La última Feria Internacional de Turismo (Fitur) que cerró las puertas de su 44º edición el pasado 28 de enero en Madrid fue testigo de la apuesta de las operadoras ferroviarias por la multimodalidad como lanzadera para adaptarse a la nueva movilidad y ganar cuota en el negocio de la alta velocidad a bajo coste. Si bien Renfe aprovechó la ocasión para prorrogar su ya histórica colaboración con Alsa en el fomento de la intermodalidad y operabilidad de sus respectivas rutas, otras como Iryo irrumpieron en la escena con el lanzamiento de una nueva plataforma que nace con la intención de facilitar los trayectos de sus clientes desde su lugar de origen hasta sus destinos finales.
Esta última, bautizada como 'Iryo Conecta', es la apuesta de la compañía dirigida por Simone Gorini para apuntalar su expansión en España y aumentar un 25% su número de viajeros este año. Para ello, el operador participado por los socios de Trenitalia, Air Nostrum y Globalvia concentrará en este servicio sus acuerdos rubricados con diversos socios del sector como Air Europa, Imbric o Avis en aras de conectar la red de alta velocidad española con otros servicios de transporte como aviones, taxis, coches de alquiler, trenes de Cercanías e incluso servicios de parking para ofrecer al usuario una experiencia de puerta a puerta. La red, según señalan desde la compañía, se irá expandiendo a medida que se sellen más alianzas con otras empresas.
Iryo presenta así su candidato en el mercado para competir directamente con döco, la plataforma integral de movilidad que Renfe puso en marcha a finales de 2022 y que ya cuenta con la colaboración de una red empresas como Bolt, Cooltra, Karhoo, Movitaxi, que amplió recientemente con la integración de los servicios turísticos de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB). A estos acuerdos hay que añadir el mencionado convenio que ha prorrogado con Alsa para ofrecer billetes combinados de tren y autobús, con precio cerrado y horarios garantizados, que está disponible en los enlaces con Benidorm, Altea y Calpe desde Alicante; con Denia y Jávea desde Valencia; con Andorra y Vielha desde Lleida, y con el Algarve portugués desde Sevilla.
En la intermodalidad que enlaza los trenes y los aviones, tanto Iryo como Renfe mantienen en vigor sus acuerdos para ofrecer a sus clientes billetes combinados. En el caso del operador italo-español, gracias a su alianza sellada el año pasado con Air Europa, fusiona las conexiones de las 11 ciudades donde opera con los 33 destinos a los que la aerolínea llega en el continente europeo y los 21 transoceánicos en América. Por su parte, Renfe extendió el pasado 2022 su colaboración con Iberia para ampliar de cinco a 14 su red de destinos, que se conectan directamente con la red de 90 puntos internacionales que abarca la compañía aérea.
Ante la llegada de la alta velocidad a los aeropuertos
Los acuerdos de conectividad de ambas entidades podrán dinamizarse con la llegada de la alta velocidad a los aeropuertos españoles. El primero de ellos será el de Madrid-Barajas, donde Adif contrató a principios de 2023 las obras que garantizarán el enlace entre la estación de Chamartín y la Terminal 4 del aeródromo madrileño, y todo apunta que podrán concluirse a partir de 2025. Al 'hub' Madrid-Barajas, podrían seguirle otros como el de Girona y Alicante, en lo que supondrá una nueva etapa en el transporte multimodal, al permitir que los viajeros que lleguen en avión puedan coger el tren en el mismo aeropuerto y continuar su ruta.
Precisamente esta conexión entre aeropuertos y redes ferroviarias de alta velocidad es uno de los principales reclamos que defienden desde el sector aéreo, para contrarrestar el impacto de la prohibición de vuelos domésticos que acordaron PSOE y Sumar. En esta línea, la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) expresó en una conversación reciente con La Información que la eliminación de los vuelos cortos sólo será factible cuando se implante una intermodalidad real y efectiva donde los trenes de alta velocidad lleguen directamente a las terminales de los aeropuertos como se hace en otros países como Alemania o Francia y se cubran las suficientes frecuencias para sostener el tráfico de pasajeros.
