La independencia, su mayor activo

Cellnex vetará la presencia de telecos en el consejo para preservar su neutralidad

La operadora estudia si designar a un presidente independiente tras la dimisión del nombrado por la familia Benetton. Prevé más transacciones en los próximos trimestres, tras la de Hutchison.

Tobías Martínez
Tobías Martínez, consejero delegado de Cellnex.
EFE

Es uno de sus mayores activos y busca preservarlo a toda costa. La gestora de torres de telecomunicaciones Cellnex vetará cualquier presencia de una operadora en su consejo de administración, con el objetivo de mantener su neutralidad. Ese se ha convertido en uno de sus grandes armas, en un mercado en el que todas las telecos han creado su propia división de infraestructuras o están en proceso de hacerlo. De esta forma, trata de despejar cualquier duda después de que la compra de los activos de la Hutchison lleve implícito el aterrizaje como accionista de la hongkonesa.

Desde que Cellnex arrancó como compañía cotizada en 2015 -tras años bajo el paraguas de Abertis- su propuesta de valor siempre ha sido la independencia. Gracias a ella ha podido cerrar acuerdos con prácticamente todas las operadoras de telecomunicaciones destacadas del panorama europeo. Éstas no temían ningún tipo de conflicto de interés y entregaban sus torres de telecomunicaciones a un gestor neutro que se las alquilaba con contratos de varias décadas de duración. Y desde la compañía se empeñan en defender que seguirá siendo así con el tiempo.

Lo que ha cambiado es Hutchison. Más de 1.500 millones, de los casi 10.000 del total de la operación, se pagarán en acciones de la española, lo que le otorgará un 5%. Esto sólo se producirá, según adelantó La Información, en caso de que se cierre definitivamente la compra de las torres de la hongkonesa en Reino Unido. Pero será la primera teleco que aterriza en el accionariado con una posición relevante. Sin embargo, el responsable financiero del grupo, José Manuel Aisa, ha defendido ante analistas que, debido al tamaño de la participación que obtendrá, se trata de una transacción puramente financiera en base a un proyecto de largo plazo, que busca un retorno económico. No tiene presencia, obviamente, en el equipo directivo, ni tampoco en el consejo de administración de la española.

Y, al menos por ahora, así seguirá siendo. Esa condición se extenderá en el futuro: plantean como principio inamovible la ausencia en el consejo de administración de cualquier teleco que obtuviera participación en la 'torrera'. Ese es uno de los principios de esta hoja de ruta. El otro: que no haya un accionista especialmente relevante por tamaño. Su idea es mantener un accionariado donde no se supere el 15%. Hoy el principal tras la última ampliación de capital sigue siendo Edizione (la familia Benetton), pero con un 13% de los títulos. Y por debajo se sitúan GIC, el fondo soberano de Singapur, Adia, el de Abu Dabi, con en torno a un 7% cada uno. Ya más abajo se encuentran Criteria Caixa (4,7%), Wellington Management (4,2%) y Blackrock (3,8%).

Esa independencia de la que hace gala Cellnex también quiere trasladarla a la presidencia. Hace unos días el hasta ahora presidente no ejecutivo, Franco Bernabé, nombrado por la familia Benetton, presentó su dimisión. Ante la reducción del peso de Edizione, tras la dilución sufrida por no acudir a la ampliación de capital de 4.000 millones, la 'torrera' estudia si finalmente nombrar a alguien independiente. Ahora mismo, según aseguran desde la empresa, se están analizando todos los perfiles. Pero esa es una opción que gana fuerza.

Hay una excepción dentro de esta estrategia para mantener la independencia: una transacción que, directamente, cambie por completo la configuración de Cellnex. Es decir, una fusión con otro gestor de torres o una adquisición por parte de algún competidor. En un momento de consolidación, esta es una posibilidad. En el caso de uniones se ha especulado con la posibilidad de que se una a Telxius, la gestora de torres de Telefónica. Pero desde la compañía han defendido una y otra vez que no son un socio financieros, sino que son industriales que buscan el control total de la infraestructura. "No queremos participaciones minoritarias", aseguró a mediados del año pasado el consejero delegado, Tobías Martínez, durante la junta general de accionistas.

Un 2021 activo

Esta hoja de ruta para mantener la independencia va a ganar importancia en los próximos trimestres. Y la razón es que la compañía, pese a haber cerrado un 2020 'hiperactivo' y un lustro con más de una treintena de transacciones, tiene una "buena" cartera de proyectos de compras que irán cristalizando en los próximos trimestres, según han defendido desde la empresa. El objetivo es, sobre todo, consolidar la presencia en los países en los que ya está operando para tratar de ganar escala y eficiencia en sus operaciones. Y, evidentemente, buena parte de esas adquisiciones serían con operadores de telecomunicaciones a los que podría pagar con acciones y no con dinero en efectivo por controlar sus torres. 

Junto con las compras, Cellnex también tendrá un objetivo destacado en los próximos dos años: la gestión de la deuda. Tras la compra de Hutchison, la ratio de pasivo neto financiero respecto a Ebitda (resultado bruto de explotación) va a incrementarse. Según varias casas de análisis o las agencias de calificación, se situará entre 6 y 7 veces. En este sentido, desde la empresa defienden que hoy cuenta con contratos firmados que generarán unos 100.000 millones de euros futuros (lo que ellos califican de 'backlog' en su argot), es decir, más de 50 veces los ingresos que se lograron durante el pasado ejercicio 2020.

Y mientras todo eso se sustancia, la 'torrera' tendrá que batallar contra las propias telecos, que están acelerando en sus planes por crear sus propias divisiones de torres. La última en hacerlo fue Vodafone, con la que Cellnex no ha firmado ninguna operación en los últimos años. La británica optó por crear su filial, Vantage Towers, para ahora sacarla a bolsa -este mismo lunes anunció el pacto con Telefónica para insertar el 50% de la 'joint venture' de ambos en Reino Unido en la nueva división-. Desde la firma dirigida por Tobías Martínez argumentan que habrá más competencia pero insisten en que su capacidad industrial es clave para hacerles ganar.

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