivieron en condiciones precarias durante años, pero todas sirvieron para mantener el tan necesario empleo en momentos difíciles para la sociedad. 

Ahora, 80 años después de su creación, una suerte de INI vuelve a resurgir de sus cenizas para 'salvar' a empresas estratégicas de su peor momento financiero y frenar hipotéticos despidos. La medida que se canalizará a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), heredera de la institución franquista, fue anunciada el pasado jueves por el propio Pedro Sánchez y concretada en el Consejo de Ministros del viernes. 10.000 millones de euros que irán destinados a tomar posiciones públicas -mediante la compra de acciones, adquisición de títulos de deuda o de cualquier otro instrumento convertible en capital- en empresas con problemas de solvencia. 

Muchas son las candidatas, algunas no son nuevas en sus intentos por lograr un salvavidas de este tipo, pero todas ellas han visto agravada su situación por la llegada de la Covid-19. Los nombres comienzan a sonar: Duro Felguera, Air Europa, Nyesa... compañías que, en público o en privado, han manifestado las dificultades de solvencia que tienen para encarar una recuperación que se antoja difícil en sectores tan estratégicos como el transporte, ligado directamente con el turismo, o la industria

El objetivo de este fondo de rescate es entrar de forma transitoria en el capital de empresas en problemas, estabilizando coyunturalmente su situación durante el tiempo que persistan las vulnerabilidades desencadenadas por la crisis sanitaria. Air Europa sería el mejor ejemplo de esta situación. El transporte aéreo es uno de los sectores más afectados por la pandemia, no solo por el tiempo que los aviones han tenido que estar en tierra durante el estado de alarma, también por los años que tardarán en recuperar un nivel de actividad similar al anterior a la crisis. Expertos en el sector calculan que este hecho no se producirá hasta 2023.

Con unos costes fijos, derivados sobre todo del leasing de las aeronaves, de los más altos del conjunto de los sectores, el presidente de Air Europa, Juan José Hidalgo, lanzaba hace unas semanas un grito desesperado de socorro buscando ayuda pública para poder sobrevivir a esta situación. "Por nosotros mismos es imposible que podamos salir adelante, así que tienen que echarnos una mano forzosamente; en mi grupo de empresas, que está saneado, no podemos continuar si no ingresamos", decía entonces, para continuar recalcando que "estamos secos, no tenemos un duro y no sabemos cómo vamos a resistir". 

Más allá del transporte, la industria, un sector ya tocado antes de la pandemia, está sufriendo. A los cierres anunciados, como los de Alcoa o Nissan -para los que no se utilizarán estas ayudas-, se une el temor por otras empresas que pese a ser viables no están pasando por su mejor momento a nivel financiero. Es el caso de Duro Felguera. La ingeniería asturiana tiene problemas para conseguir avales bancarios que le permitan entrar en nuevos proyectos y conseguir ingresos para seguir adelante. Al mismo tiempo intenta conseguir nuevos socios que aporten capital, por lo que el Estado podría ser el candidato ideal, más si se tiene en cuenta que en los últimos meses el consejo de administración de la sociedad se ha llenado de exministros de la talla de Jordi Sevilla o Valeriano Gómez. 

En una situación aún más complicada se encuentra Nyesa. La sociedad reconoció hace unos días encontrarse en posición de patrimonio negativo. En cambio, busca salvarla con un plan de reestructuración, al estilo del que se llevó a cabo con Deoleo. "La compañía está ultimando tanto la propuesta de modificación de su convenio de acreedores como el plan de viabilidad que la acompañará", decía hace unos días. En un principio este fondo de rescate no estaría diseñado para compañías en esta situación, pero la sombra se hace cada vez más alargada sobre Nyesa y un empujón en forma de capital público le permitiría vivir y salvar cientos de empleos.  

Sea como fuere, el fondo operará como una herramienta de último recurso, es decir, se aplicará solo cuando el resto de instrumentos al alcance de la empresa no hayan funcionado y, siempre y cuando, la empresa lo solicite. Todo al tiempo que las compañías deben ser viables y solventes. Las empresas ya se preparan para solicitar este instrumento que, salvando las distancias, busca salvaguardar ciertos sectores de una economía que dañada por un fuerte impacto no puede permitirse perder el motor productivo. Un reflejo del INI durante los duros años de la autarquía tras la Guerra Civil. 

Mostrar comentarios