Cambio de estrategia

Los vaivenes del PP: del 'no' a la alarma a apoyar la nueva normalidad o el IMV

El partido conservador pasa de los choques en el Congreso y en Europa a respaldar ahora las medidas del Gobierno y la candidatura de Calviño.

Pedro Sánchez y Pablo Casado
Los vaivenes del PP: del 'no' a la alarma a apoyar la nueva normalidad o el IMV
EFE

Tras varios 'síes', pasó a la abstención. De ahí, presionó hasta irse al 'no'. Y ahora, después de toda la tensión y las escenas de choque permanente, regresa al voto afirmativo cuando los planes del Gobierno apenas han variado. Este es el resumen de los últimos movimientos del Partido Popular de Pablo Casado, que tras amenazar con dejar caer el estado de alarma decretado por el coronavirus ahora se ha mostrado conforme con todos los pasos anunciados por el Ejecutivo dentro de su último decreto para la 'nueva normalidad'. Un giro total que evidencia los vaivenes de una formación que tampoco se opuso a la medida social más importante de la coalición de PSOE y Unidas Podemos, el Ingreso Mínimo Vital, cuando cargaba contra Moncloa a todas horas. Y que ha pasado de hacerle la guerra a Pedro Sánchez en el Parlamento Europeo, alineándose con las tesis de los países frugales que defienden la condicionalidad del rescate por el virus, a anunciar que respaldarán la candidatura de Nadia Calviño para presidir el Eurogrupo.

La estrategia de los 'populares' empezó a mostrar su cambio de tendencia en la primera semana de junio. Fue en esos días cuando se celebró la votación de la última prórroga del estado de alarma, la fórmula utilizada durante toda la crisis sanitaria y que Casado y los suyos apoyaron hasta que decidieron pasar a la abstención. El 3 de junio, el líder del PP realizó un discurso muy duro contra Sánchez, al que acusó de presidir "el gobierno menos democrático de nuestra democracia" y que él, por extensión, era "el presidente más radical de la historia de España". Después, su partido volvió a votar contra la medida excepcional que, según el Ejecutivo, es la única que permitía restringir la movilidad entre territorios. 

Solo una semana después ya se vislumbró el giro que se ha confirmado con el respaldo a la 'nueva normalidad', que se tramitará finalmente como proyecto de ley. Fue cuando el PP dio su 'sí' a la medida social más celebrada por el Ejecutivo y sus afines, el Ingreso Mínimo Vital. Aunque asegurando que lo hacían porque se trataba de "un invento nuestro", en referencia a que en las comunidades que gobiernan habían impulsado las rentas mínimas de inserción para la población en riesgo de exclusión social. Finalmente, el éxito fue para Sánchez y Pablo Iglesias, que consiguieron que ni un solo grupo votara en contra de su nueva política social, ya que Vox optó finalmente por la abstención. 

De esta manera, en siete días los 'populares' pasaron de denunciar que había un Gobierno poco democrático y que utilizaba el estado de alarma en su beneficio a darles un empujón en un asunto que beneficiaba el programa prometido por socialistas y morados. También coincidía con las acusaciones al Ministerio de Sanidad de no desvelar el número real de muertos por la pandemia, de los que dicen que hay "más de 40.000" cuando el departamento de Salvador Illa por el momento contabiliza 28.330. Y además, en plena ofensiva contra Fernando Grande-Marlaska tras la destitución del coronel Diego Pérez de los Cobos, con el PP situando al ministerio del Interior en su punto de mira y exigiéndole su dimisión por "injerencias" en la Guardia Civil. 

De los halcones al respaldo a Calviño

El cambio también ha sido a nivel europeo. Los eurodiputados españoles del PP llevan semanas oponiéndose a las tesis del Gobierno en la negociación que mantienen los 27 desde hace semanas por el Fondo de Reconstrucción. Incluso han avalado que a España se le imponga controles a la hora de invertir el dinero que le corresponda de ese rescate por la Covid-19. Lo que supuso que se alinearan con las tesis de los llamados países frugales (Países Bajos, Austria, Suecia y Dinamarca), que reclaman que haya menos transferencias directas y más préstamos a devolver por los países que los reciban. Una postura que enfadó a la izquierda española en el Parlamento Europeo y al propio Pedro Sánchez, que acusó a los 'populares' de ponerse del lado de los halcones europeos que reclaman condiciones estrictas.

La candidatura de Nadia Calviño a presidir el Eurogrupo parece haber cambiado el escenario por completo. El PP, a través de Esteban González Pons, ha sido el primero en anunciar que respaldarán a la vicepresidenta tercera en su intento de presidir el grupo de trabajo de los ministros de Economía y Finanzas del euro. Lo que permitirá a Sánchez defender una posición nacional común de su candidata. Aunque los conservadores insisten en hablar de condicionalidad para España en lo que respecta a los fondos de reconstrucción. Con la diferencia de que ahora dicen que será Calviño la que decidirá las exigencias a cumplir a cambio de las ayudas tras el paso de la pandemia.

Con el respaldo a la ley que marcará las condiciones de vida durante la crisis sanitaria que continúa aunque apenas haya restricciones, el PP ha mostrado que su estrategia no está clara por los diversos vaivenes registrados en tan solo unas semanas. De hecho, que se haya alineado con Moncloa ha provocado el enfado de los socios de la investidura de Sánchez. Las insinuaciones de que el Gobierno de coalición estaba casi sobrepasando las líneas democráticas se han disipado por el momento. Además, aunque perseveren en denunciar la gestión de la pandemia, ahora ya no se cree que hubiera mala fe por parte del presidente o de Salvador Illa, como señaló la expresidenta del Congreso Ana Pastor. El siguiente 'round' serán los Presupuestos Generales del Estado.

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