Innovación y desarrollo

El valor de las patentes: cuando Apple se topó con el I+D de una smallcap leridana

La tecnológica Lleida.net, que ha sumado esta semana su quinta patente en China y acumula 202 en 64 países, fue referenciada por el fabricante del iPhone en un sistema de envío de archivos.

iPhone Apple
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Apple

Dicen que las patentes tecnológicas son un animal mitológico en España. Lo suscribiría Miguel de Unamuno, autor de la popularizada expresión "qué inventen ellos". Por eso en Cupertino, California, quizá les sonó un tanto extraño que tuvieran que referenciar, en una de sus incontables solicitudes de patentes, a Lleidanet, una pequeña empresa catalana con apenas 100 empleados y apenas 80 millones de euros de valor en bolsa. Apple , con más de 2 billones de tamaño bursátil, tuvo que citarles en su aplicación de patente para un sistema de envío y recepción de archivos 'pesados' por correo electrónico. Se trata de una referencia obligada cuando un método patentado colisiona con otro por ser parecido, y en la que el solicitante debe justificar ante el comité examinador la novedad u originalidad de su invención.

En este caso, el fabricante del iPhone incluyó entre sus referencias ante la Oficina de Patentes y Marcas de EEUU (USPTO, por sus siglas en inglés) el ‘método de registro y certificación con acuse de recibo por email’ de Lleidanet publicada en noviembre de 2020. Apple incorpora el invento de la compañía española a su lista de citas junto a especialistas en patentes informáticas y de telecomunicaciones como Sun Microsystems (Oracle), Blackberry, Microsoft, Lucent o Canon, entre otras. “El hecho de que te cite una tecnológica de este tamaño tiene muchas interpretaciones. Primero, que estás en la línea correcta y que conceptualmente hemos chocado. Segundo, si se parece siempre hay que citar y rebatirlo para justificar que no son el mismo método”, cuentan a 'La Información' Sisco Sapena, presidente de Lleidanet, e Ignacio Robledo, director de Propiedad Intelectual.

Lleidanet, que se autodefine como operadora de telecomunicaciones y testigo digital, está mutando su negocio de la firma digital y la digitalización de procesos administrativos que ha originado la pandemia del Covid-19. La crisis ha convertido la firma y certificación digital (Saas, software as a service) en su principal línea de negocio con un crecimiento interanual del 62% y las patentes juegan, en opinión de Sapena y Robledo, un rol fundamental en ese crecimiento. “Tenemos cuatro familias de patentes. Ahora mismo hemos desarrollado una cultura en la empresa en la que cualquier empleado puede aportarlas. De hecho han surgido patentes de esas ideas. En ocasiones, un ‘patentero’ es solo un usuario cabreado”, explica Robledo, que se incorporó en 2018 a Lleidanet desde Pons, consultora referente del sector, para crear el área de IP (Propiedad Intelectual) 

La tecnológica ilerdense se ha convertido en una de las empresas más activas a la hora de patentar sus productos. De hecho, esta semana anunció su quinta patente en China, que elevan a 202 el número total de registros oficiales y que se extienden hasta 64 países. "Tenemos un ratio de concesiones de patentes envidiable, pero no somos un 'patent troll'", señala Robledo en referencia a compañías que hacen miles de solicitudes para cobrar royalties, venderlas o, simplemente, litigar para obtener rendimiento económico. Según los responsables de Lleidanet, el retorno que obtienen de sus patentes está incluido en el sistema de licencia y servicio que dan a sus clientes. “Obtenemos retorno cada vez que generamos un contrato. Las patentes nos ha permitido acceder clientes y nos ha abierto puertas. De hecho, en algunos concursos te la piden”, apuntan.

¿Cuánto vale una patente o cuánto valor genera? Desde Lleidanet declinan estimar cuál es la valoración de este activo intangible de propiedad intelectual, pero indican que es millonario a lo largo de la vida de la concesión. "Una patente es como un monopolio ya que te permite cubrir un mercado y que otros no puedan hacerlo. El mercado es receptivo a las patentes porque son moat (fosos o barreras defensivas) para la competencia. No obstante, tener una patente no significa que nadie pueda competir contigo. El resto de compañías pueden tener métodos o técnicas distintas y todos ellos pueden coexistir. Nuestra patente más valiosa, sin duda, es el email certificado", coinciden Robledo y Sapena.

Defensa ante competidores

Con más de dos centenares de patentes, la cartera de propiedad intelectual de Lleidanet es una de las más relevantes de su sector. La propia empresa aporta como referencia los datos de sus grandes competidores en EEUU, un mercado en el que acaba de relanzar su actividad. Por ejemplo, Docusign, el líder mundial de la firma electrónica, tiene 291 patentes registradas, y Twilio cuenta con 103, según datos de Google Patents. "Me gustaría remarcar que nosotros tenemos patentes informática, que es el campo más dinámico, difícil y competitivo que hay junto a la biotecnología", matiza Robledo.

Lleidanet comenzó en 2011 a escribir sus primeras patentes, la mayoría de la mano de su presidente. "El software no se puede patentar en Europa, pero sí el método con el cual se ha desarrollado sí. Pero hay que tener la capacidad de abstraerse y escribirlo para convertirlo en servicio", explica el propio fundador de la empresa. No fue hasta años después cuando comenzó a presentarlas y mucho tiempo después cuando los reguladores en distintos países se las fueron concediendo. Desde julio de 2020 a febrero de 2021, el número de patentes de Lleidanet ha crecido un 18%, desde 170 a 202. “Patentar es caro, pero te permite entrar con seguridad en un mercado o defenderte de los copycats (clones o competencia desleal”, sentencia Sapena.

Lleidanet considera las patentes como uno de los activos, en este caso intangible, que mejor acogida tiene entre sus inversores, más de 3.000 en la actualidad. La empresa cotizada en el BME Growth, Euronext París y el OTC de Nueva York llegó a subir alrededor del 1.000% en bolsa el pasado año, de 1 a 11 euros, aunque desde entonces ha caído a la mitad después de la salida de dos de sus principales accionistas desde 2007 a 2020, Banco Santander y la SEPI, que agrupaban hasta el 14% del capital. Tras estos movimientos, Sapena se mantiene como el principal socio con el 37,5% y Enisa, la agencia de financiación de pymes del Ministerio de Industria, que mantiene su 7%.

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