Goteo de abandonos

La "tensión" entre Escrivá y su equipo provoca una desbandada de altos cargos

La salida de los dos secretarios de Estado del ministro se suma a una larga lista de dimisiones desde que llegó al cargo. Los excolaboradores se marchan por las complejas condiciones de trabajo y el desgaste.

José Luis Escrivá
La "tensión" entre Escrivá y su equipo provoca una desbandada de altos cargos
Europa Press

Desbandada en el Ministerio de José Luis Escrivá. En apenas 24 horas ha trascendido la dimisión en diferido de dos de sus colaboradores más cercanos: el secretario de Estado de Migraciones, Jesús Perea, y el de Seguridad Social, Israel Arroyo. Dos salidas en un momento delicado, en plena crisis migratoria por la acogida de refugiados ucranianos y con la reforma de las pensiones a medio hacer, que han tenido eco en Moncloa. Fuentes al tanto de los motivos que han esgrimido en privado los todavía altos cargos los enmarcan en la "tensión" con el ministro, en las "complejas condiciones de trabajo" y en el "desgaste". Hablan de "crisis grave" en un departamento clave en el diseño de la política económica del Gobierno.

Fuentes oficiales del Ministerio justifican ambas salidas por motivos personales y las encuadran en una remodelación normal y prevista desde hace tiempo. Respecto a esto último, fuentes al tanto del estado de situación en el Ministerio corroboran que tanto Perea como Arroyo llevan meses expresando abiertamente su voluntad de regresar a sus anteriores puestos de trabajo (el secretario de Estado de Migraciones volverá a la unidad de discurso de Pedro Sánchez y el de Seguridad Social, a la AIReF). Sin embargo, vinculan sus abandonos con las "complejas condiciones" en las que llevan meses trabajando, en un ambiente de "tensión" y "falta de entendimiento" con el ministro, además de un "desgaste acumulado" en tiempos de pandemia y de crisis provocada por la guerra en Ucrania.

Desde el equipo de Escrivá admiten que tanto Perea como Arroyo han ocupado puestos "sometidos a mucho desgaste". El responsable de Migraciones -que será sustituido por Isabel Castro, miembro del Govern balear e inspectora de Trabajo- ha tenido que hacer frente a la gestión de la crisis ucraniana, pero antes que él su departamento acumuló otras cuatro bajas: la de la socialista Hana Jalloul, a la que sustituyó cuando concurrió como número dos de la candidatura de Ángel Gabilondo en las elecciones madrileñas de mayo de 2021; la de Maite Pacheco, que dimitió como directora general de Inclusión y Acogida Humanitaria menos de un año después de sustituir a Francisco Dorado; y la de la subdirectora general de Programas, Amapola Blasco.

Jesús Perea llevaba apenas catorce meses en la Secretaría de Estado de Migraciones. Se estrenó con la acogida a los refugiados de Afganistán y se marcha en plena crisis provocada por la guerra en Ucrania. Tras una baja forzosa, regresa a Moncloa para trabajar en el equipo de colaboradores de Sánchez. En concreto volverá al área que prepara los discursos del presidente, unidad que ha abandonado uno de los históricos, Luisgé Martín, que acaba de ser nombrado director del Instituto Cervantes en Los Ángeles.

Son varias las fuentes que vinculan algunas de estas dimisiones a "desavenencias" con el ministro y a "dificultades" para trabajar en su equipo o, más bien, bajo su liderazgo. Y lo mismo respecto al propio Perea y en relación a Arroyo. El secretario de Estado de Seguridad Social llegó al cargo de la mano de Escrivá, procedente de la AIReF, en enero de 2020. Desde entonces ha sido el 'número dos' del ministro en las negociaciones de las grandes reformas como la laboral o la de las pensiones. En estos momentos está inmerso en la mesa que debate sobre el nuevo sistema de cotización de los trabajadores autónomos, que tiene que estar listo antes de que finalice el mes por mandato bruselense. Acabará los trabajos y saldrá "en los próximos días o semanas", confirman desde el Ministerio. Le sustituirá Borja Suárez, que ocupa el cargo de Director de Ordenación de la Seguridad Social.

Varias fuentes vinculan las dimisiones a "desavenencias" con el ministro y a "dificultades" para trabajar con él

La noticia de la salida de Arroyo ha caído como una auténtica bomba en el diálogo social. Los interlocutores en la patronal y en los sindicatos se muestran desconcertados. "No sabíamos nada", afirman desde una de las grandes organizaciones sindicales. "Nos ha pillado por sorpresa", certifican desde el flanco empresarial. Otras fuentes del diálogo social califican de "despropósito" el goteo de salidas de uno de los ministerios clave en el diseño y desarrollo de la política económica, aunque admiten que los últimos meses de intensas negociaciones en las distintas mesas de diálogo social abiertas han sido "absolutamente agotadores" para todos, incluidos los secretarios de Estado, que son los que se sientan a negociar con los representantes de empresas y trabajadores. "Es una crisis en toda regla", coinciden varias de las fuentes consultadas en el ámbito del diálogo social.

Del 'clan de Torrelodones' al "motín" en BBVA

Escrivá ha seguido la estrategia de rodearse de afines, pero, a la vista de la desbandada de su equipo, la experiencia en el Ministerio no ha sido grata para muchos de los elegidos. Llamativo fue el nombramiento nada más aterrizar en el cargo de la exdirectora de Gabinete del que fuera ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital del Gobierno de Rajoy, Álvaro Nadal, como Subsecretaria de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Se trata de Raquel González Peña, que cesó a petición propia hace ahora un año. 

Pero más flagrante fue la incorporación a su departamento de varios integrantes del 'clan de Torrelodones', municipio madrileño donde reside el ministro. Allí un grupo de amigos creó su propio partido hace años (en él también estaba integrado Toni Cantó, entre otros). De ahí procede, por ejemplo, la que fuera su directora de gabinete, Elena Biurrun, que a finales del año pasado fue sustituida en el cargo por una excolaboradora de Escrivá en BBVA, María Teresa Ledo, o el director de Comunicación del Ministerio, Ángel Guirao. Otro integrante de ese grupo es el actual responsable del equipo que gestiona los fondos europeos en Moncloa, Santiago Fernández.

Quienes han coincidido con el ahora ministro a lo largo de su trayectoria profesional le definen como una persona "extremadamente compleja" con la que es "muy difícil trabajar". Algunos de los coetáneos de la época en el grupo BBVA, donde Escrivá se colocó primero como economista-jefe y director del Servicio de Estudios y después como director gerente del Área de Finanzas Públicas, comentan que la relación con su equipo no estaba bien engrasada. "Le montaron un motín y le pidieron que se fuera", afirman fuentes conocedoras de las circunstancias en las que se produjo la salida de Escrivá del banco. 

En Moncloa conocen todas estas situaciones en el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones desde el inicio de la legislatura. Alguna fuente añade el problema que se produjo, tal y como se desveló en estas páginas, con una sociedad familiar gestionada por Escrivá y una serie de impagos del IVA. Además, desde Presidencia han tenido que enmendar la plana al ministro con algunas cuestiones relacionadas con los globos sonda que ha ido lanzando sobre la reforma de las pensiones y con alguna votación en el Congreso que corrió serio peligro por las negociaciones entre bambalinas con los grupos parlamentarios. Son conscientes pero insisten en que el presidente mantiene la confianza en su ministro y en que pueda sacar adelante la negociación de su paquete comprometido con Bruselas.

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