Los socialistas incrementan su deuda

Sánchez pidió 14 millones a los bancos y al ICO para pagar sus mítines electorales

Ferraz no detalla qué financiación pública recibió para las campañas de 2019. El Gobierno contempla aprobar una subida del Impuesto de Sociedades con un recargo específico a las entidades financieras.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el inicio de la campaña electoral en Galicia.
Sánchez pidió 14 millones a los bancos y al ICO para pagar sus mítines electorales
PSOE

El PSOE recibió casi 14 millones de euros en préstamos de los bancos y del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para poder sufragar una parte de los actos durante las últimas campañas electorales en las que participó Pedro Sánchez en 2019. No obstante, Ferraz no detalla qué cantidad de esta financiación la aportaron las entidades financieras privadas y el total recibido del organismo dependiente del Ministerio de Economía. Los socialistas, junto al PP, no tuvieron más remedio que recurrir al ICO público ante el cerrojazo que impusieron los bancos privados a todos los partidos políticos, una estrategia económica, la del bipartidismo, que fue criticada por Unidas Podemos, que hoy forma parte del Gobierno de coalición.

La memoria económica de 2019 que ha aprobado este lunes la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE para remitirla al Tribunal de Cuentas no contempla ninguna mención a estos créditos del ICO concedidos tanto para la campaña de las generales de abril como para la de noviembre, ambas ganadas por los socialistas con comodidad. En dichas cuentas se especifica que el partido consiguió un total de 13,8 millones de euros de financiación para el maratón electoral de 2019 a los que hay que sumar algo más de 6 millones de euros en microcréditos que aportaron cargos del partido, incluido Sánchez y algunos ministros, afiliados y simpatizantes.

El PSOE sí firmó el año pasado una serie de avales con entidades financieras que no tenía contraídos en 2018. Así, en la citada memoria económica se puede comprobar un acuerdo con Abanca por casi 1,4 millones de euros; otro con Colonya, Caixa Pollença, la caja de ahorro de Baleares, por 88.000 euros; y un tercero con Kutxabank por 35.000 euros. A estos tres nuevos avales o garantías hay que añadir otros cuatro que Ferraz ya tenía suscritos con anterioridad. Se trata de uno con el Banco Santander por 229.000 euros, otro con BBVA por 7.013, un tercero con Unicaja por 16.500 y un cuarto con Liberbak por 1.200 euros. En total la suma es superior a 1,7 millones. Los socialistas, además, lograron firmar el año pasado un crédito con el Banco Sabadell por valor de 2,2 millones de euros. 

Las campañas electorales de 2019 marcaron un antes y un después en cuando a la financiación de los actos políticos y viajes por toda España. Los bancos privados cerraron significativamente el grifo de la financiación a los dos principales partidos políticos, que recurrieron al ICO para poder pagar mítines o viajes. En el caso del PSOE, por ejemplo, tuvo que alquilar jets privados para los desplazamientos del presidente del Gobierno. Para estas líneas de crédito, eso sí, el ICO exigía contar también con la financiación de una entidad del ámbito privado. 

El maratón electoral del año pasado ha provocado, además, que el PSOE dirigido por Sánchez haya disparado su deuda con entidades financieras. En concreto, según la memoria económica de Ferraz, a 31 de diciembre los socialistas tenía acumulados más de 46 millones de euros en deudas con entidades financieras, tanto a corto como a largo plazo, una cifra que se sitúa por encima de los 40 millones con los que cerraron 2018. La Ejecutiva del PSOE exigió a principios del año pasado intentar reducir la dependencia económica de los bancos, algo que no ha podido conseguir.

Los créditos del ICO al PSOE (y también al PP) exigieron la autorización tanto del entones Ministerio de Economía, hoy Vicepresidencia tercera, como del Ministerio de Hacienda. La tuvieron. El organismo público fijó dos requisitos para recibir esta financiación: que las formaciones que se presentaban a las elecciones contaran con la financiación previa de una entidad privada y que el ICO prestaría el dinero siguiendo las condiciones de mercado. Aseguran desde la entidad pública que fue un "anticipo de las subvenciones" que contempla la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG).

Los estatutos del ICO, en cambio, son claros y no contemplan que su finalidad sea financiar campañas electorales de los partidos políticos. En el artículo 2 se puede leer que el fin del organismo oficial, dependiente del Ministerio de Economía, es "el sostenimiento y la promoción de las actividades económicas que contribuyan al crecimiento y a la mejora de la distribución de la riqueza nacional y, en especial, de aquellas que, por su trascendencia social, cultural, innovadora o ecológica, merezcan fomento, con absoluto respeto a los principios de equilibrio financiero y de adecuación de medios a fines que el Instituto debe observar en todo caso".

¿Por qué PSOE y PP tuvieron que recurrir al ICO?

La quiebra del Banco Popular restringió al máximo la financiación electoral de los partidos políticos en las últimas campañas. Desde la Transición la entidad había prestado dinero al bipartidismo en todas y cada una de las citas con las urnas, convirtiéndose en el principal sustento económico de socialistas y populares cuando debían encarar estos gastos extraordinarios. Se hacía personalmente en la oficina especializada en financiación de partidos políticos, una sede autónoma junto al Congreso de los Diputados abierta por iniciativa de Luis Valls-Taberner, el histórico presidente de la entidad. Pero Santander decidió reducir su funcionamiento, lo que supone que el gripo del crédito se cerrara significativamente. Lo mismo hicieron otras entidades como CaixaBank, BBVA o Bankia.

Las fuentes consultadas apuntan a tres motivos principales por el que los principales bancos cerraron el grifo de la financiación a PSOE y PP. En primer lugar, señalan que las entidades transmiten sus "temores" a ser identificados como "los banqueros de" los partidos políticos. No quieren parecerse al Popular, que abría el grifo de los préstamos a la práctica totalidad de las formaciones políticas. También aluden a "problemas reputaciones" para las firmas crediticias. Y, por último, recuerdan el enfrentamiento con la cúpula de los grandes del Ibex de noviembre de 2017.

Ese mes marcó un antes y un después en la relación bancos-política. El punto de la discordia fue la Comisión de Investigación sobre la financiación de los partidos políticos que creó el PP en el Senado gracias a su mayoría absoluta y como respuesta a la Comisión paralela que había abierto el PP en el Congreso. En la Cámara Alta fueron citados los jefes de las tres principales entidades financieras del país: Isidro Fainé (CaixaBank), Carlos Torres (BBVA) y José Antonio Álvarez (Santander). Nunca llegaron a comparecer ante los grupos parlamentarios pero, según algunas fuentes, la mera citación marcó el principio del fin de cualquier entendimiento. Las mismas fuentes apuntan que esta relación va a ser "difícil de recuperar" en el futuro.

El PSOE es el segundo partido que ha aprobado sus cuentas anuales tras la crisis del Covid. El primero fue Vox. Lo hacen, además, en pleno inicio del proceso de elaboración de los Presupuestos, donde el Gobierno de coalición planea elevar el Impuesto de Sociedades a un mínimo del 15% y aprobar un recargo específico para bancos y entidades de hidrocarburos hasta alcanzar el 18%

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