El arranque de 2020 se lo está poniendo difícil al sector de las aerolíneas, que está registrando una notable volatilidad en Bolsa. A su carácter cíclico, en un momento en que la economía mundial ha echado el freno, se suman crisis como la abierta entre Estados Unidos e Irán -que ha obligado a varias firmas de todo el mundo a cancelar su actividad en el espacio aéreo del Golfo Pérsico (Irán e Irak) y a redirigir los vuelos. Además y pese al notable giro en el discurso del presidente norteamericano, Donald Trump, que ha hundido más del 3% el precio del petróleo en las últimas horas, la tensión solo ha menguado.
Trump ha dejado claro que no responderá, al menos por ahora, al ataque de Teherán a dos de sus bases en Irak, y que sí habrá fuertes sanciones económicas al país, y esto ha rebajado el precio del petróleo Brent, referencia europea, a 65,5 dólares -llegó a superar los 70 dólares al escalar las tensiones- y el del crudo ligero West Texas a 59,72 dólares. La situación, sin embargo, sigue siendo muy delicada. Tanto, que la petrolera estatal Saudí Aramco, la mayor empresa por beneficios del mundo, ha decidido suspender los envíos de petróleo a través del Estrecho de Ormuz (que separa las costas de Irán y Emiratos y por el que transita una quinta parte del crudo mundial) ante el temor a un siguiente movimiento por parte del gobierno iraní.
“Las tensiones en Oriente Próximo están regresando, con la posibilidad de una escalada mayor entre EEUU e Irán. Esto es tristemente familiar y nos obliga a vigilarlo de cerca", apunta Gilles Moëc, economista jefe de la gestora de fondos AXA Invesment Managers, quien además incide en que "un eventual bloqueo del estrecho Ormuz tiene el potencial de elevar el precio del petróleo hacia los 100 dólares por barril". Este escenario sería devastador para las aerolíneas.
Por si fuera poco, el gigante Boeing ha vuelto a verse afectado por un accidente de uno de sus aparatos. Un avión de pasajeros de la aerolínea ucraniana Ukraine International Airlines se estrelló el miércoles cerca del aeropuerto internacional Imán Jomeini de Teherán. En el siniestro fallecieron los 176 ocupantes que iban a bordo. El modelo de la aeronave, un 737, era el anterior a los MAX que se estrellaron en 2018 y 2019 en Indonesia y Etiopía. Una crisis cuya gestión se cobró el pasado 23 de diciembre la cabeza del que había sido consejero delegado del fabricante estadounidense desde 2015, Dennis Muilenburg.
Así, el sector aéreo se está viendo afectado por una notable volatilidad en el mercado. IAG, matriz de Iberia y British Airways, que también va a verse afectada por la salida de Reino Unido de la Unión Europea prevista para finales de este mes, consigue, después de las últimas horas, avanzar ligeramente en el año, un 0,86% -venía de fuertes recortes desde finales de la semana pasada-.
No sucede lo mismo con la alemana Lufthansa, que se hunde un 5,3% en lo que llevamos de enero, ni con Air France-KLM, cuyos títulos retroceden un 4,8%. Las dos se han visto obligadas a modificar sus rutas a causa del conflicto entre EEUU e Irán. Boeing se beneficia de la inercia en Wall Street, donde los índices han marcado nuevos máximos históricos en las últimas horas y avanza en el acumulado un 1,7%.
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