Al acecho de un 'caballero blanco'

El Gobierno busca una solución para Talgo que afiance su centro de control en España

Moncloa explora alternativas que den salida a las dificultades industriales y financieras que afronta el negocio de la compañía, para evitar que el capital húngaro respaldado por Orban tome las riendas del fabricante estratégico.

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El Gobierno busca una solución para Talgo que afiance su centro de control en España
Talgo

La oferta pública de adquisición (opa) por el 100% del capital de Talgo anunciada hace escasas semanas por el consorcio húngaro Magyar Vagon (Ganz-Mavag) ha trasladado el foco del Gobierno a preservar el control estratégico del fabricante de trenes en España. Desde que el 'holding' magiar desveló sus cartas para hacerse con el fabricante español, el Ejecutivo se ha mostrado muy vigilante con la oferta y ha concentrado sus esfuerzos en analizar la operación de cerca "para garantizar la estabilidad futura de Talgo", tal y como esgrimió Pedro Sánchez un día después de que el grupo húngaro presentase su oferta ante la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV).

Antes que el presidente del Gobierno, el ministro de Transportes, Óscar Puente, reveló, fuera de micrófonos, que Moncloa haría "todo lo posible" para frenar la ofensiva húngara ante las dudas sobre posibles lazos de sus inversores con el Kremlin. Un tono más suave utilizó la semana pasada el titular de Industria, Jordi Hereu, para dirigir la tesis hacia una defensa del "control estratégico de las industrias". Según detallan fuentes políticas cercanas al proceso, la rebaja del tono del Gobierno radica en la necesidad de evitar un posible conflicto diplomático en Europa, después de que las declaraciones de Puente causaran cierta inquietud en Bruselas, donde se analiza con cautela el proceso ante la posibilidad de que el consorcio respaldado por el Gobierno de Viktor Orban tome las riendas de uno de los fabricantes mejores postulados a encauzar la reconstrucción de las infraestructuras de Ucrania. 

En aras de preservar el interés estratégico de la compañía que sostiene un 35% de cuota en el mercado nacional de fabricación y mantenimiento de trenes ligeros de alta velocidad, el Gobierno está inmerso en una búsqueda de alternativas que den salida a las dificultades industriales, financieras y accionariales que afronta el negocio del fabricante. Fuentes conocedoras de la operación señalan que el Ejecutivo está buscando un 'caballero blanco' en España para evitar que el capital húngaro tome las riendas de Talgo con una oferta que no se distancie mucho del precio fijado desde Budapest. Las mismas fuentes no descartan la opción de reactivar el proyecto de crear un gran campeón ferroviario junto a CAF o movilizar a la SEPI una vez más para frenar la incursión húngara. Además, revelan el interés que han mostrado por participar en la operación otras instituciones financieras y fondos de inversión, incluidos algunos fabricantes ferroviarios del mercado europeo.

Las exigencias que el Ejecutivo español ha puesto sobre la mesa para autorizar la venta de Talgo están alineadas con las condiciones expuestas desde el grupo vasco antes de recibir la opa. Según las fuentes consultadas, desde ambas partes no se contempla un escenario donde la operación ponga en riesgo la salida del centro de decisiones del fabricante fuera de España y abogan por mantener aquí la sede, el empleo y la capacidad industrial de la entidad. Las mismas fuentes aseguran que hay accionistas de Talgo que no darán su visto bueno a la operación si no se cumplen estas condiciones. En este contexto, el folleto presentado ante la CNMV recoge las intenciones de la parte compradora para mantener la sede y la cotización del grupo en España, así como la plantilla y su relación comercial con Renfe como socio estratégico.

Saturación de pedidos

El mismo folleto también refleja el carácter "amistoso" y "atractivo" de la oferta para el consejo de administración de Talgo, que urge la necesidad de incrementar su capacidad industrial para poder sostener una cartera de pedidos en máximos históricos, con más de 4.200 millones de euros en contratos, que dan visibilidad de actividad industrial hasta 2030 tras firmar, entre otros, el pedido más grande de su historia con la alemana Deutsche Bahn por importe de 1.400 millones. Según subrayan fuentes del mercado, Talgo carece de la capacidad financiera e industrial suficiente para sostener su actual cartera de pedidos y apuntalar su expansión internacional, cuyo grueso se concentra en Europa, donde ha disparado por siete su cifra de negocio hasta ingresar 273 millones en el último año.

La necesidad de encontrar un socio industrial viene impulsada desde su accionista mayoritario, Trilantic. La gestora de capital riesgo, que controla el 40% del capital de Talgo de forma indirecta a través de la sociedad Pegaso Transportastion, ya impulsó la salida a bolsa de la compañía en 2015 con el objetivo de desinvertir parcialmente y ahora, con esta operación pretende deshacer su posición por completo; pero no a cualquier precio. Fuentes del mercado aseguran que el fondo británico quiere vender con el 'placet' de todas las partes implicadas, en especial de sus socios en España y el Gobierno español.

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