La temporada de resultados va definiendo las preferencias del sector financiero alrededor del pacto con el Ejecutivo para poner en marcha un paquete de medidas enfocadas a paliar los hipotéticos problemas de pago que puedan surgir a raíz del encarecimiento de las hipotecas este año. Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, ha definido exactamente el posicionamiento del banco, que es el más grande en España: "las medidas que acordemos deben dirigirse a un perímetro reducido y deben dirigirse a los colectivos más vulnerables", ha explicado a los periodistas.
El primer ejecutivo del banco ha cerrado de esta manera un debate, que había dado salto al entorno político y se había ganado el apoyo del ala más a la izquierda del Gobierno o de algunos de sus socios, como ERC, sobre la posibilidad de que las medidas incluyeran a la clase media; por ejemplo, con una congelación de las cuotas; una posibilidad que habría planteado el banco dentro de las negociaciones internas, aunque Gortázar no lo ha confirmado. "Es algo que se debe debatir dentro de las asociaciones bancarias. La batería está ahí y las hemos usado en el pasado", ha señalado.
La banca no se cierra a ofrecer otro tipo de iniciativas más allá del marco que se pacte para vulnerables y tanto Caixabank, como otras entidades, como Banco Santander o Banco Sabadell, han dejado la puerta abierta en los últimos días a poner en marcha medidas concretas para colectivos más allá de los que cuentan con mayores dificultades, pero en una negociación bilateral entre el cliente y el banco y no dentro de la posible reforma del Código de Buenas Prácticas en el que estarían trabajando la AEB y la CECA con el Gobierno.
Gonzalo Gortázar cree que este pacto es muy importante que se conozca "ex-ante" de que se pueda producir una crisis de morosidad en vulnerables para dar un mensaje claro a la sociedad, pero eso no quita que cada banco, y Caixabank en particular, tome medidas adicionales. "En la anterior crisis encontramos soluciones para 360.000 clientes con renegociaciones", señaló el consejero delegado de Caixabank durante la presentación de los resultados de los nueve primeros meses de 2022.
Caixabank, confiada ante el alza de la morosidad
En cualquier caso, el banco descarta que el posible incremento de la morosidad se pueda traducir en una crisis similar a la de 2008. Por una parte, porque las previsiones en términos de empleo no son equivalentes y, por la otra, porque las que se han concedido en los últimos años y que serían más sensibles a la subida del Euríbor porque la amortización de capital es todavía baja, están firmadas a tipo fijo. En concreto, de las firmadas desde 2012, hasta un 72% de la cartera estaría desligada de la evolución del indicador hipotecario, que ronda el nivel del 2,7%.
Para el banco, este grupo de créditos 'jóvenes' se limita al 30% de la cartera de crédito. El 70% restante, donde el peso de las hipotecas ligadas al Euríbor es más alto, tendrían ya una vida por encima de los diez años y serían menos sensible a posibles subidas de tipos de interés. De acuerdo con los cálculos de Caixabank, teniendo en cuenta la curva implícita del Euríbor, el esfuerzo de sus clientes para pagar la hipoteca llegaría al 30% de sus ingresos; lejos del 50% que se alcanzó en la anterior crisis.
Por el momento, el banco no estaría detectando ninguna crisis de morosidad. De hecho, al cierre del tercer trimestre había caído al 3% en el conjunto de la cartera de crédito. En el caso de las hipotecas es todavía más bajo, al quedarse en el 2,7%.
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