Récord desde diciembre de 2008

Las empresas ya se enfrentan al crédito más caro desde la gran crisis financiera

El alza de tipos del BCE ha colocado el coste de la financiación en niveles no vistos en casi 15 años en España y en Europa. Aunque es ejemplo de que la política del BCE funciona, el anular demanda lanza alertas para la economía.

Christine Lagarde, BCE
Las empresas ya se enfrentan a su crédito más caro desde la gran crisis financiera
Agencia EFE

La política monetaria más restrictiva del Banco Central Europeo (BCE) amenaza con poner en 'stand by' las decisiones de inversión de las empresas. Según los datos del organismo que preside Christine Lagarde, las compañías no se habían financiado tan caro desde finales de 2008, en ejercicio en que los mercados vieron caer a Lehman Brothers y al sistema financiero estadounidense. Así el tipo aplicado a las compañías españolas se situó a cierre de junio en el 4,52%, el nivel más elevado desde diciembre de 2008. Para la media de compañías europeas, el interés, incluso, es superior hasta el 4,79%, un nivel que no se venía exactamente desde esa misma fecha.

En esta escalada está detrás de la política monetaria del BCE. Hace un año, el interés medio aplicado a las empresas para nuevas operaciones era tan solo del 1,42% en España, lo que implica un incremento del 218% en nuestro país en apenas doce meses y de un 209% para la media europea, de acuerdo con datos del organismo que preside Christine Lagarde.

Esto está provocando que las empresas estén optando por posponer sus decisiones de inversión. Como recuerda Juan Fernando Robles, profesor de economía de la UDIMA, era un efecto esperado porque precisamente es lo que busca el BCE con la subida de los tipos de interés (en julio ya se situaron en el 4,25%). Sin embargo, Robles explica tiene efectos negativos puesto que la financiación de las empresas depende de dos variantes, "los beneficios empresariales y de los tipos de interés actuales", lo que impacta de manera negativa en las compañías "porque lo tienen más difícil para financiar el capital circulante y reducen las posibilidades de inversión", explica Robles.  

En otras palabras, pedir un crédito para hacer frente a gastos recurrentes, como es el pago de proveedores, o para impulsar la actividad, como sería ampliación del negocio que requeriría nueva maquinaria o nuevos locales, puede ser pospuestos. Eso sin contar que el encarecimiento del precio del dinero actúa como una rueda: baja la demanda y las empresas tienen que ajustar el stock, moderando pedidos y evitando todavía más financiar el excedente.

Algo que ya comienza a notarse en los datos macros, con un debilitamiento, a nivel global, de los PMI. Al respecto, Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro, explica que "el constante debilitamiento de los índices PMI adelantados a escala mundial es un recordatorio del debilitamiento del ritmo de crecimiento. El sector manufacturero mundial ya está en recesión y el sector dominante de los servicios se está ralentizando".

En España otro ejemplo serían los datos de contabilidad nacional publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado el viernes. Se puede apreciar para el segundo trimestre del año que la variación interanual de la industria fue nula si se compara con el mismo periodo de 2022, cuando ya se habían acabado las restricciones por coronavirus.

Mayor problema para las empresas pequeñas 

El mayor problema de este encarecimiento del crédito lo tienen, de momento, las empresas de menor tamaño. No hay que olvidar que en España, las pequeñas y medianas empresas representan el 90% del tejido empresarial y están fuertemente bancarizadas. Esto, ¿qué quiere decir? Robles recuerda que en el momento en que el que financiación se va volviendo más cara por tipos de interés más elevados también se les endurece los requisitos acceso ya que las entidades financieras perciben en este tipo de compañías un "mayor riesgo".  "Son más vulnerables a estos cambios, algunas pueden llegar a cerrar (las que ya atravesaban una situación más complicada) al no poder aguantar sin financiación", señala.

Otro aspecto es que sus beneficios también merman a futuro ya que no pueden llevar a cabo inversiones que les permitiera crecer. Una situación a la que no escapan tampoco las grandes compañías. "Tienen más opciones porque una empresa puede acudir al mercado y no tienen que pasar por el banco". Pero esto no quiere decir que tampoco se vean afectadas por ello. 

En el Ibex 35 ha habido en los dos últimos días dos ejemplos de ello. Naturgy ha optado por reducir las inversiones, mientras que Cellnex ha aprovechado su mayor posición de liquidez para aumentar las amortizaciones, por encima de lo esperado por el mercado. Precisamente, Robles admite que aquellas empresas con liquidez suficiente pueden optar por desapalancarse y este tipo de operaciones tiene también su reflejo en las estadísticas del Banco de España. En los doce últimos meses el importe de los saldos vivos de créditos a sociedades no financieras se ha visto reducido en 11.091 millones de euros.

Mostrar comentarios