Movimientos en el sector de la energía

Naturgy congela el plan estratégico por la opa de IFM y su impacto en el consejo

Los compromisos más allá de 2022 tienen que ser aceptados y rubricados por el consejo y, tras la oferta australiana, el órgano de administración de la gasista puede cambiar.

Efe
Los inversores extranjeros han entrado con fuerza en empresas del Ibex.
Agencia EFE | EFE

Naturgy tiene listo el nuevo plan estratégico de la compañía. Los ejes son la eficiencia, la apuesta por las renovables y el dividendo -1,51 euros en 2021 y 1,59 euros en 2022-. La nueva hoja de ruta iba a ser presentada en febrero o marzo a más tardar, pero la opa del fondo australiano IFM ha trastocado los planes y los ha metido en el congelador. Los compromisos para más allá de 2022 tienen que ser aceptados y rubricados por el consejo y tras la oferta australiana, el órgano de administración de la gasista puede cambiar. En el escenario más complejo y lento, el calendario de tramitación de la oferta puede extenderse hasta después de verano.

Los aires de cambio están por escrito. Los fondos GIP y CVC, que controlan cada uno más del 20% de la gasista, se han comprometido a "votar a favor y apoyar acuerdos en la junta general de accionistas de Naturgy para que, lo antes posible después de la oferta (de IFM), la composición del consejo refleje una representación proporcional al capital social de Naturgy".  GIP y CVC tienen dos consejeros cada uno. Los mismos que el principal accionista de Naturgy, la Caixa, que controla a través de Criteria un 24,4% del capital. La Caixa deshoja la margarita para concretar su posición ante una oferta que la interpela directamente y hasta que tome una decisión, todos los planes a futuro están en el aire. No obstante, precisan fuentes al tanto de la situación, la compañía ni está, ni va a estar paralizada.

La compañía que preside Francisco Reynés está pendiente de los plazos administrativos  que marcarán el desenlace de la opa. El primer hito será la presentación del folleto de la oferta de compra del 22,6% del capital presentada por IFM. La previsión es que llegue la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en torno al 15 de febrero. Y que quede varada hasta que el Gobierno se pronuncie. Tiene tiempo. La normativa le da hasta seis meses para considerar la operación. En el escenario más lento, posible aunque improbable según las partes implicadas, la luz verde a la compra podría posponerse hasta el verano. Después, se abriría un periodo de  aceptación de la oferta de 70 días.

La sartén por el mango

El Gobierno tiene la sartén por el mango. La posibilidad de vender empresas españolas está limitada desde marzo de 2020 por el Real Decreto 436/2020, de 14 de marzo, y por el RDL 34/2020 de 17 de noviembre, que extiende la limitación también a los inversores europeos. Los decretos han reinstaurado el control del Ejecutivo sobre todas aquellas operaciones corporativas que pretendan hacerse con más de un 10% del capital de las empresas españolas consideradas estratégicas. Naturgy lo es. Su relación con la empresa estatal argelina Sonatrach (accionista de la compañía con el 3,85%), sus contratos de suministro de gas y su posición en el gasoducto Medgaz (49%) le dan esa consideración.

El nuevo plan estratégico ya no tiene como centro de gravedad el ahorro y la desinversión de activos no esenciales . El objetivo son las renovables. La compañía tiene liquidez porque bajo la mirada atenta de los  fondos CVC y GIP , que acompañan al presidente de la compañía Francisco Reynés desde  su etapa en Abertis, ha vendido la filial chilena de redes Compañía General de Electricidad (CGE) a la  estatal China State Grid (SGID) (2.750 millones); ha renegociado a la baja contratos de suministro de gas; ha cerrado el pleito de la planta de Damietta en Egipto (750 millones a la caja)  y ha eliminado, además, 4.000 millones de deuda de su balance.

A por el negocio verde

La opa de IFM ralentiza la acción, pero no seca el impulso de las últimas operaciones para conseguir más hueco en el mercado verde. En ese impulso incluye la entrada en el mercado de energía renovable de Estados Unidos con la compra del 100% de los intereses económicos en Hamel Renewables y la adjudicación  en la primera subasta renovable de 2021 en España de 235 MW (38 MW eólicos y 197 MW fotovoltaicos). En el antiguo plan, la compañía tenía la previsión de duplicar su capacidad renovable en 2022, un objetivo que ya ha cumplido. Ahora toca, en palabras del propio Reynés "provechar las oportunidades que brinda la transición energética".

A falta de que el proceso de opa decante los cambios en el accionariado y en la dirección, Naturgy está obligada a mover ficha. El declive económico de las nucleares, la depreciación de las infraestructuras gasistas, la desaparición del carbón y la pérdida de valor de los activos petroleros empujan a todas las empresas, Naturgy incluida, a sustituir los viejos activos por otros nuevos a través de inversiones y operaciones corporativas. 

El plan de Reynés todavía consiste en poner dinero en países estables, con monedas fuertes y economías estables. Menos América Latina y más EE UU para aportar tranquilidad a los inversores. La oferta de IFM ha roto, al menos en el presente, esa tranquilidad. Y los cuatro consejeros de CVC y GIP, los grandes accionistas que apoyan la oferta australiana, van a tener más tiempo para decidir si los planes esbozados por el actual equipo directivo son la hoja de ruta más conveniente para lograr su principal objetivo: beneficios.

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