"Seguridad jurídica, fiscal y laboral" para ejecutar los 72.000 millones del fondo de recuperación de la Unión Europea que se repartirán durante esta legislatura. Es la demanda que sale del Ibex 35 y de la gran empresa en general que se congregó este miércoles, mientras se debatía la primera sesión de la moción de censura de Vox, en el Congreso de Directivos y Ejecutivos (CEDE). José María Álvarez-Pallete (Telefónica), Juan Roig (Mercadona), José Ignacio Goirigolzarri (Bankia), en anfitrión Isidro Fainé (presidente de la Fundación Bancaria La Caixa). La gran empresa no quiere "demagogias" ni "ensoñaciones" y se mueve para intentar que Gobierno y oposición alcancen acuerdos transversales.
Las grandes empresas están centradas en el reparto de los fondos comunitarios. 27.000 millones en los Presupuestos que se aprueban en Consejo de Ministros el martes y que el Ibex y la CEOE, en concreto, están esperando como agua de mayo. La patronal que preside Antonio Garamendi ha identificado una serie de "proyectos transversales" o "tractores" sobre los que va a desplegar los tentáculos de su oficina de recepción de proyectos. Al frente de ella está Luis Socías (exDeloitte) que está trabajando ya en presentar al Gobierno proyectos empresariales relacionados con la digitalización del turismo, la agroalimentación, la eliminación de los pagos en efectivo o la transformación digital. En diciembre van a presentar ese catálogo de proyectos que puedan optar a los fondos para, a continuación, ir presentando las candidatura en los diferentes ministerios.
Este será el mecanismo en el que trabajarán tanto Ibex como CEOE para que los fondos fluyan al tejido productivo y para encarar esa modernización empresarial que reclamó ayer el Rey. Pero para ello la gran empresa reclama no cambiar las reglas de juego a mitad de partido porque, según defendió Goirigolzarri, "nos estamos jugando el futuro de la próxima generación". Los empresarios tienen claro, y así lo pronunciaron varios de ellos, como Roig, ante la vicepresidenta tercera Nadia Calviño, que la salida de la crisis vendrá del mundo privado. "Esto lo va a sacar adelante la empresa", defendió.
Dos aspectos clave para los grandes empresarios son los impuestos, por un lado, y la reforma laboral, por otro. En cuando a los tributos el Gobierno ya ha adelantado que habrá una ‘pax fiscal’ este año y que los Presupuestos de 2021 no contendrán una subida del Impuesto de Sociedades, con un recargo específico al sector financiero y al de hidrocarburos. Pero esa promesa es temporal y los empresarios temen un ‘sablazo’ a corto y medio plazo. Por eso varios de ellos, como el propio presidente de Bankia o el de la CEOE, avisaron que las empresas tienen que seguir ganando dinero para “invertirlo en la sociedad”. Con más impuestos esa labor social se reducirá, avisaron.
En cuanto a la reforma laboral es otra línea roja que la gran empresa considera infranqueable. Y así lo manifestaron en una jornada que sirvió para calentar motores de cara a la gran batalla para exprimir los fondos comunitarios. Cuentan con la alianza con Calviño que ya puso pie en pared durante la prórroga del estado de alarma cuando obligó al Grupo Parlamentario Socialista a obligar a modificar un acuerdo con EH Bildu para acabar con la ley de leyes de Fátima Báñez una vez superada la pandemia. Ese acuerdo está en ‘stand by’ y el Gobierno ahora afirma que someterá cualquier modificación al diálogo social.
"Seguridad jurídica" fue, en definitiva, una de las frases más repetidas en este encuentro de nivel que organiza cada año Fainé. "Un buen marco de regulación", dijo el propio Roig, acompañado de una normativa básica, añadió Goirigolzarri. En ello está trabajando la vicepresidenta Carmen Calvo, en hacer normas más simples para reducir trámites y plazos y no eternizar los proyectos en un limbo administrativo.
Presupuestos de consenso
La empresa quiere unos Presupuestos con el mayor nivel de consenso y que, además, unas cuentas que sirvan para que las inversiones fluyan. Garamendi explicó que, además, debe ser una ley para sólo un año, para 2021, y que en 2022, con la previsible recuperación, deberían aprobarse otros Presupuestos. Lo que no quiere el Ibex y la CEOE, y así lo expusieron ayer, es que las medidas coyunturales se conviertan en estructurales y eso acabe generando un problema de deuda.
“Diálogo, pactar y negociar hasta los desacuerdos”. Es la petición que hacen desde el mundo de la empresa a Gobierno y oposición. Garamendi puso como ejemplo el complicadísimo pacto de los ERTE y los otros cinco acuerdos más en el seno del diálogo social. Dos formas de entender la economía que saben unir posiciones. O ambas partes se acaban entendiendo o los fondos europeos corren serio peligro de no ejecutarse en su totalidad.
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