El unicornio tuvo pérdidas de 11 millones

Wallbox ratifica a Iberdrola como socio clave en su puesta de largo ante la SEC

En un nuevo folleto presentado ante el regulador de EE.UU a las puertas de la salida a bolsa se desvela el accionariado definitivo, donde el grupo energético mantendrá un 10% y varios acuerdos comerciales clave.

Eduard Castañeda y Enric Asunción, cofundadores de Wallbox Chargers.
Eduard Castañeda y Enric Asunción, cofundadores de Wallbox Chargers.
L. I. / Archivo

Iberdrola se consolida como accionista de referencia de Wallbox. La compañía mantiene prácticamente el 10% de las acciones del fabricante español de cargadores eléctricos en el marco de la salida a bolsa a través de lo que se conoce como una SPAC -compañía de cheque en blanco- en el parqué de Nueva York, con la que se espera valorar en unos 1.200 millones de euros. Así lo refleja en un nuevo folleto de registro ante el regulador estadounidense (SEC), en el que desvela que dentro de ese núcleo duro accionarial se encuentra Pedro Alonso Agüera, el exdueño catalán del fabricante de componentes de automóviles Infun, junto con ya conocidos como los fondos Seaya Ventures o la compañía de climatización Eurofred, dirigida por la familia Santacana.

La compañía presidida por Ignacio Galán no sólo será accionista de referencia, después de haber inyectado sólo en préstamos -que se convertirán en acciones en la salida a bolsa- desde octubre de 2020 un total de 11 millones de euros a través de su brazo de capital riesgo Inversiones Financieras Perseo. También tendrá una relación como 'partner' comercial clave. En junio de 2021 alcanzó un acuerdo con la startup para comprarle 1.000 cargadores eléctricos. No es la única compra. En 2020 pagó 2,2 millones de euros en diferentes compras de producto, según admite la empresa en el folleto. La relación no es unidireccional. Ambas partes se encuentran en negociaciones para firmar un acuerdo de venta de energía renovable (PPA) a largo plazo con el que dotar tanto a la planta de fabricación como a las oficinas que tienen en la Zona Franca de Barcelona.

El núcleo duro de los que tienen más del 5% tiene algunos nombres que ya son conocidos como el del fondo de capital riesgo Seaya Ventures (6,8%), socio clave en Cabify o Glovo; Juan Manuel Soler Pujol, empresario propietario de la red de concesionarios Quadis y una de las grandes fortunas catalanas; Eurofred (8,94%), o el fondo franco-chino Cathay Innovation (5,1%), que es aliado de Seaya y accionista de los otros dos unicornios españoles. Pero hay otros nombres que no se conocían hasta ahora. Uno es Label Investments (5,4%), el holding de inversión de Alexandre Pierron-Darbonne, dueño del grupo agoralimentario Planasa. El otro es AM Gestió (5%), el conglomerado liderado por Pedro Alonso Agüera, exempresario catalán de la automoción con Infun que a finales de 2019 saltó a los focos por la compra por 150 millones de euros del centro comercial de El Corte Inglés en la céntrica plaza Francesc Maciá de Barcelona.

Estos accionistas, entre los que también se encuentran otras fortunas españolas como los Ribera (con un 1,5%),  han ido tomando posiciones después de que en los últimos doce meses se ejecutaran varias inyecciones de capital en forma de préstamos convertibles en acciones, una solución habitual en el sector de las startups. Se hicieron en cuatro fases desde octubre de 2020 hasta abril de este año. En total suman casi 43 millones de euros, siendo Cathay Innovation e Iberdrola los que más carne pusieron en el asador, tal y como queda reflejado en el folleto, consultado por La Información. Todos ellos cuentan con un periodo de bloqueo de, al menos, cinco meses para vender los títulos en el parqué.

En ese núcleo duro evidentemente también están los fundadores. Pero después de varios años de rondas importantes, con esos préstamos convertibles y ampliaciones de capital 'puras', se han ido diluyendo de manera significativa. Tras la fusión con el SPAC y la inversión que se llevará a cabo posteriormente de cara a la salida a bolsa, Enric Asunción controlará 11% a través de su sociedad patrimonial Kariega Ventures (llegó a rozar el 33% en el año 2018 antes del aterrizaje de los grandes fondos). Su socio, Eduard Castañeda, tendrá algo más del 2,7%.

Esos préstamos convertibles no son las únicas operaciones de deuda que han ido completando Asunción y el resto de la cúpula de Wallbox. Han alcanzado un acuerdo marco con Banco Santander, a través de Fondo Smart, para que la entidad refinanciara los 12,6 millones de euros de deuda a largo plazo que está sirviendo para cubrir las inversiones vinculadas a la construcción de una nueva planta de fabricación, con la que expandir su capacidad productiva, en una nave de algo más de 11.000 metros cuadrados en la Zona Franca. Se trataría del tercer centro, además de la fábrica en Sant Andreu de la Barca (Barcelona) y en China.

Los números del negocio

Con todo, la empresa muestra los números del año 2020, anterior a esta salida a bolsa, en el que los ingresos rozaron los 20 millones de euros pero las pérdidas netas se duplicaron hasta los 11 millones debido al fuerte crecimiento y a la expansión. Con la expansión internacional, gracias a los acuerdos con grandes compañías como Iberdrola, Nissan o Mercedes, el negocio se ha ido diversificando reduciendo de manera importante el peso del mercado español que llegó a suponer más del 40% en 2019 y que el pasado año aglutinó apenas el 22% gracias al crecimiento de otras grandes plazas como Noruega (16%), Reino Unido (11%) y Países Bajos (10%).

Estos números implican que la valoración que pretenden alcanzar con la salida a bolsa, que se situaría en los 1.200 millones de euros al cambio desde el dólar, es en torno a 60 veces esos ingresos anuales de 2020, alta incluso para una compañía de alto crecimiento como esta. Pese a ello, la compañía sólo se centra en este nuevo folleto en la valoración a cinco años, para así compararla con sus rivales. Insiste en que, de acuerdo a las ambiciosas previsiones de crecimiento que se ha fijado, esa cifra supondrá 1,3 veces ingresos y 12 veces el resultado bruto (Ebitda) lo que supone una "valoración de mercado atractiva". Pretenden alcanzar la rentabilidad a partir de 2024.

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