Ante el plan de IFM 

Naturgy blinda su estrategia con España y Argelia en medio del debate por la opa

Reynés viajó a Argelia con una misión clara: asegurar el suministro de gas del país y contrarrestar así la escalada de precios que está sufriendo esta materia prima en los mercados internacionales. 

Reynés Naturgy
Naturgy cierra filas con España y Argelia en pleno debate sobre la opa. 
Europa Press

Hay momentos en los que una empresa se convierte en la mejor herramienta de política exterior de un Estado. Esta circunstancia es la que se produjo el pasado lunes, cuando Francisco Reynés viajaba a Argel con una misión clara: asegurar el suministro de gas procedente de Argelia y contrarrestar así la escalada de precios que está sufriendo esta materia prima en los mercados internacionales como consecuencia de la radical disminución de gas ruso en Europa.

Con la vista puesta en este problema, el viaje del máximo directivo de la energética buscaba ampliar la capacidad de suministro del gasoducto que une España con Argelia en un 25%, prevista para el cuarto trimestre de este año. Desde un punto de vista técnico, el acuerdo permitirá ampliar en 2 bcm (kilómetros cúbico de gas) la capacidad del gasoducto, gracias a la instalación de un nuevo turbocompresor para aumentar su volumen total por encima de los 10 bcm al año. España, y en menor medida Europa, contarán con una alternativa al gas ruso y esto, en principio, podría redundar en un abaratamiento de la materia prima para el cuarto trimestre, cuando el gas históricamente se encarece debido al aumento de demanda consecuencia de la entrada del invierno.

Pero además de su cariz económico, el viaje de Reynés permitía reforzar “la seguridad del suministro de gas natural a nuestro país, como un elemento esencial para aportar garantía y estabilidad al proceso de transición ecológica y descarbonización. Tras una década ininterrumpida de operaciones, Medgaz es un éxito en cuanto a operación y en cuanto a nuestra colaboración con un socio estratégico como Sonatrach”.

Marruecos convidado de piedra 

La atípica situación diplomática que se está viviendo en el triángulo Marruecos - Argelia - España ha saltado las alarmas en todos los sectores económicos. El energético es, probablemente, el más importante en las relaciones entre ambas orillas del Mediterráneo.

La firma del acuerdo entre Naturgy y Sonatrach se produce apenas unos meses antes de que expire la concesión del otro gasoducto que une España con África: el gasoducto Magreb - Europa. Este ‘tubo’ une los yacimientos argelinos de Hassi R’Mel con España, pero lo hace pasando por Marruecos, a través del Estrecho de Gibraltar, y desembocando directamente en Córdoba. Diversificar la ruta de abastecimiento de gas a España ha sido un ‘must’ para la geopolítica española con todos y cada uno de los gobiernos democráticos.

La fortuna ha hecho que el acuerdo que permite la circulación de gas por el territorio alauita finalice el próximo 31 de octubre. Un momento no especialmente propicio para la negociación, teniendo en cuenta las continuas tensiones que se viven en la zona desde que Marruecos ‘lanzara’ a 10.000 de sus nacionales, entre ellos varios miles de niños, al mar de Ceuta, enrareciendo el clima de amistad que tradicionalmente se ha vivido entre Madrid y Rabat y que está en el origen del cese de la anterior titular de Exteriores y del nombramiento de José Manuel Albares al frente de la cartera de la diplomacia española.

La ausencia de contactos y la demora por parte de las autoridades marroquíes para renovar la concesión es una realidad que preocupa, cada vez más, tanto a las empresas involucradas como a los gobiernos de Argelia y España. EMPL, quien se encarga de la explotación comercial del transporte de gas en el tramo marroquí, cuenta entre sus accionistas con Naturgy y Galp Energía y con la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas, Agua y Medioambiente del Reino de Marruecos. Por su parte, Metragaz es la empresa encargada de la actividad de operación y mantenimiento de las instalaciones. Tanto una como otra están “tuteladas por el Ministerio de Energía, Minas, Agua y Medioambiente del Reino de Marruecos”, como se refleja en la página web de la compañía.

Esta dependencia es la que provoca que el gasoducto se pueda llegar a convertir en un arma diplomática más. La paciencia de argelinos y españoles parece estar llegando a su fin, en especial, tras más de dos años de intentos para tratar de desbloquear la situación.

Argelia, a través del director general de Sonatrach, Toufik Hakkar, ya advirtió hace una semana de que aun no se había tomado ninguna decisión al respecto de la renovación o no de la concesión y señaló que “cualquiera que sea la decisión que se tome con respecto a esta concesión, no tendrá ningún impacto en las exportaciones de Sonatrach”. Era la respuesta oficial de Argelia ante las continuas evasivas por parte de las autoridades marroquíes cada vez que se les preguntaba por el estado de las negociaciones. Los argelinos no han tardado ni siete días en despachar este asunto y asegurarse la salida de gas con destino a España.

Lo cierto es que con este nuevo acuerdo entre Naturgy y Sonatrach, la funcionalidad del gasoducto del Magreb está en entredicho. En primer lugar, por su escasa operatividad en los últimos años. En 2020 la entrada de gas a España desde el gasoducto Magreb - Europa se redujo en un 36%, probablemente como consecuencia del descenso de demanda de gas consecuencia de la pandemia, pero que refleja una tendencia ya aparecida en 2019. Tras los acuerdos de reducción de gas asignados a Naturgy y la ampliación del gasoducto entre España y Argelia, la práctica totalidad del gas adquirido a los argelinos se podrá operar a través de Medgaz, por lo que la importancia económica del tramo que transcurre por territorio marroquí se ve aun más comprometida, suponiendo una baza en la negociación para España siempre que Marruecos tenga a bien sentarse a negociar la renovación de la concesión.

La opa de IFM como telón de fondo 

Los movimientos se producen en un momento en que el ejecutivo tiene que dirimir si autoriza o no la Opa de los australianos de IFM sobre la española. El carácter estratégico de la compañía se ve reforzado con actuaciones de este tipo en las que la acción privada redunda en el interés público. Este es precisamente el argumento esgrimido por el sector del gobierno contrario a que una entrada de los australianos pudiera suponer una pérdida de la ‘españolidad’ de una empresa que tiene el control del gas que entra a España y que es clave en la transición energética.

El miércoles, quizá a modo de compensación, el Ministerio de Transición Energética blindaba el acceso por parte de terceros operadores a los gasoductos Medgaz y Magreb, permitiendo de esta manera el control a sus actuales accionistas hasta 2031, para el caso de Medgaz, y finales del mes de octubre (coincidiendo con la finalización de la concesión) en el caso del gasoducto del Magreb.

El éxito de la operación en Argelia ha sido bien recibido en Bolsa. El martes, Naturgy alcanzó los 22,42 euros por acción, unas décimas por encima de la oferta planteada por los australianos, y en la que ha pesado notablemente tanto el acuerdo en Argelia como las operaciones de Criteria para tomar mayor control sobre Naturgy. La presentación del nuevo plan estratégico de la gasista, prevista para el próximo 27 de julio, podría suponer el aldabonazo definitivo para su despegue bursátil, dejando en aguas de borraja la oferta de los australianos y dando más razones aun para aquellos que, dentro del ejecutivo

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