Doble reunión monetaria

Powell y Lagarde (BCE) darán la puntilla al ciclo alcista de tipos en EEUU y Eurozona

Los dos grandes bancos centrales afrontan una decisión clave antes del parón de agosto con el riesgo de que un nuevo endurecimiento monetario acelere el deterioro económico de algunas partes de la economía.

Powell y Lagarde debaten durante el pasado foro del BCE en Sintra.
Powell y Lagarde debaten durante el foro del BCE 2023 en Sintra.
BCE vía La Información

Una última carga contra la inflación. La Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) encaran sus reuniones de julio sobre política monetaria con sendas decisiones de subida de tipos sobre la mesa para este próximo miércoles y jueves, respectivamente. Será la puntilla para el ciclo alcista del precio del dinero que ha llevado las tasas desde el 0% al 5,25%, caso de EEUU, o al 4% en Europa. Las quinielas de los economistas apuntan a dos aumentos seguros de un cuarto de punto en las tasas de referencia de ambos hasta el 5,5% (Fed) y 4,25% (BCE), pero la atención se centra en si darán por terminada 'la tarea' anti-inflación.

Son cada vez más los expertos que consideran que Powell y Lagarde pueden dar la puntilla al ciclo alcista de tipos más agresivo desde los años 80. La Fed está en ello. Viene de tomarse una pausa en junio después de diez alzas consecutivas entre marzo de 2022 y mayo de 2023. Los futuros sobre tipos apenas descuentan movimientos en septiembre después de que el último informe de inflación de junio reflejase una freno hasta el 3% en el IPC general y al 4,8% en el subyacente. Sin embargo, la economía de EEUU se está mostrando más fuerte de lo esperado y eso podría obligar a la autoridad monetaria a dejar la puerta abierta a más ajustes.

Se alinea con el movimiento convincente que espera la Fed para dejar de subir los tipos, aunque la fortaleza del mercado laboral y el dinamismo económico le ha llevado a adoptar un nuevo endurecimiento de su política con carácter preventivo pese al riesgo de contracción. "Podríamos estar ya ante la recesión más anunciada de la historia. La pregunta es: ¿y después, qué? Cuando existe una visión muy extendida, como la posibilidad de que entremos en recesión antes de final de año, es posible que los mercados ya la descuenten. Quizás los inversores deberían prepararse para lo que, en mi opinión, será una recuperación más intensa de lo habitual", apunta Jared Franz, economista en Capital Group.

Fin de ciclo, el último hurra del BCE

En el caso del BCE, la expectativas dibujan un aumento de 25 puntos básicos para este jueves. Parece asegurado. Lo más relevante será la orientación de los próximos pasos a dar. "Dadas las declaraciones sorprendentemente 'dovish' (suaves) de algunos de sus miembros más 'hawkish' (Knot), parece improbable un compromiso renovado con futuras subidas, como hemos visto en reuniones pasadas", apuntan Francesco Pesole y Carste Brzeski, economistas de ING

La clave que apuntan en la firma holandesa es el cambio de discurso de Lagarde hacia una mayor dependencia de los datos de cara a septiembre, en lugar de mostrarse abiertamente partidaria a nuevas subidas como hizo en mayo y junio. Será interpretado como una señal de pausa y reducirá las expectativas de que los tipos vuelven a subirse hasta el 4,5% como descuentan ahora los inversores. 

En cualquier caso, los nuevos datos de inflación que se conocen esta semana en los países de la eurozona, entre ellos España, pueden poner el foco en que el BCE puede estar tomando la última decisión de subirlos. "La volatilidad del mercado es probable que sea alta el jueves y el viernes. En particular, el BCE no tendrá acceso a los datos de inflación preliminares del viernes cuando se reúna. En consecuencia, destacamos que la narrativa del BCE después de la reunión podría cambiar rápidamente si los datos de inflación a nivel nacional sorprenden materialmente en cualquier dirección", advierten desde el banco Nomura.

En cualquier caso, los expertos del banco japonés esperan "un último hurra" o muestra de fuerza. "Creemos que es probable que cambien las orientaciones para mantener la opción de seguir aumentando tipos en caso de ser necesario. Sin embargo, no esperamos un compromiso previo del BCE para seguir aumentando las tasas y es probable que la Sra. Lagarde haga hincapié en la dependencia de los datos. Sin embargo, cuando llegue septiembre, creemos que los datos hasta entonces justificarán que el BCE ponga fin a su ciclo de aumento de tasas y se detenga hasta que comience a recortar (lo cual creemos que probablemente será como muy pronto en el cuarto trimestre de 2024)", exponen en Nomura.

Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía, todavía prevé una desaceleración en 2023 y una recuperación para el año que viene. "Es posible que los efectos de estos tipos altos sean ya muy evidentes en 2024, lo que significa que los mercados lo deberían comenzar a meter en precio, tal vez, hacia finales de este año o primer trimestre del año que viene". En su opinión, el principal riesgo a corto plazo sigue siendo la inflación por las alertas de que puede reactivarse tras el verano por la fortaleza del empleo y el consumo. "Su principal derivada en el medio plazo será cómo afectará la lucha contra la inflación a la actividad económica y al potencial de crecimiento de las economías", añade.

En Bank of America (BofA) ponen la brújula mirando al mercado de divisas debido a la notable caída reciente del dólar y la consiguiente subida del euro. "El sentimiento inversor parece volverse cada vez más bajista para el USD, ya que el consenso en torno a un "aterrizaje suave" y "desinflación inmaculada" se ha amplificado. Sin embargo, seguimos siendo cautelosos, ya que las fuerzas que probablemente mantendrán la inflación persistente (datos sólidos de EEUU, mercados laborales ajustados, política fiscal laxa) no han disminuido", explican. Desde BofA ven "prematuro" descartar la posibilidad de más aumentos este año o esperar un cambio rápido hacia una política más laxa.

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