Consejero de Sanidad de Extremadura

"Los datos de la Covid se han empleado de forma retorcida con fines políticos"

El departamento de José María Vergeles ha remarcado el clima de cohesión que ha primado entre las CCAA del Consejo Interterritorial, algo que no siempre se ha reflejado en el debate institucional.

El consejero extremeño de Sanidad, José María Vergeles
El consejero extremeño de Sanidad, José María Vergeles
JUNTA DE EXTREMADURA

Extremadura, como el resto de España, no está para tirar cohetes. Con una incidencia de 337,54 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días, encara un final de año cuesta arriba. El rostro de la gestión extremeña de la crisis sanitaria, el consejero del ramo, José María Vergeles, analiza estos ocho meses de pandemia sin cortapisas. "La cohesión entre las autoridades de las CCAA a la hora de encarar la crisis no es lo que ha reflejado el debate político". De todas las armas arrojadizas que ha dejado el virus, Vergeles destaca la batalla por el relato de las cifras. "Los datos de la Covid se han empleado, por ciertas organizaciones políticas, de forma retorcida con fines electorales".

El consejero habla sin titubeos de las dificultades que entraña el nuevo año. "Quedan seis meses de férreo control contra la transmisión, una labora a la que habrá que sumar el trabajo de la campaña de vacunación... y la incertidumbre por la respuesta de la población al antídoto". La contrarreloj comenzó en marzo y el cronómetro no cesará hasta alcanzar la inmunidad de rebaño. En la balanza de Vergeles, lo que más pesan son los muertos. "España tendrá que afrontar, hombro con hombro, el duelo por aquellos que no pudieron superar la enfermedad... el dolor de los que se marcharon sin la despedida de sus seres más queridos".

El tratamiento de los datos fue uno de los mayores retos de la pandemia...

Más que trabajar sobre indicadores, el debate estuvo en acordar qué datos le íbamos a ofrecer a la sociedad, para que pudiera interpretar lo que estaba pasando y, como sociedad madura que es, pudiera decidir cómo comportarse. A la OMS le pilló esto como al resto. A toro pasado es fácil juzgar, pero en su momento ninguno contábamos con una PCR que detectara cuándo era coronavirus y cuándo un neumococo. A partir de ahí, cada CCAA recurrió a fuentes diferentes. Detecto un uso enrevesado que algunas voces políticas han hecho de los datos con fines distintos al control del virus. 

¿Explica esto el baile de cifras?

La discrepancia en los datos, muchas veces, surge de la comparación de fuentes que no tienen nada que ver. El MOMO, por ejemplo, habla del exceso de mortalidad sobre las muertes esperadas, es un indicador de alerta. El INE es pura estadística. Ninguna de las anteriores es comparable al conteo sobre la evidencia epidemiológicas y, superponerlos, complica la comprensión de la situación a la población. Por otro lado, a posteriori, es fácil valorar, pero hemos actuado sobre un virus del que no sabíamos nada. A mí también me gustaría saber la evidencia científica que tiene la perimetración de una determinada zona geográfica, en cuánto va a bajar la evidencia... pero hemos tenido que tomar las medidas que creíamos más oportunas sobre la marcha. 

Las próximas navidades también entrañan su complejidad... 

Habrá que hacer un análisis del escenario en toda España, pero teniendo en cuenta que, cada territorio, presenta su propia idiosincrasia cultural y social. Tanto la estrategia navideña como el plan de inmunización deben estar muy engrasados, nos jugamos mucho.

La factura del coronavirus para el Sistema Nacional de Salud sigue en aumento. También para la Administración autonómica. 

Estimo que cerraremos el año con una inversión directa de alrededor de 106 millones en los diferentes capítulos de nuestro sistema sanitario. Si se tiene en cuenta el escudo social, el impacto económico superará los 400 millones de euros para Extremadura. En ningún caso se debe ver este desembolso como un gasto, sino como una inversión. Gracias a esto hemos sido capaces de afrontar la situación que nos ha tocado vivir. De ningún modo hubiera sido posible proteger la economía sin blindar la salud. 

¿Y las perspectivas de recuperación?

En este sentido, se abren nuevos retos para desarrollar proyectos que nos permitan dejar a las próximas generaciones un país mucho mejor. La respuesta europea a esta crisis dista mucho de la que tuvo lugar en 2008. Las líneas de ayudas que se han aprobado abren la puerta a un proyecto de nación. Los fondos no llegarán directamente a las CCAA, pero los gobiernos regionales deberán gestionarlos en consecuencia a lo que se pide para recuperar una Europa muy tocada. La economía más verde, cambiar el modelo de atención a los mayores... tiene que producirse un cambio sustancial. Esa es la gran apuesta.

Los primeros en vacunarse serán los residentes y plantilla de los centros sociosanitarios. ¿Cómo se procederá en estos centros para culminar el suministro del antídoto?

El primer grupo de riesgo, nuestra población diana, supone algo más de 25.000 personas de población diana. Extremadura va a necesitar algo más de 50.000 dosis para inmunizarla. La idea es que las vacunas no se crucen, que no se administre una primera dosis de Pfizer y la segunda de Moderna. Por eso, tenemos que reservar, en los 21 días que separan cada inyección, dosis para estas personas. Semanalmente llegará una remesa que evitará la escasez y la logística está clara. Hay que barajar también que son días complicados, puede que la mitad de la plantilla de las residencias esté de vacaciones cuando le toque el turno de vacunación... la coordinación de estas cuestiones nos va a exigir todos nuestro esfuerzo.

Cuando la crisis termine habrá que entonar el 'mea culpa' y pedir perdón a la ciudadanía

¿Es la vacuna contra la Covid-19 la luz al final del túnel?

Queda por delante un medio año muy complejo. Estaremos en vilo por los efectos de los ciudadanos al fármaco, pero no habrá dosis suficientes que permitan llegar a la inmunidad de rebaño, al menos, hasta final del próximo año. Iremos quitando el problema de los grupos más vulnerables... y eso no es una cosa menor. Pero vamos a continuar adoptando medidas de Salud Pública, precisamente, hasta que se logre esa inmunidad, previsiblemente, el próximo verano. El 'Plan de vacunación' exige la máxima concentración, un esfuerzo mayúsculo para no desperdiciar dosis que, los científicos y las autoridades europeas se han esforzado en tener lista en apenas un año.

La Covid es una lucha nacional donde la cooperación es crucial, ¿cuáles han sido los escollos de la cogobernanza?

Ha habido debate, eso no se puede negar, pero estoy muy orgulloso de cómo ha funcionado el Consejo Interterritorial. Allí el clima era de cohesión, lo que se vierte en la escenografía fuera del consejo es es algo muy distinto. La gestión de la crisis en un sistema sanitario como este, casi federalizado, entrañaba una complejidad enorme. Estoy seguro de que lo que me echaba en cara a mí la oposición, desde el PP o Ciudadanos, se lo decían a otros consejeros de distinta ideología los opositores del PSOE. Pero, cuando uno tiene la responsabilidad de gobernar debe abstraerse. Cuando la crisis quede atrás habrá que entonar el 'mea culpa' y pedir disculpas a la ciudadanía.

Mostrar comentarios