Su peor día desde 2020

Se desata la tormenta en Wall Street con la Fed: caos en la deuda y crash en bolsa

Las bolsas estadounidenses registran un jueves negro ante la confirmación de que la Reserva Federal será rápida y ambiciosa en el ajuste de tipos, el más rápido en la historia del banco central.

Wall Street se agita ante el ciclo de subidas de tipos de la Fed.
Wall Street se agita ante el ciclo de subidas de tipos de la Fed.
L. I. / Archivo

Los movimientos del mercado son inescrutables hasta que cogen tendencia. Wall Street se retorció este jueves tras la histórica reunión de la Reserva Federal (Fed) del día anterior que provocó una reacción alcista en falso. Los inversores cobraron conciencia de que se enfrentan al ajuste de tipos más rápido de la historia del banco central de EEUU. Después de dar carta de naturaleza al nuevo ciclo en marzo con una subida del precio del dinero de 25 puntos básicos (pb), la Fed acaba de ejecutar otro alza de medio punto y ha considerado conveniente telegrafiar que en junio y julio hará lo mismo.

El Dow Jones de Industriales perdió un 3,12% al cierre mientras los inversores digieren la nueva dirección de la Fed con el objetivo de luchar contra la inflación. El S&P 500, el índice más general de Wall Street, se desplomó un 3,5% y el Nasdaq 100 un 5% en su peor sesión desde septiembre de 2020. La tormenta sobre las bolsas se llevó por delante más de 1 billón de dólares de capitalización.  Las acciones de comercio electrónico registraron unos resultados trimestrales peores de lo esperado. Etsy y eBay cayeron un 16,8% y un 11,7%, respectivamente. Shopify bajó un 15%.

Las grandes acciones tecnológicas cotizaron toda la jornada bajo presión, con Amazon cayendo un 7,6%. Microsoft cayó un 4,4% y Alphabet, un 4,7%. Apple se hundió un 5,6% y Tesla, un 8,3%. Los cinco pilares de Wall Street registraron una pérdida conjunta de capitalización que superó con holgura los 500.000 millones de dólares en una sola sesión. Ni siquiera el Bitcoin aguantó el chaparrón y su precio se desplomó un 8%, hasta los 34.500 euros (36.400 dólares), su nivel más bajo desde febrero.

El crash en las acciones fue generalizado en la mayoría de cotizadas de EEUU, que vienen registrando susto tras susto desde hace semanas ante la llegada de Jerome Powell con su plan para doblegar la inflación. De hecho, el Nasdaq cerró en abril su peor mes desde 2008%. Su mensaje el miércoles pareció minimizarse después de que descartase un recesión inminente en EEUU tras el débil dato del PIB del primer trimestre (-1,4%). 

Caos en la deuda

Se recibió incluso con euforia la declaración del responsable de la Fed  restando posibilidades a una subida de tipos de 75 puntos básicos. En cambio, se omitió que el banco central tiene "sobre la mesa" otras dos subidas de 50 puntos básicos para junio y julio, además de la puesta en marcha inminente de la reducción de balance a razón de 47.500 millones de dólares al mes y 95.000 millones a partir de septiembre. La Fed tiene que comenzar a desmontar un balance de 9 billones de dólares y comenzará con el drenaje de 500.000 millones hasta finales de 2022. 

De hecho, los observadores consideran esta medida como la de mayor impacto porque hasta ahora ha sido el banco central el principal comprador en el mercado de deuda, que recibió el impacto. El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años, que se mueve en sentido opuesto al precio, volvió a subir por encima del 3% y alcanzó su nivel más alto desde 2018. El aumento de los tipos de referencia libres de riesgo se usan habitualmente en los modelos de valoración y ejercen presión sobre la valoración de las empresas, en especial, las acciones tecnológicas orientadas al crecimiento, ya que hace que las ganancias a largo plazo sean menos atractivas para los inversores. 

"Tres son las principales preocupaciones que atemorizan a los inversores y que están provocando una fuerte caída de las bolsas y de la renta fija. En primer lugar, el aumento de la inflación y las subidas de tipos de interés asociadas a ellas. En segundo lugar, el conflicto entre Ucrania y Rusia, donde las esperanzas de alcanzar un alto el fuego parecen cada vez más lejanas, con los consiguientes daños económicos y presión en los precios de materias primas e hidrocarburos", apuntan desde la gestora Buy & Hold. "Y en tercer lugar, la situación de China, donde al miedo a la crisis inmobiliaria se le unen ahora los diversos confinamientos en las principales ciudades y centros productivos del país, debido a la política de 'Covid cero' que el país ha adoptado y que pueden tener un grave efecto sobre la economía y sobre las cadenas de suministro mundiales", advierten en su informe de abril.

La reacción alcista del miércoles en bolsa fue atribuida a que la Fed no va a ser agresiva pero ya lo está siendo. Powell mantuvo una visión optimista con el crecimiento ("el mercado laboral está muy, muy fuerte") pero pesimista con la inflación ("está demasiado alta). Además fue explícito al insistir en que la economía está preparada para una política más restrictiva. "Existe un creciente sentido de urgencia entre los bancos centrales mundiales. La inflación sigue siendo demasiado alta y las tasas de interés son demasiado bajas para contenerla. Pero, ¿hasta dónde llegarán los formuladores de políticas? ¿Pueden diseñar un aterrizaje suave?", se preguntan en ING.

Los operadores advierten del aumento de casos de liquidaciones masivas de fondos de inversión por los 'margin calls' (peticiones de garantías) en sus inversiones apalancadas (a crédito). De hecho, los 'flash crash' registrados en el mercado sueco OMX (lunes) y en Hong Kong (martes) han comenzado a generar inquietud por el potencial efecto dominó. 

La proliferación de 'profits warnings' (advertencia de peores resultados a futuro) han comenzado a sembrar el pesimismo en la confianza inversora. Gigantes como Netflix, Facebook o Alphabet han sufrido en sus cuentas el cierre de su actividad en Rusia, mientras que fabricantes como Apple o Tesla siguen en vilo por las paradas en producción de sus plantas en China que les impedirán mantener sus ventas de teléfonos y coches. La crisis de suministros además está ralentizando el desbloqueo de la situación.

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