Está previsto hacerlo permanente

Europa y los bancos 'se alían' contra la tasa extra que España ha impuesto al sector

Los supervisores y los principales bancos han intensificado sus críticas a la prórroga del impuesto extraordinario al sector financiero por la amenaza que supone para la rentabilidad a largo plazo de las entidades.

El freno en los depósitos lleva a la banca a mejorar sus estimaciones de ingresos
El freno en los depósitos lleva a la banca a mejorar sus estimaciones de ingresos
La Información

Ni la banca ni los supervisores, tanto el nacional como los europeos, ven con buenos ojos la prórroga del impuesto extraordinario al sector bancario que el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar recoge. En su opinión, la tasa extra perjudicará a la economía, restringirá el crédito y reducirá la rentabilidad del sector, que comenzaba a dar señales de recuperación después de haber pasado por el purgatorio de los tipos negativos en la última década.

Esta misma semana, tanto el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, como el presidente de la Autoridad Bancaria Europea (AEB), José Manuel Campa, fueron muy críticos con el gravamen. El primero, rescató el argumento que ya han utilizado las propias entidades bancarias: ese dinero debería destinarse en un momento de incertidumbre y permitir aumentar el capital; mientras que el segundo señaló que el tributo "no es bueno para la banca".

En relación a la vinculación entre capital y crédito, el consejero delegado de Banco Santander, Héctor Grisi, señaló durante la presentación de resultados del tercer trimestre que el "impuesto a la banca es perjudicial para la economía porque inhibe el crédito". Una misma explicación que utilizó el 'número dos' de BBVA, Onur Genç. "El papel del banco dentro de la sociedad consiste en facilitar el crédito para promover la inversión. Si tenemos más capital podemos dar más crédito a la economía, financiar a las empresas y a la inversión". Es más, "si tenemos un euro de capital puede convertirse en 10 o 20 veces en créditos para la economía", insistió Genç.

Una rentabilidad limitada

Estas voces discordantes también se han dado en Europa. El presidente del Consejo de Supervisión del BCE, Andrea Enria, ha explicado que los impuestos al sector amenazan con "reducir el atractivo inversor", ya que "da la impresión" de que si un banco tiene beneficios, alguien debe "intervenir". De hecho, el italiano, que termina a finales de diciembre su mandato, explicó que el hecho de prorrogarlo podría perjudicar la apreciación por parte de los bancos de los riesgos derivados de los tipos de interés.

Y esto se debe a que este impuesto se orientaría, precisamente, hacia los márgenes obtenidos por la subida de tipos sin tener en cuenta la provisión necesaria para hacerles frente. Precisamente el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, señaló que en caso de aplicarse tenía más sentido hacerlo sobre el beneficio y no sobre los ingresos. 

Y es que es cierto que el cambio en la política monetaria del organismo, con una postura más restrictiva, ha sido el viento a favor que necesitaba la banca para volver a dar beneficios, que Gortázar descartó que fueran extraordinarios, sino el resultado de una transición ente tipos negativos a tasas positivas. No obstante, pese a este revulsivo, la rentabilidad de la banca sigue en la mayoría de los casos sin cubrir el coste del capital, que se sigue elevándose por la incertidumbre que hay y por un incremento del riesgo.

De entre los bancos cotizados, únicamente Bankinter y BBVA, con rentabilidades por encima del 17%, lo cubrirían. Asimismo, salvo el primero, los bancos siguen cotizando por debajo de su valor en libros, que sería la métrica que emplearían los inversores para ver si una empresa es rentable o no. Al respecto, Caixabank ha recordado que la rentabilidad actual, del 14%, es aceptable pero recuerdan que hace más de una década el ROTE (return on tangible equity) era del 15%. 

En ese sentido, Grisi insistió en "que Santander no ha alcanzado el coste de capital, cotizamos por debajo del valor en libros".  El problema del impuesto, siguen explicando los bancos, es que se aplica sobre un sector cíclico, que ahora se beneficia de la subida de los tipos de interés, pero una vez que se estabilice, lo ideal sería ver crecimientos sostenidos de los beneficios. 

En otras palabras, una vez que el incremento de margen de intereses se estabilice por la repreciación del crédito, es posible que ver rentabilidades estancadas tras aplicar el tributo, alejándolas de cubrir la meta del coste de capital. Banco Sabadell, que ha alcanzado un coste del capital del 11,5%, ha señalado que sin el impuesto sería un punto más.

Un impuesto para recaudar 1.500 millones

El actual gobierno en funciones aprobó un impuesto que grava el 4,5% de los ingresos de las entidades que superen los 800 millones de euros. El objetivo era recaudar alrededor de 1.500 millones de euros. Para las entidades es discriminatorio al no ser aplicado en las entidades internacionales, ya que los bancos señalan que compiten en peores condiciones en operaciones de banca de inversión, por ejemplo, pese a que también operan en todo el territorio nacional.

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