Endesa y los sindicatos preparan un plan de bajas voluntarias desde los 55 años

  • El acuerdo final está supeditado a la firma de un nuevo marco laboral y al recorte de beneficios sociales que propone la compañía.
Las protestas de empleados de Endesa se suceden desde hace más de un año.
Las protestas de empleados de Endesa se suceden desde hace más de un año.
UGT

Endesa y los sindicatos avanzan en el diseño de un plan de salidas voluntario en la compañía que afectará al personal a partir de 55 años y de forma excepcional a trabajadores a partir de 50 años. Los sindicatos mayoritarios en la empresa, UGT y CC OO, admiten que el plan está esbozado, aunque la aprobación final dependerá de la firma del nuevo convenio colectivo. Endesa no ha hecho comentarios. Junto al plan de salidas, las partes han pactado un acuerdo de garantías para blindar a los empleados ante posibles cambios en la empresa (reordenaciones, compras...). Endesa cuenta con 8.800 empleados y 27.000 jubilados. 

El plan voluntario de salidas se dirige a un colectivo amplio. Los últimos datos oficiales de la eléctrica muestran que el 22% de los empleados, (más de 9.000 en 2017) estaban en la franja de entre 55 y 65 años. El mayor número de empleados, un 33,7%, se situaba en el intervalo de entre los 45 y los 54 años. La edad media de la plantilla ronda los 46.

Los avances en la negociación se producen en vísperas de la junta general convocada el 12 de abril. La reunión de accionistas marcará un punto y aparte en la gestión de la compañía. Enel ha aprobado el relevo de Borja Prado tras diez años al frente de la empresa. Le sustituirá el jurista Juan Sánchez-Calero. El encargado de la negociación con los sindicatos, Andrea Lo Faso, director de recursos humanos, tiene como objetivo pacificar el ambiente en la empresa, muy enrarecido desde que decayó el IV Convenio colectivo, en diciembre de 2018, tras un año de desencuentros y movilizaciones.

Unas relaciones laborales "engrasadas" son importantes para la compañía cuando afronta cambios en la estructura del negocio. Endesa tiene que cerrar centrales de carbón y nucleares y búscar nuevas áreas de actividad en las renovables. Una plantilla movilizada es una mala base para aprovechar la transformación. Pero el enfrentamiento no está resuelto. La empresa ha suavizado el recorte de beneficios sociales que propone para empleados en activo y para jubilados, pero no los retira. Al menos de momento.

Tarifa de empleado

El recorte para jubilados y activos es un 'casus belli' que la semana pasada examinó la Audiencia Nacional. Endesa quiere abaratar la tarifa de empleado de los trabajadores (8.800) y de los 27.000 jubilados y prejubilados. Ha comunicado ya a los sindicatos y al personal que deben contratar una comercializadora eléctrica antes de junio. Su última oferta asume la gratuidad de los primeros 3.500 KW de electricidad consumidos y bonificación hasta los 9.000 KW. Los sindicatos consideran que la tarifa  forma parte del salario de empleados y exempleados. 

Los representantes legales de los trabajadores consideran y así lo argumentaron ante la juez de la Audiencia Nacional que los beneficios sociales son un derecho histórico y que las condiciones económicas y sociales pactadas en los acuerdos de reestructuración societaria del Endesa en el año 1999 tienen un carácter permanente y “ad personam”. En resumen: los beneficios sociales -y la tarifa de empleado- son parte del salario y no se tocan.

La tesis de la empresa ante la Audiencia, representada por el abogado José Luis Fraile, es muy distinta. Para Enel y Endesa, la tarifa eléctrica de empleado no forma parte del salario para los empleados pasivos porque ya  no prestan ningún tipo de contraprestación laboral. Las espadas siguen en alto, pero el ambiente es distinto al de finales de año. Entonces, el enfrentamiento llegó a tal punto que la Dirección General de Trabajo envió a las partes el 21 de enero un "escrito de recomendación" para superar el estancamiento de las negociaciones. El documento señalaba a la empresa que el fin del periodo de ultraactividad del convenio -en diciembre- no era causa suficiente para cerrar la negociación unilateralmente.

Sobre la mesa de negociación y sobre el plan de salidas de la compañía planea la celebración de la junta que debe abrir una nueva etapa en la empresa. Endesa quiere que el traspaso de poderes de Borja a Prado al consejero delegado José Bogas (Sánchez-Calero tendrá funciones de representación más que ejecutivas) sea lo más pacífico posible

Desde el punto de vista de los sindicatos, los resultados de la compañía no justifican meter la tijera a los ingresos de la plantilla. Endesa tenía como objetivo para 2018 lograr un beneficio neto de 1.400 millones. El resultado final fue mejor: 1.417 millones de euros. La cifra es un 3% inferior a la de 2017, pero recoge una partida de pérdidas por deterioro de activos (central de Alcudia). Sin esa partida, el beneficio se hubiera incrementado en un 4%. 

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