Medidas de choque

Siete años de tipos negativos del BCE: España e Italia son el tándem ganador

A raíz de la pandemia, la financiación a través de TLTROs se ha vuelto atractiva incluso para los bancos con abundante financiación y exceso de reservas, si bien los países del sur has sido los más beneficiados

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde (izda), conversa con el presidente del BCE, Mario Draghi.
Siete años de tipos negativos del BCE: España-Italia son el tándem ganador.

Este año se han cumplido siete desde que, en su reunión de junio de 2014, el Banco Central Europeo (BCE) decidió situar por primera vez los tipos en negativo. En ese momento colocó en el -0,10% la conocida como facilidad de depósito con la intención de que la liquidez fluyese de las entidades a la economía real. Es decir, se empezaba a penalizar a los bancos con ese interés por dejar aparcado su dinero a un día en el organismo. 

Más tarde llegaría la barra libre de las TLTRO (siglas de 'targeted longer-term refinancing operations' o préstamos condicionados a largo plazo) que desde 2016 contaron con el incentivo de poder obtener liquidez a tipos negativos de hasta el -0,40% (el fijado para el tipo de depósito por entonces) en función de los préstamos que hubieran concedido. Estas medidas han tenido en la banca italiana y española a dos claras ganadoras a lo largo de este tiempo, como evidencia un informe publicado por el servicio de estudios de ING.  

A raíz del 'shock' provocado por la pandemia en la economía y con el objetivo de que el sistema no quedase seco de liquidez, el BCE ha ido relajando las referencias de los préstamos TLTRO y las recompensas de los tipos. Tanto, que la financiación a través de estas operaciones se ha vuelto atractiva incluso para los bancos que están inundados de financiación y exceso de reservas -en mayor medida son los de los países del norte de la zona euro-. 

"Debido a la desigual distribución de las reservas y de los préstamos TLTRO en la zona del euro, los costes y beneficios de los tipos negativos son muy diferentes entre los distintos países", explica el artículo. Tomando como referencia la proporción de fondos prestados por el BCE (sobre todo vía TLTRO) con respecto a las reservas bancarias depositadas en el organismo, en agosto de 2019 -antes del anuncio de la TLTRO-III y la remuneración escalonada de las reservas-, las entidades griegas e italianas habían pedido prestado al emisor más de tres veces la cantidad que tenían depositada. Los ratios de España y Portugal eran muy superiores a 1. 

Mientras, los sectores bancarios alemán, francés y holandés mostraban ratios muy inferiores a 0,5. Esto implica que sus préstamos del BCE eran menos de la mitad (en el caso de Alemania y los Países Bajos menos de una quinta parte) de las reservas que habían depositado en el organismo. En realidad, los bancos tienen un control limitado sobre la cantidad de reservas que depositan en el BCE, dado que cerca de "la mitad de las reservas que el sector bancario de la zona del euro posee colectivamente, son una consecuencia directa de las compras de activos del BCE, y por lo tanto están fuera del control de los bancos", detalla el documento.

Una ganancia media de 430 millones al año para la banca 

En octubre de 2019, el organismo elevó el tipo a los depósitos al -0,5% pero rebajó la penalización introduciendo un sistema escalonado que dejaba exenta una parte. Pese a ello, en diciembre de ese mismo año el BCE todavía aplicaba tipos negativos a una gran parte de las reservas en Alemania, Francia y los Países Bajos, mientras que la parte de las reservas exenta de tipos negativos era mucho mayor en términos relativos para España e Italia. La situación cambia radicalmente en 2020, cuando las reservas bancarias aumentan en todos los países al reanudarse las compras de activos y el aumento de los préstamos TLTRO, pasando a ser las no exentas mayoría. 

Hasta que estalló la crisis de la Covid el mejor tipo TLTRO que se podía obtener era igual al tipo de los depósitos. Los bancos podían compensar (en parte) los costes de los tipos negativos de sus reservas con los ingresos de los tipos negativos de los préstamos TLTRO. "En la medida en que los préstamos TLTRO superaban el exceso de reservas (no exentas), los bancos podían incluso obtener beneficios. Los préstamos TLTRO superaron las reservas en España, Italia, Portugal y Grecia en los años 2016-2019", explican en ING.

De hecho, durante ese período, los ingresos de los tipos negativos de TLTRO superaron los gastos de los tipos negativos en las reservas para el sector bancario italiano, lo que dio lugar a una estrecha ganancia positiva de los tipos negativos de una media de 730 millones de euros al año. En el caso del sector bancario español, esta cifra fue de unos 430 millones de euros al año. El sector bancario alemán, en cambio, registró una estrecha pérdida por tipos negativos de 1.100 millones de euros al año, los bancos holandeses unos 620 millones de euros al año y los bancos franceses unos 360 millones de euros al año.

Cuando la pandemia se produjo en marzo del año pasado, el BCE flexibilizó aún más sus programas de liquidez, conduciendo a una oleada de préstamos TLTRO con la que el emisor quería asegurarse de que la falta de liquidez no fuera un problema en el sistema financiero. Como resultado, desde junio de 2020, el resultado neto mensual de los tipos negativos (ingresos de los tipos TLTRO menos los costes de los tipos de reserva) se ha vuelto positivo para Alemania, Francia y los Países Bajos, y ha aumentado notablemente para Italia y España.

En abril de este año Italia y España obtuvieron los mayores ingresos netos (5.900 millones de euros y 3.500, respectivamente); los bancos de ambos países contrataron préstamos TLTRO antes de tiempo y tenían un exceso de reservas relativamente bajo. Los de Alemania y los Países Bajos son los que más costes netos han tenido que asumir con 4.000 y 1.900 millones.

Esta visión general de los ingresos y costes limitados de los tipos de las TLTRO y del exceso de reservas "no debe interpretarse como una evaluación global de las ganancias y pérdidas de la política monetaria", aseguran los analistas del banco, a la vez que inciden en que lo que muestra es que la política monetaria no convencional, como la mayoría de las políticas, tiene consecuencias redistributivas, también dentro del sector bancario.

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