El evento tecnológico, frente al espejo

El Mobile arranca una nueva edición de la resistencia: "Es difícil volver a 2019"

Sin grandes anuncios , con espacios más reducidos y con afluencia limitada trata de recuperar de nuevo su sitio. La administración echa el resto ante las conversaciones para ampliar el contrato con Barcelona.

Mobile World Congress 2022
Mobile World Congress 2022
Agencia EFE

"Va a ser difícil volver a 2019". Las mismas palabras son pronunciadas por dos directivos diferentes del sector de las telecomunicaciones que se dan cita en el Mobile World Congress de este año. El evento ha abierto las puertas este lunes muy lejos de la afluencia 'pre-pandemia' y sin prácticamente anuncios relevantes. Las administraciones y las propias compañías han tratado de echar el resto para seguir manteniendo el pulso en una cita que, como el resto de las que se celebran con fuerte presencia física en todo el mundo, se enfrentan a un futuro incierto. Lo hacen justo a las puertas de la negociación con el organizador, la GSMA, para ampliar el plazo para acogerlo hasta el año 2028.

El año 2019 no había una guerra en Europa. Las pandemias eran algo del pasado. Y en los pasillos de la Fira de Barcelona no cabía un alfiler aquel lunes de febrero. El debate sobre la continuidad en la Ciudad Condal seguía coleando después de que la GSMA admitiera que durante la edición 2018 se estudió la posible salida ante la inestabilidad política por el conflicto catalán. Ahora, dos años, un pandemia y una invasión de Ucrania después, el evento trata de consolidar su sitio en un mundo cada vez más 'híbrido', con una menor presencia física. Lo hace con una asistencia mermada, también en el lado internacional, y con un espacio expositivo menor que en años anteriores -algunos grandes grupos mantienen los metros cuadrados del año 2021, cuando se recortaron, aunque otros fabricantes como Nokia han dejado intacto su espacio-.

El momento que viven las telecomunicaciones y la tecnología móvil, sin grandes productos o avances revolucionarios cada año, tiene su clara influencia. Este lunes, día clave para la feria, no ha habido grandes anuncios por ninguna de las grandes compañías asistentes. Vodafone puso sobre la mesa el domingo un dispositivo que hace las veces de 'router' para explotar su red móvil y reemplazar a la fibra en la 'España Vaciada' para el que aún no han preparado unas tarifas. Telefónica anunció el refuerzo de su alianza con Microsoft (y sus primeros pasos en el metaverso). Tres años antes, en aquel 2019, ese primer acuerdo entre ambos grupos que ahora se fortalecerá fue rubricado y comunicado por el propio presidente ejecutivo de la operadora, José María Álvarez-Pallete, y su homólogo en el gigante estadounidense, Satya Nadella, en persona. Este lunes ambos aparecieron en un vídeo grabado, con el 'chief digital officer' del grupo, Chema Alonso, como maestro de ceremonias.

En aquel 2019, el 5G lo copaba todo. Se especulaba con la fecha en la que estaría un primer despliegue comercial. Y se fijaba finales de 2020 o principios de 2021. Hoy, tres años después, las redes ultrarrápidas de quinta generación está en todas las propuestas de las grandes operadoras (todo tipo de proyectos piloto y casos de uso para expandirlo). Vodafone anunció un primer despliegue de 5G 'real', mientras que Telefónica lo hizo unos días antes del evento. Eso sí, todas ellas sobre un estándar que no es el óptimo para la velocidad. Porque aún no ha llegado el conocido técnicamente como 'standalone'.

En las tendencias ha habido un cambio significativo: el coche conectado y autónomo prácticamente ha desaparecido del espacio expositivo de la Fira, cuando las grandes marcas automovilísticas copaban más de un pabellón completo en ediciones pre-pandemia (sólo cuenta con presencia discreta el fabricante californiano Fisker, mientras Seat y otros gigantes europeos estaban ausentes). En cambio ha ganado terreno el metaverso, pero de la misma manera que sucedió con otras tecnologías en ediciones anteriores: su estadio sigue siendo muy inicial y para usos muy limitados.

