Transición energética

El cobre busca convertirse en el 'nuevo petróleo' de la era de descarbonización

Goldman considera que esto deja al mercado con vulnerabilidad a grandes déficits desde mediados de la década, que culminaría con la brecha de suministro a largo plazo de 8,2 toneladas métricas para 2030.

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El cobre centra todas las miradas en la transición energética.

El superciclo de las materias primas parece extenderse y los analistas técnicos ven con buenos ojos las posibilidades que este espacio puede generar de cara al futuro. Pero incidiendo en activos en concreto, en la actualidad el cobre es considerado un barómetro de la economía global y es utilizado extensivamente en dispositivos electrónicos, en el suministro y almacenamiento de electricidad, el transporte, las comunicaciones y el sector manufacturero.

¿Cómo se traduce esto? Especialmente, en que se espera que los precios del cobre aumenten, a medida que se acelera la transición a la energía verde y se ajusta la oferta del metal. Así al menos lo ven los expertos de Goldman Sachs. Sobre la base de un incremento esperado en la demanda, junto con un mercado ya ajustado a raíz de la pandemia, la entidad elevó sus pronósticos al situarlo en 11.000 dólares por tonelada durante los próximos 12 meses.

“El cobre es el nuevo petróleo, ya que no hay descarbonización sin esta materia prima”, según Goldman Sachs

El metal cotiza cerca de los 8.900 dólares por tonelada, según datos de la Bolsa de Metales de Londres, por lo que tendría gran capacidad al alza sobre los niveles actuales. “El cobre es el nuevo petróleo, ya que no hay descarbonización sin esta materia prima”, concretan los analistas de Goldman Sachs en un informe.

El papel fundamental que desempeñará el cobre en el logro de los objetivos climáticos de París no puede subestimarse”, escriben los analistas dirigidos por Nicholas Snowdon en el mencionado estudio.

La conductividad eléctrica y la baja reactividad de este metal se encuentran entre los factores que lo convierten en el material más rentable para su uso en el almacenamiento y transporte de energía renovable. Se puede utilizar en cables, baterías, transistores e inversores, entre otras cosas.

Según el International Copper Study Group (ICSG), los vehículos eléctricos (VE) utilizan aproximadamente cuatro veces más de cobre que los automóviles con motores de combustión interna.

La firma Wood Mackenzie espera que las ventas mundiales de vehículos eléctricos aumenten, para 2040, del 5% del total de los automóviles vendidos en la actualidad, al 50%. “Por lo tanto, es de esperar que esta revolución tecnológica revitalice la demanda del metal rojo”, opina Mobeen Tahir, director asociado en WisdomTree. Asimismo, los vehículos eléctricos podrían cuadruplicarla durante los próximos siete años.

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Los catalizadores que pueden empujar al cobre a metas más altas

En términos de rentabilidad, el cobre ha estado llevando la posta en los metales industriales desde que la recuperación de los activos cíclicos se aceleró en marzo. Esto se debe en parte a la interrupción de la producción causada por la COVID en países mineros clave como Chile, lo cual acentuó el déficit de suministro durante el primer semestre del año (según el ICSG).

Pero también se debe a que los metales industriales con perspectivas a largo plazo, se benefician de los vientos de cola tanto cíclicos como estructurales. “El cobre no sólo es atractivo como un activo táctico que se valoriza en una recuperación económica cíclica, sino que también amerita clasificarlo como una oportunidad de inversión temática, debido a que tiene el potencial de inducir un futuro sostenible”, afirma Tahir.

Las ciudades inteligentes están empleando nuevas soluciones de tecnología de la información para resolver problemas urbanos de vivienda, transporte, energía y gobernanza. Los ejemplos de aplicaciones de ciudades inteligentes abarcan al despliegue de semáforos inteligentes que utilizan análisis predictivos para mejorar el flujo del tráfico, edificios inteligentes que mejoran la eficiencia energética, la seguridad y la protección y el desarrollo de la conectividad a Internet 5G que promueve la economía de Internet de las cosas -un estado en el que varios dispositivos inteligentes están interconectados-.

La conductividad eléctrica, la eficiencia energética y la ductilidad del cobre, lo hacen ideal para todas las aplicaciones eléctricas y electrónicas que desarrollan la infraestructura de una ciudad inteligente. Goldman expone que la demanda de cobre de la transición energética crecerá casi un 600% para 2030 a 5,4 toneladas métricas en su escenario base. En el caso de que se produzca una gran adopción de tecnologías ecológicas, el banco de inversión cree que la demanda podría aumentar un 900%, hasta 8,7 toneladas métricas.

“Los efectos dominó de los canales no ecológicos se traducen en que se espera que la década de 2020 sea la fase más fuerte de crecimiento de volumen en la demanda mundial de cobre en toda la historia”, argumenta Snowdon, antes de añadir que este mercado no está preparado para asumir ese papel crítico.

Una década de rentabilidades mediocres combinadas con el impulso detrás de la inversión ambiental, social y de gobernanza (o ESG) ha reducido la inversión en el crecimiento futuro de la oferta de cobre. Esto ha tenido el efecto de hacer que el mercado esté más cerca que nunca de alcanzar un pico de oferta.

Goldman considera que esto deja al mercado con vulnerabilidad a grandes déficits de producción desde mediados de la década, que culminaría con la brecha de suministro a largo plazo de 8,2 toneladas métricas para 2030. Es decir, el doble de aquella que provocó el mercado alcista del metal rojo a principios del 2000.

El cobre es tan integral para la transición verde, que los requisitos de suministro requieren un aumento en los precios del cobre”, concreta la firma. “Por eso vaticinamos los 15.000 dólares la tonelada para mediados de la presente década”, vaticina Goldman Sachs.

Los metales están en el corazón del nuevo superciclo de las materias primas, y la demanda verde está en el corazón del repunte de los precios de los metales”, concluyen estos expertos en el informe.

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