Repsol recorta un 44% el beneficio en el primer semestre en comparación con el mismo periodo del ejercicio precedente, hasta 1.420 millones de euros, en un contexto de caída de los precios del petróleo y de la demanda energética. Por su parte, el resultado ajustado, que mide específicamente el funcionamiento de los negocios, se situó en 2.718 millones de euros entre enero y junio, lo que supone un descenso interanual del 15,5%, según ha comunicado este jueves la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
"Estamos obteniendo de forma constante resultados sólidos en entornos retadores, mientras seguimos transformando la compañía y construyendo una oferta multienergética única que facilita una transición justa a nuestros clientes", ha señalado el consejero delegado de la petrolera, Josu Jon Imaz, en un comunicado.
Repsol ha destacado que el primer semestre se caracterizó por un "lento crecimiento de la economía mundial" y que estuvo marcado por las decisiones en política monetaria y las tensiones internacionales derivadas de la invasión de Rusia a Ucrania. "En este contexto de incertidumbre, inflación global y lenta recuperación de la economía china, los precios de los productos energéticos se desplomaron respecto a 2022, cuando se produjo una subida anómala de las cotizaciones de las materias primas", ha resaltado.
3.047 millones en inversiones
Entre enero y junio, los márgenes de refino disminuyeron un 29%, los precios del crudo Brent descendieron un 26% y el referente estadounidense de gas, el Henry Hub, cayó un 54%", ha subrayado. El grupo invirtió 3.047 millones de euros en el periodo, principalmente en proyectos bajos en carbono. En línea con su plan estratégico, prevé que un 35% de las inversiones de 2023 se dediquen a proyectos bajos en carbono. Durante la primera mitad del ejercicio, el 43% de la inversión total se destinó a España y un 39%, a Estados Unidos.
La compañía presidida por Antonio Brufau ha abonado este mes un dividendo complementario de 0,35 euros brutos por acción con cargo a los beneficios de 2022, que se sumó a la retribución pagada en enero. Con ello, el dividendo en efectivo aumenta un 11% respecto al ejercicio anterior, hasta los 0,70 euros brutos por acción. Los accionistas también han acordado el pago de otros 0,375 euros brutos por acción con cargo a reservas libres, cuya distribución está prevista a lo largo de enero de 2024, en la fecha que concrete el consejo de administración.
Además, el consejo de administración de Repsol aprobó este miércoles una nueva reducción de capital mediante la amortización de 60 millones de acciones propias, que se sumará a los 50 millones de acciones canceladas en junio. En este sentido, la combinación de dividendos y reducción de capital supondrá en 2023 la distribución de cerca de 2.400 millones de euros a los accionistas.
Al cierre del curso actual, Repsol habrá reducido su capital social en un 20% respecto al existente a diciembre de 2021, muy por encima del objetivo establecido por el plan estratégico 2021-2025. La deuda neta se situó al final del periodo en 797 millones de euros, un 9% por debajo del cierre de marzo y un 65% inferior a la del 31 de diciembre de 2022. La liquidez alcanzó 11.441 millones, "suficiente para cubrir cerca de seis veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo", según la propia empresa. El apalancamiento del grupo al cierre del segundo trimestre se situó en el 2,8%,que compara con el 3,0% del cierre del primer trimestre, mientras el flujo de caja de las operaciones fue de 3.522 millones de euros.
Contribución fiscal
En lo que se refiere a la contribución fiscal, en el primer semestre de 2023, aportó 7.343 millones de euros, de los que el 67% (4.960 millones de euros) correspondieron a España. Los tributos propios devengados se situaron en 2.186 millones de euros y representaron el 59% de los beneficios. Por su parte, la tasa del Impuesto sobre Sociedades fue del 31%. Repsol ha señalado que este nivel "muy por encima del tipo nominal aplicable en España (del 25%) y de la media de países de la OCDE".
Repsol actualizará su plan estratégico durante el primer trimestre de 2024 tras lograr todos los principales objetivos marcados dos años antes de lo previsto. Se focalizará en una estrategia que permita alcanzar las cero emisiones netas en 2050, a la vez que mejora la posición de valor de la compañía. La compañía se ha hecho recientemente con el 50,01% de CHC Energía y sumó a su cartera más de 350.000 clientes de una tacada, lo que la apuntala como la cuarta comercializadora de luz del mercado, por detrás de Iberdrola, Endesa y Naturgy con alrededor de 1,5 millones de clientes.
Esta es la mayor compra de una compañía eléctrica por parte de Repsol desde que en 2018 acordara la adquisición de los activos de Viesgo, entre los que se incluía su cartera de clientes. Con esta adquisición, la compañía continúa ganando terreno en el mercado eléctrico español, con una cuota de casi el 5%, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Además, con esta operación, consigue el objetivo fijado en su plan estratégico 2021-2025 de alcanzar los 2 millones de clientes de electricidad y gas.
Ofensiva comercial
La compañía también está inmersa en una ofensiva comercial sin precedentes. Sus clientes pueden obtener rebajas al repostar de hasta 20 céntimos por cada litro de combustible si tienen contratado alguno de sus productos energéticos. Además, podrán llevarse un descuento extra con el aceite usado de sus cocinas. Los usuarios de la aplicación Waylet podrán beneficiarse de una rebaja de 30 céntimos por cada litro de aceite de cocina usado que entreguen en uno de los puntos de recogida habilitados. También ha lanzado una nueva promoción para este verano con la sortea un millón de euros por repostar 30 o más euros con la app de fidelización.
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