Se va arremetiendo contra la cúpula

Pulso Casado-Cayetana: cinco broncas y el cese por el Gobierno de concentración

El presidente hizo un esfuerzo por aglutinar a varios aznaristas pero la exportavoz fue por libre. La disputa con Génova, especialmente con García Egea, viene de lejos. El fin de semana se tomó la decisión.

Pablo Casado y Cayetana Álvarez de Toledo, durante la segunda votación de investidura de Pedro Sánchez
Pulso Casado-Cayetana: cinco broncas y el cese por el Gobierno de concentración
Juan Carlos Hidalgo / EFE

Un 17 de agosto. Con Génova semivacía y Pablo Casado pegado al teléfono desde sus vacaciones. Así ha tomado el PP la decisión de destituir a Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, una opción que ha supuesto la destitución de la que fue cabeza de lista por Barcelona. La decisión se venía cocinando, "a fuego lento", explica un cargo del partido, desde hacía varias semanas. Pero un hecho fue "la gota que colmó el vaso". Una entrevista concedida a El País en la que Álvarez de Toledo pedía un "Gobierno de concentración moral y constitucional". Inadmisible para la cúpula de un partido centrada en denunciar las decisiones del Gobierno o su inacción en plena crisis sanitaria.

No fue una decisión fácil para Casado elegir portavoz parlamentaria a Álvarez de Toledo. Sufrió críticas internas pero hizo un esfuerzo importante para aglutinar a algunos aznaristas, con ella a la cabeza. Algunas fuentes citan los casos de Gabriel Elorriaga, Alfredo Timermans, Carlos Aragonés o Pilar Marcos como ejemplos. Pero la ya exportavoz protagonizó varias escenas que no gustaron nada en Génova. Había la sensación de que "Cayetana iba por libre" y que, en algunas ocasiones, hacía caso omiso a los mensajes que le llegaban desde Génova.

El pulso con el partido no era nuevo. Llevaba meses latente. Dice un cargo con galones en el 'casadismo' que Teodoro García Egea, el secretario general y cancerbero del presidente, tenía "tomada la matrícula" a Álvarez de Toledo desde hacía tiempo. Por eso, por ejemplo, se excluyó a la portavoz de la Comisión de Reconstrucción Económica y Social del Congreso

Las críticas también provenían de algunas baronías. Alberto Núñez Feijóo ya tuvo sus más y sus menos con Álvarez de Toledo. El presidente gallegó llegó a decir que "basta ya de este tipo de espectáculos parlamentarios" y la entonces portavoz le respondió diciendo que a ella tampoco le gustaban algunas de sus intervenciones. Fuego amigo. O "patio de colegio" para algunos. Con Alfonso Alonso, el expresidente del PP vasco, también tuvo un rifirrafe. Le llamó "antinacionalista acérrimo".

Un momento clave en la ruptura de relaciones entre Álvarez de Toledo y Génova fue la acusación de "terrorista" al padre de Pablo Iglesias. Ese día toda la estrategia planificada por la dirección nacional para acorralar al Gobierno por el caso Delcy saltó por los aires. Hubo una batería de preguntas orales en la sesión de control al Ejecutivo pero ella insistió y consiguió reducir el impacto del plan trazado. No gustó a Casado y los suyos. 

La gota que colma el vaso se publica este fin de semana. Álvarez de Toledo pide ese "Gobierno de concentración" que Casado lleva negando desde el inicio de la crisis. Mientras Génova denuncia que Sánchez lleva más de cien días sin llamar al líder de la oposicióin su portavoz pide acuerdos. "No atiende las indicaciones", afirma otra fuente.

Más madera: Cayetana Álvarez de Toledo califica de error la marcha del Rey emérito don Juan Carlos a Emiratos Árabes Unidos mientras el PP difunde un comunicado defendiendo la decisión y destacando la labor del monarca por la democracia en nuestro país. O mientras el propio Casado concede una entrevista al diario ABC en la que asegura que "el PP defiende al Rey frente a los ataques de algunos ministros". Demasiadas salidas o altisonancias para una compañera del partido. "No puedes no seguir la estrategia", critican.

Otro encontronazo: cuando Gabriel Elorriga decide recoger su acta de diputado Génova opta por nombrar un nuevo director de gabinete de la asesoría parlamentaria. El elegido es José Sánchez Arce, un fontanero que estuvo en Moncloa con Jorge Moragas y con María Dolores de Cospedal en el Ministerio de Defensa. La decisión no gustó a Álvarez de Toledo, que perdió este pulso.

Ante este situación de tensión, incómoda para una mayoría, Casado ha optado por impulsar perfiles que han estado en los últimos meses en la primera línea de batalla política. Dicen en el PP que "es el momento de centrarnos en la situación del país, ante una crisis sanitaria sin precedentes y un presunto caso de corrupción que está investigando la justicia". Por eso Génova ha recurrido a tres perfiles esenciales en este tiempo para el presidente y que, además, gestionan o han gestionado presupuestos.

Cuca Gamarra es la nueva portavoz en el Congreso. Mano derecha de Casado, su labor al frente del Ayuntamiento de Logroño es destacada por la dirección. Encontró en consistorio riojano en quiebra y lo dejó en superávit y llegó a importante pactos con el PSOE en las principales decisiones, a pesar de que gozaba de mayoría absoluta. Le sustituyé como vicesecretaria de Políticas Sociales la exministra de Fomento, Ana Pastor, clave en el pacto sanitario con el Gobierno. De José Luis Martínez-Almeida, nuevo portavoz del partido en sustitución de Pablo Montesinos, se remiten a los Pactos de la Villa.

La decisión de Casado ha sido bien recibida por Vox. Fuentes del partido la califican de "maravilla" para ellos, dejando libre el discurso de cara a la inminente moción de censura. En el PP, en cambio, creen que aún es pronto para calibrar si se trata de una apuesta acertada ya que la legislatura va a ser larga y queda mucho partido por delante. Cuentan en Génova con el malestar de los "votantes más cafeteros" que no entenderán la salida de Cayetana.

Mostrar comentarios