Así se hizo el 'Pacto de los alquileres'

Sánchez e Iglesias juegan al límite y cierran los PGE tras un sprint de infarto

El PSOE acepta incluir una "cláusula" de urgencia para limitar el precio de los arrendamientos de forma inminente y Podemos acepta aplazar el alza del Impuesto de Patrimonio y una subida del IRPF profunda.

Pedro Sánchez Pablo Iglesias Congreso de los Diputados
Sánchez e Iglesias juegan al límite y cierran los PGE tras un sprint de infarto
EFE

Acuerdo in extremis entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tras una tarde-noche de compleja negociación para presentar y aprobar este martes en Moncloa el anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2021. Presidente y vicepresidente segundo del Gobierno cerraron ayer a última hora un pacto para presentar unas cuentas públicas con algunos gestos hacia el votante de izquierdas pero que, a rasgos generales, van a estar alejadas del compromiso inicial que firmaron PSOE y Unidas Podemos en diciembre y que pretendía representar la hoja de ruta de la coalición. La Covid lo ha cambiado todo, dicen desde las filas socialistas. Los negociadores vivieron este lunes momentos de tensión e incluso el partido morado llegó a poner encima de la mesa la posibilidad de que no se aprobará en el Consejo de Ministros de este martes el proyecto más importante de lo que llevamos de legislatura. El nudo gordiano estuvo en la limitación del precio de los alquileres.

Tensión, bastante para la unidad y "salud de hierro" de la que presume el Gobierno de coalición, y movimientos en la sombra durante las horas previas a que Sánchez e Iglesias dieran el 'sí'. Moncloa ha preparado con mimo este momento y a primera hora de la mañana está prevista una foto de unidad entre presidente y vicepresidente segundo, con apretón de manos entre ambos para presentar el borrador de los Presupuestos. Presidente y vicepresidente volverán, por tanto, a monopolizar el foco mediático en un acto que se tiene previsto anunciar a primera hora de esta mañana. La aprobación de los PGE era para ellos un día marcado en rojo. El gabinete del presidente quería que el Consejo de Ministros de este martes estuviera centrado exclusivamente en los Presupuestos y así transmitió la orden. Con instantánea previa que se mantiene pese a las discrepancias de las últimas horas.

Llegar al acuerdo de los PGE, con foto de unidad incluida, no ha sido sencillo. La negociación estuvo ayer por la tarde cerca de descarrilar, según explicaron fuentes de Unidas Podemos. "No se ha cerrado todavía un acuerdo para poder llevar mañana el proyecto de Presupuestos al Consejo de Ministros", defendieron a primera hora de la tarde. Antes Moncloa había asegurado que el "anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado será presentado por el Gobierno mañana mismo y aprobado en Consejo de Ministros" y esa es la intención que mantuvieron durante toda la tarde, haciendo caso omiso a las discrepancias que sí salían desde las filas moradas. ¿Qué estaba fallando en la coalición para emitir estos mensajes contradictorios? Los alquileres.

Unidas Podemos acepta tras la negociación que la limitación de los alquileres esté contenida en la Ley de Vivienda que está preparando José Luis Ábalos y que actualmente se encuentra en consulta pública. Está previsto que vaya a Consejo de Ministros en febrero, dentro de apenas cuatro meses. Las discrepancias se centraron en que los de Iglesias, con sus dos secretarios de Estado, Nacho Álvarez e Ione Belarra como negociadores, pidieron una especie de "cláusula" en el pacto presupuestario para que ese compromiso sea inminente o, al menos, no se retrase más allá del mes de febrero

Desde el área morada del Gobierno presionaron, y lo hicieron fuerte, para salir con el acuerdo bajo el brazo. Se trata de un "acuerdo histórico de país", defienden, el que la administración pueda regular los precios del alquiler ante subidas abusivas. Será realidad en unos meses. Fuentes moradas dejaban claro que si ese compromiso no quedaba clarificado no se aprobarían los PGE, al menos este martes. Desde el PSOE, por su parte, se hizo ver a Unidas Podemos que el compromiso por aprobar a corto plazo la limitación de los alquileres era real y que no hacía falta dudar de la palabra de los socialistas. El PSOE aceptó a última hora de la noche, pasadas las 22 horas.

La negociación, reconocen desde ambas partes, fue tensa. El grueso del borrador lo cerraron el fin de semana la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez. Pero dejaron varias aristas que pulir hasta ayer lunes. Aparte de los alquileres, otra de ellas era el cambio de algunos requisitos para acceder al Ingreso Mínimo Vital y solucionar el actual cuello de botella. En este punto entró en la negociación el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, que negoció tanto con Álvarez como con la secretaria de Estado para la Agenda 2030, Ione Belarra

A última hora de la tarde de ayer los equipos negociadores dejaron en manos de Moncloa la decisión final. Sánchez, que despejó la tarde de ayer de actos para preparar los PGE, accedió finalmente a incluir esa cláusula de urgencia que demandaba Unidas Podemos y que desatascó la situación. Fuentes del palacio presidencial aseguran, no obstante, que en ningún momento estuvo en riesgo la presentación del borrador y su posterior aprobación en Consejo de Ministros. No entienden por qué UP dudó de su palabra.

Lo que ha quedado fuera de la agenda es un acto que había preparado Moncloa a primera hora de la mañana y que tenía el objetivo de convertirse en una "potente acción política" para lanzar los PGE. Los Presupuestos son la ley de leyes o, como dice Gabriel Rufián, "ponerle música a un proyecto político". Por eso Unidas Podemos ha peleado tanto en estas horas. Son unas cuentas públicas que no son las que deseaban, las primeras de la coalición, además, y que van a dejar fuera cuestiones como una profunda reforma fiscal que defendían ambas partes en su pacto de Gobierno.

Los Presupuestos que aprueba hoy el Consejo de Ministros contienen varios guiños al bloque de la investidura pero van a ser unas cuentas públicas lo suficientemente amplias como para buscar acuerdos a la izquierda o a la derecha. El Gobierno de coalición tienen ahora ante sí la posibilidad de avanzar con ERC y PNV o de explorar la vía de Ciudadanos o incluso la de JxCAT tras su escisión. Hay cuatro diputados que podrían ser vitales para la aprobación del proyecto de ley. 

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