Quiso que le contratara

Villarejo avisó a Rivero que estaba en el foco de Repsol en plena pugna de poder

El expresidente de Sacyr ha declarado ante el juez como víctima de los espionajes del comisario aunque también ha confesado que éste le ofreció sus servicios. 

Luis del Rivero
Luis del Rivero
EP

Luis del Rivero ha comparecido en la Audiencia Nacional como víctima de los espionajes de José Manuel Villarejo. El expresidente de Sacyr, que ya figura como perjudicado en la pieza relativa al BBVA, también ostenta esta condición en la línea de investigación abierta contra Repsol y Caixabank por contratar los servicios del comisario jubilado. En su turno ante el juez, Del Rivero ha confesado que, aunque fue objetivo del policía, éste también le propuso sus servicios en plena pugna de poder en la petrolera; sin embargo, según ha dicho, rechazó la propuesta. 

Fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio confirman a La Información que Del Rivero se ha referido a este episodio vivido hace cerca de diez años. Al respecto ha confirmado que existió una estrategia de sindicación con Pemex para hacerse con el control de Repsol y ha defendido esta alianza con la mexicana asegurando que, de haber fructificado su intento de control de Repsol, se hubiera convertido en la primera compañía del mundo en reservas de petróleo. Precisamente, esta estrategia de sindicación entre la constructora y la mexicana es lo que hizo saltar las alarmas en la compañía que preside Antonio Brufau, la cual tomó la decisión de recurrir a Villarejo para que controlara de cerca los movimientos de Del Rivero. 

El comisario jubilado, no obstante, trasladó esta situación al dueño de Sacyr y le dijo que se iba a poner en marcha una campaña negativa en su contra a tenor de su intento de controlar Repsol. Según ha explicado ante el magistrado Manuel García Castellón, el contacto con Sacyr no lo entablo Villarejo sino su socio Enrique García Castaño, alias 'El Gordo'. El exmando policial, que fue jefe de la UCAO, es uno de los protagonistas de este procedimiento judicial por los trabajos privados de Villarejo mientras era policía en activo. Su nombre ha vuelto a salir a relucir en esta declaración como la persona que contactó con el entonces jefe de seguridad de Sacyr, Rodrigo Álvarez Vázquez, para advertirle que Repsol estaba muy pendiente de sus movimientos. 

Reunión con Villarejo

La estrategia Del Rivero no solo no fructificó sino que acabó costándole su cargo como presidente de la constructora tras perder el respaldo de los accionistas. Los hechos, que se produjeron a finales de 2011, discurrieron en paralelo al encargo por parte de Repsol y Caixa de este proyecto que Villarejo bautizó como Wine y que se presupuestó inicialmente en 925.000 euros. Sobre este capítulo Del Rivero ha confesado que aunque decidieron no contratar los servicios del comisario jubilado sí se llegó a reunir con él en la sede de Cenyt. Según las fuentes consultadas, Del Rivero ha confirmado a preguntas de las partes que sabía que Villarejo era un comisario en activo. 

No obstante, y pese a que existió una propuesta económica de proyecto, el trabajo no se realizó y, por tanto, desde Sacyr no se hizo ningún pago al entramado empresarial del agente encubierto. Se da la paradoja pues de que Del Rivero se convierte en espiado de Villarejo por partida doble y, a su vez, en un potencial cliente que no quiso contratar sus servicios. Con todo, los investigadores también le han preguntado acerca de si tuvo sospechas de que fue víctima de estos seguimientos, a lo que ha respondido de manera negativa. De acuerdo con las pesquisas realizadas en esta pieza número 21 del caso Tándem, Villarejo habría interceptado el tráfico de llamadas de su teléfono y también de otros empleaos de Sacyr y de su mujer. 

Además del empresario también ha comparecido en sede judicial el que fuera director financiero de Repsol, Fernando Ramírez Mazarredo. El exdirectivo de la petrolera figura también como perjudicado tras descubrir los agentes entre el material incautado a Villarejo una carpeta con documentación sobre el tráfico de sus llamadas entre los meses de noviembre y diciembre de aquel 2011. Al parecer, el entorno de Brufau tendría sospechas de que este alto cargo podría ser cercano a Sacyr y Pemex si bien en su declaración ha negado por completo que eso fuera así. Más bien al contrario, según las fuentes consultadas ha dicho que siempre fue fiel y leal al presidente de Repsol negando que ejerciera de vínculo entre Sacyr y la mexicana en ese intento de OPA. De hecho, ha dicho que eso no podía ser así porque en el momento de los hechos era una persona muy cercana a Brufau. 

Preocupación máxima

Estas comparecencias se producen dos días después de que el juez tomara declaración a los exjefes de seguridad de Repsol y Caixabank el pasado martes. En su cita judicial, tanto Rafael Araujo como Miguel Ángel Fernández Rancaño, negaron cualquier irregularidad en relación a la firma de este contrato. De acuerdo con la versión prestada por Araujo, decidieron contratar a Villarejo tras conocerle en la festividad del patrón de la Policía Nacional. Según dijo, la iniciativa la lideró Repsol aunque compartían la información que les iba llegando. Con su testimonio intentaron demostrar al juez que la preocupación por el intento de asalto de Sacyr era máxima porque estaban en juego los activos internacionales de la petrolera. 

A diferencia de lo defendido hoy por Del Rivero, Araujo hizo hincapié en que no sabían que Villarejo entonces estaba adscrito a la DAO de la Policía Nacional y, por tanto, era comisario en activo. Igualmente negaron ser conscientes de que el agente encubierto habría empleado medios policiales para este encargo privado o que su metodología de trabajo incluyera prácticas como el control del tráfico de llamadas de sus objetivos. Aunque Araujo no dijo nada de su presidente, Fernández Rancaño sí que apuntó que despachó de estos asuntos con el entonces presidente de Caixa, Isidro Fainé. Según dijo, trataba con él los temas relativos a investigaciones pendientes, siempre desde un prisma general. Además dijo que su interés era puramente mercantil y que nunca llegó a conocer los pormenores de este encargo. 

Mostrar comentarios