Mobile World Congress 2022
Es la primera edición 'postpandemia' del Mobile World Congress.
Agencia EFE

Tres años atrás, el gigante chino Huawei estaba en todas las conversaciones. Aterrizó incluso una delegación del Gobierno de Estados Unidos a la feria para entrevistarse con todos los operadores e, incluso, con representantes del Gobierno de España. Hoy, con una 'ley 5G' en la cocina y con casi todos los contratos para despliegues cerrados sin contar con los asiáticos para las partes más críticas de la red, la compañía no está bajo los focos. Pero sí que ha habido una demostración de fuerza por parte de las grandes operadoras y fabricantes del continente asiático. Junto Deutsche Telekom, el expositor internacional con mayor despliegue es el de SK Telecom, el mayor operador móvil coreano, con una atracción para explotar las gafas de realidad aumentada y el concepto del metaverso. También destaca el importante espacio reservado por la propia Huawei justo a la entrada del recinto.

Menos espacio expositivo

En 2019 no cabía un alfiler en el espacio expositivo. De hecho, el evento paralelo dedicado a startups, 4YFN, estaba ubicado en la antigua Fira de Plaza de España. En esta ocasión ocupa uno de los ocho pabellones del recinto ferial de L´Hospitalet de Llobregat. Y además hay importantes huecos en algunas zonas de espacio inutilizado. Las grandes operadoras con presencia en España han mantenido el espacio reservado para la edición de 2021, cuando en términos generales se redujeron los metros cuadrados. En el caso de Telefónica, por ejemplo, su expositor es más pequeño, pues en aquellos años previos a la Covid llegaron a contar con una instalación completa de dos plantas.

Antes de que estallara la Covid y se tuviera que cancelar la edición de 2020, la política marcaba mucho de lo que sucedía en la feria. Desde la recepción del Rey en el domingo previo, con protestas de grupos independistas y gestos de desdén del Govern, hasta la inauguración y las palabras de los principales ejecutivos. En 2019, Álvarez-Pallete tuvo que salir una vez más a defender a Barcelona como "la mejor" sede posible para el evento. Anteayer no hubo ni rastro de las concentraciones del pasado en el Museo Nacional de las Artes de Cataluña, donde tiene lugar la cena inaugural. Tampoco se habló en los pasillos sobre la inestabilidad política. En cambio esto se ha cambiado por el estallido del conflicto en Ucrania tras la invasión de Rusia. Todos los discursos han estado marcados por ello, con el presidente de Telefónica incidiendo este lunes en que "No es tiempo de guerra; es tiempo de colaboración; no es tiempo de exclusión, ni de construir muros, sino de inclusión y de abrir las puertas".

El papel de las administraciones

El papel de las administraciones ha tenido menos protagonismo que el que tuvo en la edición de 2021, cuando tuvieron que llenar un cierto 'vacío' ante la menor afluencia de las compañías internacionales y de visitantes. En esta ocasión no ha habido inauguración con 'paseo' por la feria, pero sí que ha habido algunos anuncios por parte de la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño. Uno de los más destacados: la potencial negociación con la GSMA para tratar de ampliar el contrato para mantener a Barcelona como sede más allá de 2024. Se limitó a asegurar que trabajan "codo con codo" para conseguirlo. Esa es la clave. Y es por eso que tanto el Ejecutivo central como el autonómico y el local hayan hecho mucha fuerza para que esta edición se celebrara, sabedores de que un año más de ausencia en el calendario internacional podía 'romper muchos lazos'.

En el discurso de las operadoras de telecomunicaciones ha habido muy poco cambio. No sólo en el mantra de la regulación, que volvió a ser esgrimido por los 'primeros espadas' de Telefónica y Vodafone para defender no sólo que existan "mismas reglas" para los gigantes tecnológicos sino que también haya una mayor benevolencia hacia las fusiones para ganar tamaño. En 2019, Álvarez-Pallete se preguntaba: "¿Señala en alguna parte la teoría de la competencia que es necesario un operador móvil por cada millón de habitantes en Europa?”. Y lamentaba que esta industria fuera "la más deflacionaria" que existe. Es decir, con diferentes palabras es exactamente el mismo lamento.

Este es el Mobile de la resistencia. En un mundo con una digitalización mucho más avanzada -y con un nivel de viajes corporativos muy inferior al de los años previos a la pandemia-, el evento tecnológico busca consolidar su sitio. Como aseguraban varios directivos de telecos, no va a ser sencillo volver a 2019. Ese es el gran reto de cara al futuro. Esta edición arranca con la sensación generalizada de que es de transición hacia un futuro más híbrido.

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