Qué tendrán que hacer los clientes de Bankia con sus tarjetas tras la fusión

El pasado fin de semana, algunos de los edificios más emblemáticos y corporativos, como la Torre KIO en Madrid sustituyeron los logos de Bankia por los de Caixabank. Era quizás la forma más tangible de ver que la nueva entidad resultante de ambos bancos ya es una realidad. Esto ocurre siete meses después de que en septiembre anunciasen su intención de integrarse, rompiendo así, el hielo al proceso de consolidaciones financieras por el que llevaban insistiendo meses distintos organismos como el BCE.

Así, tras la aprobación de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) y de Economía, y de su inscripción en el Registro Mercantil tras la unión jurídica, la nueva Caixabank debutó ayer en el Ibex 35; además de estrenar su primera campaña de publicidad institucional. 

La nueva Caixabank es ya la mayor entidad del país con más de 664.000 millones de euros en activos gestionados. Además, dará lugar a un banco líder en el mercado de servicios bancarios, concretamente en todos los segmentos de banca minorista. Por este motivo, la CNMC concluyó que la unión suponía una amenaza para la competencia en determinados ámbitos del mercado minorista, así como en el de los cajeros automáticos. 

Nuevas tarjetas

Pero, ¿cómo afectará este proceso de fusión a los clientes de Bankia, que ha sido la entidad absorbida? El proceso de integración tecnológico no se dará hasta final de este 2021, aunque haya cambios que ya empiezan a notar los usuarios. 

Por ejemplo, en el caso de las tarjetas de crédito o de débito de Bankia seguirán estando activas y no supondrán ningún tipo de impedimento para sus clientes. Las nuevas de Caixabank las recibirán en sus domicilios cuando, como decimos, finalice el proceso tecnológico que será, según las previsiones, tras el verano. 

¿Se pueden usar en cualquier cajero sin comisiones?

Sí. Recordemos que la CNMC concluyó que la fusión suponía una amenaza para la competencia efectiva en el ámbito de los cajeros automáticos. ¿El motivo? Que Bankia disponía de acuerdos con distintas entidades y cajas por las que sus clientes podían retirar efectivo gratis en cualquier de esas sucursales adheridas; algo que no ocurría con Caixabank. 

A parir de ahora, y como consecuencia además del cierre de algunos cajeros de Bankia, se seguirá dando acceso a los clientes de estas entidades al cajero de Caixabank más próximo al de la entidad absorbida. Tampoco podrá cobrar, en ninguno de los 86 códigos postales identificados como problemáticos, comisiones a los clientes procedentes de Bankia por realizar una operación en ventanilla cuando esa operación hubiese sido gratuita de acuerdo con las condiciones ofrecidas por la entidad absorbida en la fecha de autorización de la operación durante 3 años.