La próxima batalla será Andalucía

El Gobierno trata de resistir en plena economía de guerra con el PP al acecho

Las previsiones de Calviño dibujan un panorama de máxima incertidumbre. Sánchez cierra una semana complicada, salvando el tope al gas y el decreto antiinflación. El espionaje deja a la coalición debilitada. 

Sánchez y Calviño
El Gobierno trata de resistir en plena economía de guerra con el PP al acecho
EFE

Putin está poniendo en jaque la economía europea y, por tanto, la de España. El escenario es de práctica economía de guerra, con unas previsiones que acaban de reducirse sensiblemente a la baja y, por tanto, un crecimiento ralentizado mientras Alemania empieza a debatir si va a tener que racionalizar el consumo de energía. En este ambiente se van a desarrollar los próximos meses de legislatura, con una coalición debilitada, a las puertas de una campaña electoral de las importantes donde las primeras expectativas no son buenas para Pedro Sánchez y con un futuro a medio plazo de gran volatilidad. Pese a todo, destacan desde Moncloa, la intención es resistir.

La debilidad para el Gobierno de coalición es evidente. La asumen en Moncloa y en Unidas Podemos. Pero de ahí a la ruptura hay un paso importante. En el entorno del presidente destacaban este viernes el hecho de haber salido vivos, aunque magullados, de una semana de infarto. El Ejecutivo ha podido cerrar el tope ibérico al gas tras una negociación de alto voltaje en Bruselas con la fuerte presión de las eléctricas, ha podido convalidar el decreto económico que intenta hacer frente a la inflación y ha podido solicitar el segundo pago de los fondos europeos, 12.000 millones, siendo un alumno aventajado en Europa. No está mal en este contexto de economía de guerra, destacan.

Pero el escenario es "de máxima incertidumbre por el contexto geopolítico", admite Nadia Calviño. La economía española no va a recuperar los niveles preCovid hasta dentro de un año, según sus previsiones, de ahí que el horizonte que dibuja Economía es de gran tensión lo que quede de legislatura. Las batallas electorales, empezando por Andalucía el 19-J, se van a jugar en la economía, empiezan a asumir PSOE, PP, Vox, Unidas Podemos… Putin no tiene intención de parar su invasión y el Gobierno se arma para seguir tomando decisiones, como la prórroga de las medidas contenidas en el decreto antiinflación, que ya se está estudiando. Con medidas más quirúrgicas, eso sí, como la bonificación del combustible dependiendo el nivel de renta, que ya se está empezando a contemplar.

El Consejo de Ministros aprobará este martes el tope al gas, una especie de segundo escudo ante la crisis. Con ello aspira a reducir la factura eléctrica y, por tanto, atajar en parte el incremento de los precios. Pero la inflación subyacente, la que se mide sin la luz y los alimentos, se ha disparado y eso complica aún más el panorama. En el Gobierno asumen ya que el decreto anticrisis se ha quedado corto y que hay que mejorarlo. Hay opciones en el trámite parlamentario y en el seno de la coalición ya se estás produciendo conversaciones. Unidas Podemos ha propuesto al PSOE, por ejemplo, ampliar una nueva categoría en el bono social para llegar a 1,6 millones de hogares o prohibir por ley las clausulas de permanencia en los contratos de las eléctricas. Queda por resolver quién asumirá el sobrecoste del tope al gas y ahí habrá otra batalla ya que UP no está de acuerdo en que sea asumido por los consumidores en forma de derrama, como ha afirmado la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.

Queda por resolver quién asumirá el sobrecoste del tope al gas. Se avecina batalla

La coalición ha salvado un 'matchball' importante esta semana, como ya hizo con la reforma laboral o con la revuelta de los transportistas, pero sale debilitada. Sánchez y Yolanda Díaz se han dejado pelos en la gatera con unos socios, esencialmente con ERC, que han pedido la cabeza de Margarita Robles y que han metido en la nevera los apoyos al Gobierno. No es la primera vez que ocurre y Félix Bolaños está trabajando para restañar heridas. Pero a los independentistas no les vale con haber cambiado las reglas para poder acceder a la Comisión de Secretos Oficiales. La tormenta no ha amainado. Salir de la mano de EH Bildu en un decreto tan importante tampoco es del agrado del PSOE de Andalucía.

Es ahí, en las elecciones del 19-J, donde se centra la próxima batalla. Alberto Núñez Feijóo ha fijado en Andalucía su primer reto. Los sondeos, que cambiarán una vez comiencen a testar a Macarena Olona como candidata de Vox, favorecen a la derecha. La izquierda, en principio, va a rebufo. Pero la guerra es muy diferente a la de Castilla y León. En Andalucía, feudo socialista por excelencia y donde se han sustentado todos los gobiernos del PSOE, hay en juego algo más que unas elecciones autonómicas. "Sánchez se volcará, no tengamos dudas", dicen en su equipo.

Sánchez, acostumbrado a caminar por la cuerda floja (en casi cuatro años en Moncloa solo ha perdido dos decretos en el Congreso, lo que ofrece una idea de su capacidad de acuerdo semana a semana), tiene Presupuestos aprobados para poder completar la legislatura. Lo ideal sería aprobar unos terceros, para 2023, incorporando parte de los créditos de los fondos europeos y el incremento de la inversión en materia militar ya comprometido con Bruselas. Pero el escenario parlamentario no aventura, a día de hoy, a pensar en eso. En Moncloa se preparan para seguir resistiendo y siguen poniendo la fecha de las próximas elecciones en diciembre de 2023, tras la presidencia de turno de la Unión Europea.

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