La historia de Sateliot

Dos años y 4 millones de inversión: así crearon estos españoles un satélite 5G

La excúpula de Eurona pondrá la primera pica en el espacio en su plan para ser el aliado de Telefónica y otras telecos para dar cobertura 5G con la que ‘conectar cosas’ en zonas más remotas.

El consejero delegado de Sateliot fue el primer ejecutivo de Eurona.
El consejero delegado de Sateliot fue el primer ejecutivo de Eurona.
L.I.

Cuando a Jaume Sanpera salió del puesto de primer ejecutivo de Eurona tras la refinanciación de la deuda buscó un nuevo proyecto pero sin hacer competencia directa a su antigua casa. La alternativa era ofrecer una red móvil de 5G a través de satélites, pero con una salvedad: dedicado exclusivamente a conectar objetos y sensores -conocido en el argot como 'Internet de las Cosas'-. Ese fue el germen hace dos años de Sateliot. Después de ese tiempo de pruebas y más de 4 millones de inversión pública y privada, la empresa lanzará este sábado su primer satélite. El objetivo es construir una constelación de hasta 100 instalaciones en el espacio con la que convertirse en el proveedor de cobertura para operadoras de telecomunicaciones en todo el mundo.

Los inicios no fueron especialmente sencillos. Sanpera aguardó a la salida del responsable tecnológico de Eurona, Marco Guadalupi, y el director financiero, José Carrero, para poner en marcha ese nuevo proyecto. Primero, debían presionar para homogeneizar los protocolos y estándares para esas conexiones 5G no terrestres. Después había que fortalecerse con recursos. Captar esa financiación no ha sido sencilla. Entre los directivos sumaron 1,2 millones de euros en una primer ampliación, que se sumó a otra de 1,2 millones con 'business angels' particulares. A esto sumaron también una pequeña porción de financiación pública.

"Es un tema técnico que cuesta; yo pensaba que era difícil pero ha sido muchísimo más difícil; nadie entiende lo que estás diseñando y lo ven muy difícil, admite Sanpera a La Información. En el haber de esa cúpula se encontraba su experiencia al frente de Eurona que llegó a facturar más de 20 millones de euros ofreciendo su servicio de conexión a redes móviles para uso común a través de satélites. La desventaja ha sido el ecosistema español: "Estamos en una clarísima desventaja; hemos tenido mucho apoyo de palmada en la espalda, pero poco apoyo económico", apunta. Con esos primeros 4 millones de euros han ejecutado todas las pruebas previas y lanzarán su primer satélite. Él apostilla: "Este proyecto en Estados Unidos se habría hecho con 15 millones".

En estos dos años han estado trabajando en el diseño de su primer nanosatélite. Y no ha sido fácil: más de 50 ingenieros, según relata Sanpera, han estado involucrados. Y no todos de Sateliot. De hecho, ha decidido echar mano de algunas de las compañías más especializadas en este sector. El equipo preguntó a la Agencia Espacial Europea por proveedores idóneos. Han involucrado a compañías como la británica Open Cosmos, que es la que se ha encargado de la construcción, el lanzamiento y la gestión de la misión, la gallega Alén Space, o la rusa GK Launch, que colabora para la puesta en órbita del satélite.

Después de estos dos años de preparativos, el próximo sábado se producirá el lanzamiento. La nave Soyuz-2 despegará desde el Cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, a primera hora de la mañana de este sábado 20 de marzo. La operativa que seguirá hasta la puesta en órbita del satélite será similar a la de un ascensor, de manera que a medida que alcance altura, dejará su carga en las órbitas o 'paradas' acordadas. El de la española Sateliot operará en una baja órbita, situada en torno a 500 kilómetros de altura. 

100 satélites

A partir de este primer lanzamiento vendrán más. El objetivo es que este año se inviertan más de 5 millones de euros puramente en I+D. Se lanzará otro satélite para posteriormente crear una primera constelación de 16 en una primera fase. El objetivo es alcanzar un centenar. ¿Por qué tanta cantidad? Con una sola de estas complejas instalaciones tienes cobertura global, pero sólo pasa dos veces por la misma zona al día. La llegada de más hace que se reduzca el tiempo entre el paso de uno y otro. Con los 16, ese periodo es de 30 minutos. Con el centenar, es prácticamente en tiempo real.

El modelo de negocio se basará en ofrecer un servicio de cobertura de redes 5G satelitales especializadas en conectar 'cosas' en zonas alejadas de los grandes núcleos de población. Se encuentran ya en conversaciones, según explica Sanpera, con un tercio de los principales operadores de telecomunicaciones mundiales con el objetivo de poner en marcha pilotos para que a finales de 2022 se ofrezcan servicios comerciales en beta y en 2023, ya definitivos. ¿Por qué no ofrecer conexión a cliente final en vez de circunscribirse sólo a las telecos? "Con las constelaciones tengo la misma capacidad de comunicación en Madagascar que en la sierra de Madrid y por escala prefiero que los clientes estén tan repartidos como sea posible", apunta el CEO.

Esa es la forma en la que generarán ingresos: cobrando a las telecos por utilizar su red con la que, a su vez, dar servicio al cliente final. A partir de ahí, los planes de negocio son bastante ambiciosos. El primer año de actividad con servicio inicial será en 2022. Tres ejercicios después, en 2025, esperan sumar más de 236 millones de euros. Para llegar ahí necesitarán más financiación. Según sus propios planes a la ronda de 5 millones que acaban de levantar -cuyos inversores no han sido desvelados- sumarán otras dos de hasta 70 millones en el próximo trienio.

Sanpera y el equipo fundador no viajará -aunque está autorizado- a Kazajistán para estar presente en el lanzamiento. "Queremos compartir el momento con el equipo", apunta. A las 7:07 de la mañana de este sábado saldrá el cohete y arrancará una carrera de varios años. "Hasta ahora hemos dicho que somos capaces de conectar cosas en laboratorio y ahora debemos demostrarlo desde el espacio", concluye.

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