Elecciones en Andalucía 2022

Moreno refuerza el 'efecto Feijóo' y abre a Sánchez otra crisis en plena inflación

La mayoría absoluta del PP consolida el eje Génova - San Telmo y el plan económico del partido para revertir la crisis. Sánchez no convierte sus avances sociales en votos y Díaz naufraga en su primer intento. 

Juanma Moreno
Juanma Moreno
Agencia EFE

El PP logró una victoria histórica en Andalucía. Ni en los mejores 'trackings' internos de Génova se podía estimar una mayoría absoluta tan rotunda en el feudo histórico del PSOE por antonomasia, lo que demuestra una clara transferencia de voto de socialistas hacia los populares. Juanma Moreno gobernará los próximos años de forma cómoda, pudiendo aprobar los Presupuestos en tiempo en forma y convirtiéndose desde este momento en el barón de referencia para Alberto Núñez Feijóo, por si había dudas. El eje Génova – San Telmo se consolida con fuerza en un momento económico clave: la guerra económica podría perpetuarse y la inflación sigue destrozando las cuentas de las familias y empresas más vulnerables. El entorno del presidente nacional ya presumía anoche de 'efecto Feijóo' y de que sus recetas económicas son las que han recibido el refrendo de los andaluces. Comienza una batalla nacional que durará un año y medio.

Moreno se deshace, además, del fantasma de Vox, anulando la pujanza de Macarena Olona, y logra una mayoría 'a lo Feijóo'. Como en Galicia. 58 escaños, mejorando con creces el resultado de 2018, cuando el PP pudo gobernar con apenas 26 escaños y mejorando el dato de 2012, cuando Javier Arenas logró 50 parlamentarios (eran otros tiempos). El PP tiñe de azul Andalucía y consigue ganar incluso en Sevilla, la provincia donde el PSOE siempre, elección tras elección, había vencido. También en barriadas obreras, en pueblos del interior, en la costa, en las grandes ciudades... Y en Dos Hermanas. El PP arrasó y el ambiente en el partido es de euforia.

Desde el entorno de Feijóo intentaban anoche culpar a Sánchez del fracaso del PSOE en Andalucía. Lo cierto es que el PP se ha amarrado al centro y ha crecido de forma exponencial a uno y otro lado. A izquierda y derecha, han sumado de ambos lados. Buena parte de la culpa, siempre según fuentes de la dirección nacional, es que "somos un partido serio y creíble en lo económico". Ahí, cree el PP, ha estado la clave: en ofrecer garantías a los andaluces de que Moreno será quien mejor gestione la salida de esta crisis y el preocupante incremento de los precios mes tras mes. La economía decide elecciones.

¿Habrá catarsis en el PSOE?

El PSOE tiene motivos para acometer una potente reflexión interna. Andalucía era el territorio inexpugnable de la izquierda. La aldea gala del PSOE, al tradicional granero de votos del partido desde Felipe González. Salvo en 2012, en lo peor de la crisis económica, el socialismo había venido ganando elección tras elección. Hasta lo ocurrido anoche. El 19-J abre una herida en canal en el socialismo que va a ser difícil de cicatrizar. Se podía perder en el feudo histórico, pero hacerlo de esta forma no entraba en los planes de Pedro Sánchez. El presidente despejó su agenda oficial de Gobierno para centrarse en el análisis internos, aunque desde su entorno se intentaba anoche taponar la hemorragia con un "lo que importa es lo que voten los andaluces en las generales". La crisis es profunda en vísperas del año más importante de la legislatura.

El PSOE no ha acertado durante la legislatura en Andalucía, demorando la sucesión de Susana Díaz -acérrima rival de Sánchez y apartada de la campaña- meses y meses, y tampoco ha dado con la tecla ni con el candidato ni durante la campaña. Nada ha funcionado para frenar la sangría. Tampoco han surtido efecto las continuas apelaciones de Sánchez a sus éxitos económicos (más de 20 millones de empleos) o sociales (ingreso mínimo o escudo anticrisis). La inflación y los problemas con el tope del gas han hecho polvo al tándem Sánchez-Espadas. La inflación decide elecciones y el motor socialista da muestras de tener que pasar por el taller.

En Vox no han cumplido con las expectativas que se fijaron durante la campaña. El movimiento de Macarena Olona buscaba llegar a un público donde el partido encontraba dificultades. Esencialmente, al femenino. Vox también puso alto el listón para prestar sus apoyos a la gobernabilidad, exigiendo entrar en un futuro gobierno. Pero Moreno no les necesitará y eso es importante para el ciclo electoral que viene. El rostro de Santiago Abascal anoche en Sevilla no era el mismo que otras noches electorales.

Yolanda Díaz y Por Andalucía

Yolanda Díaz amadrinó con fuerza a Inma Nieto y Por Andalucía pero el resultado tampoco ha sido el esperado. Cinco diputados es una decepción lo que sumados a los dos de Teresa Rodríguez se quedan muy lejos de los 20 que lograron Podemos e Izquierda Unida en 2015. La izquierda a la izquierda del PSOE tiene también que acometer una profunda reflexión sobre lo sucedido y cerrar heridas que siguen supurando. Anoche, por ejemplo, Izquierda Unida no invitó a Podemos al seguimiento del escrutinio, lo que demuestra que la situación no se ha solucionado. 

Podemos, en efecto, no ha tenido apenas protagonismo en esta campaña. Ha sido una estrategia liderada por Izquierda Unida, con el amadrinamiento de Díaz. Y el resultado decepciona. Dirigió IU y obtuvo el resultado de IU, el mismo que en 2015. Podemos, que no ha querido provocar una enfrentamiento con esta cuestión, reclamará mayor protagonismo en el maratón electoral que viene. Y una pregunta: ¿cuántos votantes de Podemos cogieron este domingo la papeleta de Teresa Rodríguez? Según el partido, un buen número de andaluces.

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