Los inversores se han movido de extremo a extremo desde que comenzó el mercado bajista a finales de 2021. De la euforia más intensa al pesimismo menos contenido, los mercados han asistido a un pinchazo de valoraciones que en términos absolutos ha sido el mayor de la historia si bien, en la proporción del porcentaje rivaliza con la crisis de 2008 o del año 2000.
Billones de dólares de capitalización se esfumaron en Wall Street desde que el Nasdaq, el Dow o el S&P 500 marcaron techo en noviembre de 2021 hasta que tocaron suelo en octubre de 2022, casi doce meses después, con porcentajes de máxima caída (drawdown) que oscilaron entre el 21% al 37% en esos tres índices de referencia. Desde hace tres meses están rebotando pero ha sido ahora en enero cuando se ve con nitidez el cambio de aspecto.
En general, las grandes tecnológicas han representado como pocas empresas el movimiento pendular en bolsa y, en particular, tres empresas que han acaparado los focos por su dimensión, masa accionarial y liderazgo en sus productos. El líder del 'streaming' Netflix, de las redes sociales Meta Platforms y el fabricante de vehículos eléctricos Tesla Motors. Las tres fueron tachadas de burbujas y explotaron a las primeras de cambio con el cambio de ciclo monetario y el giro a la baja del mercado porque sus valoraciones se cimentaban en cifras de 'siempre-alto-crecimiento'.
La película de Netflix con final feliz
Netflix fue desahuciada de la cartera de los inversores en octubre de 2021 ante las primeras dudas sobre el crecimiento de su millonaria base de suscriptores, acerca de la rentabilidad de su negocio y ante la creciente competencia planteada por rivales como Disney+, Prime Video y HBO por la tarta de los clientes que pagan por el vídeo bajo demanda.
Tras sucesivos 'profit warnings' entre finales de 2021 y principios de 2022, la compañía fundada por Reed Hastings registró una notable caída de clientes tras borrar a Rusia de su mapa de operaciones. En solo seis meses había pasado de cotizar cerca de los 700 dólares por acción, a menos de 180 dólares. Su valoración bursátil de más de 300.000 millones se había reducido por debajo de los 100.000 millones por primera vez desde 2017.
Netflix comenzó a desplegar una batería de medidas para recuperar el crecimiento en un plan a medio plazo que está terminando de implementar ahora. Además de subidas de precios, el lanzamiento de un servicio más barato pero con anuncios, la plataforma declaró la guerra a las cuentas compartidas. El lanzamiento de la última temporada de Stranger Things se convirtió en el punto de inflexión para plataforma, que volvió a señalar con el dedo un crecimiento de suscriptores para 2022. Su cotización se ha duplicado desde entonces, desde los 180 a más de 360 dólares ahora.
Meta vuelve a tener amigos entre los inversores
Un caso similar ha sido el protagonizado por Meta Platforms, la matriz dueña de Facebook, Whatsapp e Instagram que dirige Mark Zuckerberg con el oscense Javier Oliván como su número dos. El holding de redes sociales vio como su crisis bursátil se producía cuando más ingresos generaba y más dinero lograba llevar al beneficio. Los inversores entraron en pánico por el impacto para la compañía del cerrojo que le impuso Apple a sus sistemas de rastreo publicitario dentro del ecosistema del iPhone e iOS. Además, Wall Street comenzó a ver cómo en las cuentas de Meta se multiplicaban las pérdidas e inversiones asociadas a las tecnologías del metaverso.
La cotización del dueño de Facebook tocó techo en septiembre de 2021 cerca de los 380 dólares y acabó estrellándose el pasado 4 de noviembre, solo diez meses después, por debajo de los 90 dólares en medio de un clima de caos alrededor del futuro de la empresa. Supuso un crash bursátil del 76% y, en números absolutos, casi 800.000 millones de dólares menos en bolsa. Sin embargo, el suelo en el mercado se produjo pocos días después de que Zuckerberg anunciase los primeros despidos de la historia de la empresa. En apenas dos meses, todo parece haber cambiado en cuanto a la cotización, que se mueve otra vez cerca de los 150 dólares y acumula una escalada del 69%.
Tesla despeja las dudas de fabricación de coches
Lo que pocos esperaban era que Tesla se iba a sumar al gran rally bursátil de las tecnológicas de Wall Street por las dudas financieras y nubarrones sobre su planta en Shanghái, que ha sufrido varios confinamientos a lo largo de 2022. Sin embargo, el fabricante ha demostrado esta misma semana que es inmune a lo ocurrido en China después de la apertura de las dos gigafactorías en Texas y Berlín a mediados del año pasado. Sus cifras de fabricación, entregas y ventas vuelven a encajar en los modelos de sus accionistas.
El roto en la cotización de Tesla ha sido quizá el mayor por el desconcierto que generaba día sí, día también, su fundador, presidente y principal accionista, Elon Musk, que parecía empeñado en golpear a la empresa con declaraciones fuera de lugar, ventas masivas de acciones de la empresa y con una obsesión que todavía activa: Twitter. El hombre más rico del mundo decidió que quería comprar la red social que usaba todos los días y a través de la cual agitaba tanto las cotizaciones de las criptomonedas como de la propia Tesla. De hecho, un tuit suyo de 2018 le ha llevado ante los tribunales.
Sin embargo, el gran terremoto en Tesla se produjo cuando Musk comenzó a vender masivamente acciones hace año y medio. Desde entonces ha vendido acciones valoradas en cerca de 50.000 millones de dólares, un récord a lo largo de la historia de Wall Street para una persona individual. La cotización se movía por encima de los 400 dólares en noviembre de 2021 y la empresa superaba ampliamente los 1,3 billones de dólares de tamaño bursátil.
Hace apenas un mes tocó suelo en torno a los 100 dólares por acción, acumulando otra caída histórica del 75% y un billón de dólares menos de capitalización. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? Otro giro de los acontecimientos en torno a las previsiones. Tesla acumula una revalorización del 60% en bolsa, hasta 160 dólares, después del último estirón del 10% tras presentar sus resultados anuales. El fabricante ha vuelto a sorprender positivamente y ahora los inversores vuelven a tener fe.
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