Foment seguirá en la CEOE

Garamendi deshoja la margarita de su equipo con dudas sobre Sánchez Llibre

La guardia pretoriana del reelegido presidente está cuestionando el papel del líder de la patronal catalana dentro de la organización empresarial nacional tras haber promovido una candidatura para desbancarle.

Antonio Garamendi, CEOE
Garamendi deshoja la margarita de su equipo con dudas sobre Sánchez Llibre
Agencia EFE

Antonio Garamendi deshoja la margarita para designar a su equipo de confianza. El recién reelegido presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) tiene previsto comunicar la composición de la nueva cúpula el próximo 21 de diciembre y hasta ese día no habrá ningún puesto completamente cerrado. La previsión es que el vasco apueste por el continuismo, sin grandes cambios. Pero podría tomar una decisión determinante sobre el presidente de la patronal catalana Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, promotor de la candidatura alternativa con la que ha intentado, sin éxito, desbancarle. Es la gran incógnita.

Después del resultado obtenido en las elecciones celebradas el pasado miércoles, Garamendi tiene las manos libres para conformar su equipo. En la organización empresarial se interpreta que un respaldo del 80% de los socios es más que suficiente para que el presidente pueda hacer y deshacer sin concesiones. No se esperan, en cualquier caso, sorpresas en cuanto a la configuración de las vicepresidencias 'natas', que pertenecen a las grandes patronales territoriales madrileña, catalana y valenciana. Foment, por tanto, seguirá ostentando un cargo en ese segundo nivel de poder en la casa. Asimismo, vicepresidencias como la de la patronal de la pequeña y mediana empresa (Cepyme) o la de los autónomos (ATA) están garantizadas.

Un respaldo de más del 80% de los socios es suficiente para que el presidente pueda hacer y deshacer sin concesiones

El presidente de ATA, Lorenzo Amor, ha estado al lado de Garamendi durante el proceso electoral y le ha brindado enérgicamente su apoyo. Por su parte, Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, ha optado por un perfil bajo después de haberse llegado incluso a plantear presentarse como candidato a las elecciones tras recibir una fuerte presión del sector crítico auspiciado por Foment. En cualquier caso, ambos continuarán como vicepresidentes. También el presidente de Ceim, Miguel Garrido, que ha negociado con Garamendi más poder para los empresarios madrileños, y el de la CEV, Salvador Navarro. Ambos fueron tanteados también por el flanco díscolo durante la 'Operación desbancar a Garamendi', pero rechazaron.

Tampoco hay dudas sobre la continuidad de otras figuras de confianza del presidente, como Íñigo Fernández de Mesa, presidente del think tank de la organización empresarial, el Instituto de Estudios Económicos (IEE) o la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, entre otros. Asimismo, se da por descontado que Garamendi seguirá contando con Fátima Báñez como presidenta de la Fundación CEOE -se ha llegado a especular con la posibilidad de que le ofreciera una vicepresidencia, pero a la exministra de Empleo no le interesa ese puesto, ya que supondría renunciar a condiciones-. E igualmente mantendrá a Rosa Santos en el cargo de Directora, Departamento de Empleo, Diversidad y Protección Social, desde donde ha liderado todas las arduas negociaciones del diálogo social.

El futuro que no está nada claro es el de Sánchez Llibre, al menos, dentro de la estructura de la organización empresarial nacional. La guardia pretoriana de Garamendi -y el propio presidente- considera que alguien que ha liderado una operación para desbancarle, cuestionando la democracia interna y el proceso de toma de decisiones, no puede continuar formando parte de la cúpula. Pero algunas de las fuentes consultadas en Diego de León consideran que sería un "error" que Garamendi le quitase el cargo al catalán porque lanzaría un mensaje de "castigo al disidente" que iría en contra de la filosofía que proclama la CEOE, basada en la pluralidad, en la representatividad y en la democracia interna.

Lo cierto es que, de facto, Garamendi ya le ha ido quitando poderes a Sánchez Llibre, despojándole de las relaciones con las Cortes e incluso de un despacho del que disponía en la planta octava de Diego de León. El representante de los empresarios catalanes siempre ha utilizado Foment como una oficina de lobby y ha pretendido tirar de la palanca de estatus en la CEOE para ampliar ese lobby fuera del espacio de las empresas de Cataluña. Y eso nunca ha gustado a la dirección en Madrid. Fue precisamente en el momento que Garamendi empezó a cerrarle puertas cuando se activó la campaña de Sánchez Llibre para derrocarle, mucho antes de las fricciones por la reforma laboral, según recuerdan fuentes al tanto de la evolución de esta relación.

Más firmeza con el Gobierno

De modo que no está claro lo que hará Garamendi con Sánchez Llibre. Pero, en cualquier caso, el empresario vasco ya le ha ganado la batalla al catalán, como ha demostrado el resultado electoral. Lo cierto es que hay dudas sobre si va a optar por una gestión conciliadora e integradora o por pasar cuentas al flanco opositor, aunque la mayoría de las fuentes consultadas se decantan por la primera opción. Es "más su estilo", afirman. Ahora bien, desde la cúpula de la organización advierten de que "si Garamendi quiere optar a un mandato tranquilo y sin contestación interna tendrá que adoptar una posición más firme con el Gobierno y los sindicatos".

La advertencia no es baladí, pues tan pronto como en los próximos días el reelegido presidente va a tener que sentarse a negociar con el Gobierno y los sindicatos asuntos tan relevantes como la segunda parte de la reforma de las pensiones, la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), la recomendación de actualización salarial en los convenios o el -hasta ahora imposible- pacto de rentas. Y aquí Garamendi lo tiene claro, como él mismo se encargó de trasladar a los socios en la Asamblea Electoral: dirá que "no" al Gobierno "cuando toque". Todo parece apuntar a que la postura, al menos para la recta final del año, va a ser de rechazo a las reformas del Ejecutivo.

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