Los inversores, en vilo

Los 'cuellos de botella' en el suministro ya inquietan a los bancos centrales

Los expertos advierten que las limitaciones de suministro frustran el crecimiento económico mundial y podrían agravarse, manteniendo la inflación elevada durante más tiempo.

Sede de la Reserva Federal de EEUU.
Sede de la Reserva Federal de EEUU.
Fed / Archivo / L. I.

Las limitaciones de suministro que frustran el crecimiento económico mundial podrían agravarse, manteniendo la inflación elevada durante más tiempo. Es la advertencia que están lanzando los principales banqueros centrales y que hace que los inversores se mantengan en vilo sobre la actuación durante los próximos meses.

En la última reunión de la Fed, el diagrama de puntos mostró una inclinación moderadamente más agresiva que en junio, lo que sugiere que dos miembros más del FOMC están ahora a favor de un despegue más temprano en 2022 y que el punto medio de 2023 se ha desplazado hacia el 1%.

“El Resumen de las Proyecciones Económicas mostró un crecimiento más lento para 2021 pero una mejora para 2023, mientras que la trayectoria de la inflación ha aumentado a lo largo del horizonte de previsión, esperándose ahora que el IPC esté por encima del objetivo hasta 2024”, comenta Anna Stupnytska, Economista Global de Fidelity International.

“Con la probabilidad de que las presiones inflacionistas sean más persistentes y los riesgos de crecimiento se inclinen a la baja en los próximos meses, el camino para la normalización de la política de la Fed parece estrecho y difícil, con mucho margen para cometer errores”, apunta Stupnytska.

Las interrupciones de la economía mundial durante la pandemia han alterado las cadenas de suministro en todos los continentes, dejando al mundo escaso de una plétora de bienes y servicios, desde piezas de automóviles y microchips hasta los buques portacontenedores que transportan mercancías por los mares.

“Es frustrante ver que los cuellos de botella y los problemas de la cadena de suministro no mejoran, sino que, al parecer, empeoran un poco”, señalaba el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en una conferencia. “Vemos que eso continuará hasta el año que viene probablemente y que mantendrá la inflación más tiempo de lo que habíamos pensado”, argumentaba Powell en el Foro sobre Banca Central del Banco Central Europeo.

Junto a Powell, la responsable del BCE, Christine Lagarde, expresaba una preocupación similar, argumentando que el fin de estos cuellos de botella, que los economistas creían que estaba a sólo unas semanas de distancia, es incierto. “Los cuellos de botella y la interrupción de las cadenas de suministro, que hemos estado experimentando durante unos meses… parecen continuar y en algunos sectores se están acelerando”, aportaba Lagarde. “Estoy pensando en el transporte marítimo, la manipulación de la carga y cosas por el estilo”, resaltaba.

Una preocupación al alza

Evidentemente, los cuellos de botella preocupan ya mucho a los bancos centrales. La inflación mundial se ha disparado en los últimos meses por el aumento de los precios de la energía, y el colapso en la producción está haciendo subir los precios aún más, lo que hace temer que la escalada, si dura lo suficiente, se filtre en las expectativas y eleve el perfil general inflacionario.

“Las distorsiones relacionadas con la coyuntura persistirán durante un tiempo, lo que significa que la inflación real se mantendrá probablemente en niveles elevados durante los próximos dos trimestres, lo que plantea el riesgo de que la inflación elevada se arraigue a través de las expectativas de mercado”, comenta Silvia Dall'Angelo, economista senior del negocio internacional de Federated Hermes.

De hecho, Lagarde argumentaba que el BCE estaría “muy atento” a estos efectos de segunda vuelta, mientras que el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, otro de los ponentes del foro, dijo que mantendría una “vigilancia muy estrecha” sobre las expectativas de inflación. “Si este periodo de mayor inflación, aunque en última instancia es muy probable que sea temporal, si dura lo suficiente, ¿empezará a afectar, a cambiar la forma en que la gente piensa en la inflación? Lo vigilamos con mucha atención”, añadía Powell.

El principal inconveniente es que los bancos centrales, la principal autoridad de control de los precios, no tienen influencia sobre las perturbaciones de la oferta a corto plazo, por lo que es probable que sean espectadores, a la espera de que las anomalías económicas se autocorrijan sin daños duraderos.

Aun así, aunque los responsables de la política monetaria pidieron que se prestara mayor atención a la inflación, todos mantuvieron su opinión de siempre de que el repunte de la inflación sería temporal y el aumento de los precios se moderaría el año que viene, volviendo a situarse en los objetivos del banco central o por debajo de ellos.

La preocupación por la inflación “pegajosa” ha alimentado el debate sobre la necesidad de retirar las medidas de estímulo de la era de la crisis, y los comentarios del panel del miércoles reforzaron las expectativas de que los mayores bancos centrales del mundo se muevan con calendarios muy diferentes, manteniéndose desincronizados durante los próximos años.

La Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el Banco de Canadá han debatido abiertamente el endurecimiento de sus políticas, mientras que los bancos centrales de países como Corea del Sur, Noruega y Hungría ya han subido los tipos de interés, iniciando un largo camino hacia la normalización de sus políticas. El BCE y el Banco de Japón, por su parte, serán probablemente los últimos en moverse, ya que se muestran muy cautelosos tras no alcanzar sus objetivos de inflación durante años.

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