Crónica de unas horas de infarto en Economía

Un día negro para Calviño: de acariciar el éxito en Europa a justificar la derrota

Moncloa y la vicepresidenta tenía incluso la promesa de otros países de que si había segunda votación cambiarían sus apoyos. No sucedió. La familia, el presidente e, incluso, el Rey Felipe VI se volcaron con ella.

Nadia Calviño, vicepresidenta de Asuntos Económicos
Un día negro para Calviño: de acariciar el éxito en Europa a justificar la derrota
EP

Cerca, muy cerca, estuvo Nadia Calviño de presidir el Eurogrupo y hacer historia como primera mujer en conseguirlo. Pero algo falló. Y lo hizo por partida doble. Moncloa y la Vicepresidencia económica habían hablado con "todos los gobiernos" en los días previos a la votación. Y se habían garantizado los nueve apoyos necesarios que, sumados al de España, eran suficientes para conseguir la victoria en la votación incluso en la primera ronda. Con esa idea entró la gallega en la videoconferencia y con esa misma esperanza partió Pedro Sánchez de Madrid con destino a Vitoria para el penúltimo mitin de la campaña vasca. Pero al filo de las 19 horas todo se torció. Nueve síes, no diez. Algo no iba como se pensaba. Es en ese momento cuando se encendieron las alarmas en el Gobierno.

Sánchez y Calviño tenían la palabra de nueve colegas de que iban a apoyar a la española. Alemania, Francia, Portugal, Italia... Pero a la hora de la verdad uno no hizo lo que había dicho. La votación fue "completamente anónima", solo dos funcionarios del Consejo Europeo supieron a quién apoyó cada ministro, por lo que Moncloa y Economía prefieren "no especular" con quién les traicionó, indican fuentes tanto del equipo del presidente como de la vicepresidenta económica. Pero esta situación también entraba en su hoja de ruta. Y para ello había un 'plan b'.

Las fuentes consultadas indican que Sánchez y Calviño llegaron a conseguir el compromiso de algún gobierno de que si había una segunda votación cambiaría sus apoyos. Es decir, que si se producía una final entre la española y el irlandés Pascal Donohoe apoyarían a España. Por eso en el receso entre la primera y la segunda votación en el Gobierno todavía se mostraban algo esperanzados. El luxemburgués Pierre Gramegna se retiraba y todo hacía pensar que, a la segunda sí, Calviño lo conseguiría. Pero esto tampoco sucedió y los cinco votos del liberal fueron a parar en bloque al irlandés

Fue una derrota inesperada y dura, aunque Sánchez y Calviño se hayan esforzado en las últimas horas en aparentar en público que no fue así. La vicepresidenta destacó en las ultimas horas en varias entrevistas radiofónicas que el Eurogrupo es en realidad una "reunión informal" de ministros de Economía y Finanzas de la zona euro y que donde de verdad se toman las decisiones de calado es en el Consejo Europeo que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno. Sánchez, por su parte, quiso mandar desde el mitin en el que participó un abrazo a su vicepresidenta tercera. 

Moncloa, en un gesto poco común, quiso salir en defensa de Calviño nada más conocerse la derrota en el Eurogrupo y fuentes del Gobierno declaraban minutos después que había sido "una gran candidata". La definieron como "una magnífica vicepresidenta económica para lograr la reconstrucción europea tras la pandemia y que nadie se quede atrás". "Muy orgullosos de su trabajo infatigable para consolidar la economía española y garantizar el futuro de la UE", explicaban desde el consejo presidencial tras conocerse la inesperada noticia.

"La vida sigue", insisten fuentes de su equipo de colaboradores, donde quitan importancia a lo ocurrido. "Está bien, no pasa nada", aseguraba uno de los pretorianos de su entorno antes del Ecofin de este viernes en el que también participó Calviño. Lo cierto es que donde menos optimistas eran respecto a la votación era precisamente en la Vicepresidencia económica donde en ningún momento validaban las palabras que pronunció en público el propio Sánchez, que se mostró "razonablemente optimista".

​Reunión con su equipo y llamadas de su familia y el Rey

Los minutos después de la votación los pasó Calviño en la sede de la Vicepresidencia económica encerrada con su equipo más estrecho de colaboradores. Hablaron de lo sucedido y se animaron entre todos. Hay dos personas que se han implicado especialmente en toda la diplomacia desplegada desde el Ministerio de Economía para intentar presidir el Eurogrupo. Una es Isabel Riaño, la directora de gabinete adjunta de la vicepresidenta. Otro es Carlos San Basilio, secretario general del Tesoro. Ambas figuras son claves en las negociaciones en el seno de la UE.

Durante ese encuentro informal tras el Eurogrupo el móvil de Calviño no paró de recibir mensajes. Dos conversaciones fueron las que más ilusión le hicieron. La primera, con su familia. Los suyos estuvieron muy pendientes de todo el proceso y hablaron con la vicepresidenta al término del Eurogrupo. Y, por último, de Zarzuela. A Calviño le informaron de que tenía una llamada del Rey. Descolgó y habló unos minutos con Felipe VI. Comentó con los suyos que el jefe del Estado le había mandado ánimos.

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